El ciclismo canario tiene razones para mirara hacia 2004 con agrado. Se puso fin al desprecio de los anteriores dirigentes regionales hacia los deportistas y las federaciones insulares, se lograron varios títulos nacionales en mountain bike o triatlón… y un tinerfeño, Dailos Díaz, se convirtió en el primer canario en el pelotón internacional.
La temporada canaria de ciclismo ha contado en 2004 en las modalidades de carretera, mountain bike, escuelas y cicloturismo con un total de 122 pruebas de un día y dos vueltas por etapas, repartidas en las categorías de elite, sub 23, junior, cadetes y escuelas. La cifra es notable en un año que, más que por estos números, ha estado marcado por tres acontecimientos muy distintos. Uno, negativo, el abandono que exhibieron los anteriores dirigentes de la Federación Canaria de Ciclismo hacia sus deportistas y las federaciones insulares de ambas provincias. Y otros dos, positivos: la presencia por vez primera de un ciclista canario en el campo profesional, con la llegada del tinerfeño Dailos Díaz al equipo vasco Orbea, así como los títulos nacionales de Himar Sánchez en mountain bike o Arístides González en triatlón.
En cuanto a nivel regional, con repercusión competitiva nacional, es obligado citar la 49ª edición de la Vuelta Ciclista a la Isla de Tenerife, puntuable para la Copa de España en la máxima categoría amateur. Y en esa cita estuvo a punto de subir en lo más alto del podio el tinerfeño Dailos Díaz, que corría con el equipo cántabro Saunier Duval y quedó segundo en la general, a tan solo 1’52’’ del ganador final. Sin embargo, Dailos logró vestirse de amarillo como líder en la tercera etapa, pero le faltó equipo para llegar hasta el final con dicha prenda. En esa prueba, al correr con licencia cántabra, Dailos no se pudo enfundar el maillot blanco de mejor canario, que recayó en el tinerfeño Jacob Reyes, perteneciente al equipo Triple Estrella Coronita. También destacaron a buen nivel por sus diferentes actuaciones durante las cinco etapas los ciclistas Arístides González y Toni Zamora.
Otro dato para el optimismo es que el total de licencias emitidas en nuestra comunidad asciende a 874, en varias modalidades. El dato preocupante es, por el contrario, la falta de patrocinadores y subvenciones para este duro deporte, que tan solo tiene como campo de competición las carreteras y las montañas de nuestras islas. El ciclismo de élite llama la atención e incluso alcanza elevados índices de audiencia en televisión, prensa y radio con algunas pruebas internacionales y, además, está enraizado en la sociedad, pues no sólo los niños piden una bicicleta para el Día de Reyes, sino que muchas familias salen a pasear con sus hijos en su tiempo libre, cada uno con su bici. Sin embargo, a nivel canario faltan patrocinadores e impide la consolidación de estructuras más serias en ambas provincias, a pesar de que cada año se suma alguna empresa a este mundillo.
Tal vez por esta falta de patrocinadores sólidos, los corredores con aspiraciones miran cada vez más hacia fuera. Aquí no encuentran plenas garantías a pesar de que equipos hay, pero, salvo honrosa excepciones, no cuentan con presupuesto y calendarios atractivos, competitivos y estimulantes. Ya Dailos Díaz ha dado ese paso al profesionalismo que otros estuvieron a un paso de concretar, como Pedrito González con el Espa catalán, José Manuel Araña, precisamente con el equipo vasco Orbea, y Arístides González, primero con Kelme y después con el equipo vasco Trapida. En todo caso, se celebraron más de un centenar de pruebas y Tenerife, una vez más, fue la isla más activa con 62 pruebas, entre ella la más destacada a nivel regional, la Vuelta a la Isla de Tenerife.
Mientras, en Gran Canaria se disputaron 58 pruebas, aunque bajó el nivel de las citas más importantes, como la cita del Condado de Gran Canaria, llamada antiguamente el Condado de la Vega Grande, o la mítica y esperada la Subida a Artenara, convertida ahora en una ronda cicloturista. Las federaciones insulares, son las que mayoritariamente han organizado la temporada, aunque existen algunos clubes que han efectuado sus correspondientes pruebas. El resultado ha sido que la temporada ha estado muy repartida entre ambas provincias en las distintas modalidades y hasta quinientos corredores de 46 escuadras diferentes de todas las modalidades deportiva ciclistas han entrado en el reparto de las victorias en juego en las carreteras y montañas canarias.
Al final, entre los corredores más laureados a nivel nacional podemos citar al grancanario Himar Sánchez, del Valdebicis de Las Palmas de Gran Canaria, que logró el pasado año la Copa de España en la categoría de descenso en la modalidad de mountain bike, así como al tinerfeño Adriano Cordobés, del Loro Parque de Tenerife, que sobresalió con su excelente victoria en el Gran Premio Internacional Transvulcano, que se desarrolló durante tres etapas y contó con grandes figuras internacionales en la competición. Asimismo, destacó por encima del nivel general el también grancanario Arístides González, quien se proclamó campeón de España sub 23 de triatlón en Ibiza con su club, Los Piratas de Telde.
Posibilidades de futuro
Como en todos los órdenes de la vida, en el ciclismo el líder impone mucho respeto. Si alguien está en la cima, es por algo. Y punto. Primero hay que saber sufrir, después competir y al final compartir. Esta es una reflexión básica en un mundillo cuyo futuro en nuestras islas tiene que pasar obligatoriamente por el velódromo. Afortunadamente, ya se puso la primera piedra en uno de ellos, en la ciudad de Telde (Gran Canaria), desde donde se podrán lanzar muchos niños hacia el ciclismo con la seguridad y tranquilidad exigida por sus padres, que tiemblan cuando salen a entrenarse a la carretera. El siguiente paso deberá ser el velódromo de La Laguna (Tenerife), que ya está desde hace tiempo en proyecto. Y aunque Canarias cuenta con algunas citas de prestigio como la Vuelta a la Isla de Tenerife (en la que cada año están presentes muchos equipo nacionales de prestigio y futuros profesionales), una alternativa para llamar más la atención ciclista a nivel regional sería hacer una vuelta al Archipiélago de una semana, con un día en cada una de las islas, algo técnicamente posible gracias al fabuloso transporte marítimo interinsular que actualmente tiene Canarias y la buena predisposición de las compañías navieras. Eso sí, también sería necesario contar con el apoyo de los siete cabildos insulares, que harían bien en apostar por una cita integradora de las siete islas, factible y espectacular. Sólo hay que dar el primer paso.