Debo analizar los éxitos internacionales logrados por los deportistas canarios en 2004 y me resisto a no poner en la cesta al que considero mayor logro individual del deporte canario el pasado año, aunque en montañismo no exista un campeonato del mundo. Si así fuera, el lagunero Juan Diego Amador Rivero tendría la medalla de oro: nadie puede ascender más alto.
El 17 de mayo del año 2004, Juan Diego Amador Rivero se convirtió en el primer canario en ascender a la cumbre más alta del planeta: el Everest (8.848m.). Con esta nueva gesta, Juan Diego suma tres ochomiles de tres intentos, en poco más de dos años, algo sólo al alcance de bien pocos. Un éxito que habrá que hacer extensible también a Javier Cruz y Jorge Rojas, quienes acompañaron a Amador hasta el campamento base del Everest. Fue la conquista del Everest, cincuenta años después de que lo hiciera Sir Edmund Hillary, la gran guinda a los éxitos de nuestros deportistas durante el año pasado, en donde volvieron a destacar nombres habituales como los atletas Mario Pestano e Iván Rodríguez Ramallo, karatecas como Gloria Casanova y David Santana o las hermanas Ruano y Taylor en windsurfing y surf, respectivamente.
Un año olímpico en donde la gran alegría nos la dio María Quintanal, una vasca afincada desde hace tiempo en el sur de Gran Canaria, que fue la primera en abrir la veda de las medallas para España en Atenas. Una medalla de plata que fue portada en toda la prensa nacional y que añadió al oro, más silencioso éste, logrado meses antes en el Campeonato Mundial de la especialidad de trap (tiro al plato). También estuvieron otros canarios en la cita olímpica, aunque sin suerte. Eso sí, los atletas tinerfeños Iván Rodríguez Ramallo y Mario Pestano se bañaron de oro en los Juegos Iberoamericanos y en la Copa de Europa de Naciones, participando en el ascenso de España a Primera División. Además, hay que valorar el triunfo del discóbolo Pestano en el Grand Prix de Mónaco ante los mejores especialistas mundiales de la especialidad.
Aunque si hablamos de Juegos Olímpicos, es una pena para nuestro deporte que el kárate no tenga esa consideración. De lo contrario, Canarias podría contar con un par de medallistas más. A saber, el grancanario David Santana, campeón del mundo, o la tinerfeña Gloria Casanova, una habitual en los podios europeos y mundiales… y que ha logrado ser seis veces la mejor deportista de Tenerife. Sin abandonar las artes marciales, un deporte que sí presume de la condición de olímpico, el taekwondo, nos trajo en el 2004 las dos medallas de oro europeas, individual y por equipos, del tinerfeño Rosendo Alonso, aunque se quedó sin acudir a Atenas por el restringido cupo de participantes que le otorgaron a España.
Un deporte habitual en la lista de éxitos deportivos en Canarias, la vela, se quedó en el 2004 sin máximos galardones internacionales, pero desde el agua vinieron los éxitos de Daida Ruano, campeona mundial de windsurfing y de las también grancanarias Adelina y Marina Taylor, campeonas de Europa en surf. Y también el título mundial de Michael Rodríguez en salvamento y socorrismo, oro en obstáculos, demostrando que la cantera del CN Martínez tinerfeño sigue siendo inagotable desde hace más de sesenta años. Y otro deporte con gran arraigo en las Islas, el boxeo, nos trajo el singular campeonato euro-africano del grancanario Pedro Miranda, un peso ligero que está llamado a mantener viva la llama de este deporte en el archipiélago, cuna de grandes boxeadores.
Eso sí, esta cosecha de éxitos 2004 para el deporte canario se puede antojar corta en un futuro próximo si nos fijamos en todo lo que viene detrás, con esa consideración que tiene nuestra juventud de ser una de las mejores canteras de España. Y lo que es doblemente gratificante, una cantera diversificada en infinidad de deportes, sean o no de carácter mayoritario. Por lo pronto disfrutemos de los éxitos logrados, porque, puestas las bases, el futuro también nos pertenece.