Valverde, el antiguo Valle de Amoco para los bimbaches, se alza, sereno, bajo la eterna bruma que lo envuelve la mayor parte del año. En la capital de El Hierro, el tiempo, acaso, discurre más despacio que en cualquier otro lugar. Para sus habitantes, 2005 ha sido un año para el recuerdo. Fue Año de Bajada, todo un acontecimiento en la isla, que se celebra cada cuatro años.
Valverde es la capital de El Hierro, una villa ubicada en una ladera y situada al noroeste con una altitud de 571 metros sobre el nivel del mar y alejada de éste a unos cinco kilómetros en línea recta. Su nombre deriva del verdor logrado por la incidencia de la humedad que produce una flora silvestre, reduciéndose hoy día debido a la deforestación y al aumento de población de este núcleo. Es un terreno accidentado con montes y colinas, perforado por barrancos, con cortaduras poco profundas que discurren de manera paralela uniéndose en el Barranco de Santiago, llamado también el Barranco de Los Muertos por su proximidad al viejo cementerio. Es sede de todos los organismos oficiales destacados en la isla: Delegación del Gobierno, Delegación de Hacienda, Juzgados, Cabildo Insular y cuartel de la Guardia Civil. Eso sí, de todas las capitales del archipiélago canario, es la única que se encuentra alejada de la costa y su puerto no forma parte de su marco. Y la mayor parte de su extensión está destinada a la agricultura y la ganadería.
La Villa de Valverde es un caserío disperso formado por tres barrios principales -Tesine, La Calle y El Cabo- y su población asciende a sólo 1.800 habitantes. Además, Valverde posee otras claras diferencias respecto al resto de las capitales canarias: no tiene ni un solo semáforo en sus calles y goza de una tranquilidad rota sólo muy de vez en cuando. Por ejemplo, con la Bajada de la Virgen. Y 2005 pasará a la historia por la excelente organización de una fiesta a la que acudieron más de 25.000 personas y en la que no hubo que lamentar daños de ninguna índole, excepto los típicos en cualquier romería, máxime si tenemos en cuenta que la de El Hierro recorre más de 40 kilómetros por carretera de asfalto, pistas de tierra y caminos pedregosos. Pero 2005 no sólo se recordará por la visita de la Madre Amada. También lo hará por la convulsión política del ayuntamiento capitalino.
Así, el 30 de septiembre de 2005, el Partido Popular (PP) y la Agrupación Herreña Independiente-Coalición Canaria (AHI-CC) zanjaban definitivamente la situación de desgobierno en la que se hallaba sumido el Ayuntamiento de Valverde desde la rotura del pacto entre ambas formaciones en junio de 2004. A las 13 horas de ese día, el alcalde de Valverde, Agustín Padrón, rubricaba en el salón de plenos del Consistorio un pacto con el concejal de AHÍ-CC, José Miguel León, que llevará a las dos formaciones políticas a gobernar conjuntamente el municipio hasta 2007. Y tanto Agustín Padrón como José Miguel León se mostraron “esperanzados” entonces por la firma de este acuerdo al que ambos denominaron como “pacto por la estabilidad”. Gracias a esa firma se rompía con una situación de desgobierno en el Ayuntamiento de Valverde y permitía a la capital herreña continuar con su tranquila vida entre los aciertos y desaciertos de sus gobernantes y entre el cada vez más incesante tráfico y el escaso aparcamiento. Porque muchos son los comerciantes que lamentan, precisamente, esa escasez de aparcamiento, que atribuyen a la cada vez mayor peatonalización del casco urbano.
Obras relevantes
Otra de las obras relevantes iniciadas el pasado año ha sido la construcción una piscina cubierta y climatizada, que mejorará notablemente la oferta de servicios de la Isla. Desde agosto de 2005, el Ayuntamiento de Valverde trabaja en la segunda fase de este ambicioso proyecto y se prevé que la obra esté finalizada en año y medio. La nueva piscina cubierta, cuyo presupuesto total asciende a dos millones de euros, estará ubicada en la zona de Asabanos, en la capital herreña, y el proyecto incluye una piscina deportiva de 25×17 metros y una piscina lúdica de 12×8 metros, ambas cubiertas y climatizadas. En todo caso, la capital de El Hierro es hoy, como ayer, un bullicio de gentes por la mañana y un sereno silencio por la tarde. La Villa capitalina despierta, poco a poco, del eterno letargo en que se hallaba sumida y comienza a parecerse un poco más a la capital que muchos desean: se han ampliado sus calles, se han construido aparcamientos, se han mejorado los museos existentes y se ha consolidado su actividad administrativa. Y la construcción del túnel Valverde-Frontera ha mejorado las conexiones entre los dos municipios herreños, una circunstancia muy aplaudida en la Isla.