En este momento es necesario recurrir al aforismo que dice: “Una reflexión sobre el pasado consiste en evaluar cómo se han ajustado las decisiones tomadas a los resultados obtenidos”. Si nos preguntamos ¿qué le ha pasado a Canarias en este último año?, la respuesta siempre está condicionada por el desarrollo de nuestro estatuto económico especial, que está llamado a cumplir una función reguladora que consiste en la compensación o corrección de nuestras limitaciones (coste de la insularidad), y en el fomento de la promoción de los recursos disponibles para ser incorporados a la producción de bines y servicios (“renta de situación”).
Nuestro entorno evoluciona y los problemas y las posibilidades que los recursos plantean son diferentes. En el panorama general de Canarias, las referencias exteriores, de análisis sectorial y de coyuntura unido a la gestión de las políticas públicas, definen nuestro estado actual. El III Informe sobre la Cohesión Económica y Social de febrero del pasado año establece el reparto de ayudas regionales comunitarias para el período 2007/2013. Y en ese informa, Canarias ha sido excluida del Objetivo 1 de los Fondos Estructurales y de Cohesión al haber superado el umbral del 75% de la renta per cápita media europea, para pasar a ser Objetivo2, definido como nuevo marco de competitividad y empleo.
Las consecuencias derivadas de este cambio, unidas al nuevo escenario que establece la Constitución Europea, determinan un nuevo marco de perspectivas financieras y una reformulación de las principales políticas comunitarias. En el entramado comunitario, cada vez mayor, nada es permanente, todas las medidas son transitorias y decrecientes. Nuestra habilidad negociadora, para explicar nuestra lejanía, escasa dimensión y fragmentación económica y social, definirá nuestro futuro. Por lo tanto, debemos participar activamente en el diseño y tramitación del nuevo marco económico y fiscal que se aplicará en Canarias a partir del período 2006-2007, con el objetivo de compensar nuestras debilidades y potenciar nuestras fortalezas: el nuevo Poseican, el Aiem, la bonificación en el impuesto de Sociedades, el desarrollo de la ZEC, la reinterpretación de la Reserva de Inversiones, los acuerdos de Paternariado y el desarrollo del concepto de Gran Vecindad.
Por otro lado, la tendencia generalizada hacia el cambio se impone en el último año, con modificaciones económicas, jurídicas, sociales o fiscales, tanto a nivel comunitario como nacional y regional, en un mundo cada vez más globalizado y estandarizado, en el que el escaparate mediático se convierte en el termómetro de la efectividad de un país o de una región. Debemos concienciarnos de que en toda estrategia empresarial la promoción te obliga a realizar un ejercicio mental de análisis, aquello que no conviene repetir y hacer hincapié en aquello que consideras efectivo; es decir, un Análisis Dafo (Debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) de la situación de Canarias.
En lo que se refiere a las debilidades, desde mi punto de vista, debemos combatir el índice de analfabetismo, que es un 30% superior a la media nacional, al tiempo que exhibimos un porcentaje del 15% inferior en población con estudios universitarios. Un pueblo que no está formado no decide, pues “deciden otros por ellos”. Si hablamos de amenazas, la exclusión social unida a los problemas derivados de la inmigración serán las verdaderas claves de la política social de Canarias. Y en lo que se refiere a las fortalezas, se hace indispensable diseñar las políticas sectoriales, especialmente en el ámbito de la agricultura, industria, el turismo y la actividad comercial que permitan consolidar la actividad productiva en Canarias y disminuir nuestra dependencia del exterior.
Finalmente, nos quedan las oportunidades: “Potenciar el espíritu de empresa y promover la creación de empleo”. Así como desarrollar una verdadera política de comunicación que permita promocionar en el exterior todo lo relacionado con Canarias. Abordar todas las cuestiones relativas al medio ambiente y salud, preservar los recursos naturales y gestionar los residuos, desarrollo de las políticas de I+D, potenciar el desarrollo de la política de igualdad de oportunidades y realmente avanzar hacia una sociedad abierta, innovadora y moderna. Quizás, debemos repetir constantemente que invertir en Canarias supone disfrutar de una envidiable calidad de vida, contando con un clima privilegiado, en un entorno natural único que permite combinar a la perfección la actividad empresarial con las mejores opciones para el ocio y el descanso.
En este sentido, los medios de comunicación establecidos en Canarias debemos ser responsables, y parte activa, de la imagen que proyectamos al exterior.