Exceso de buenos deportistas… a falta de un ‘crack’ mediático

Los deportistas isleños volvieron a demostrar en el pasado año 2004, con sus resultados, su enorme potencial a nivel nacional, tanto en las disciplinas individuales como por equipos. Los representantes isleños han situado de nuevo a nuestra comunidad autónoma entre las más prolíficas del país en cuanto a campeones nacionales.

El deporte canario destacó en 2004 por sus éxitos… y por la variedad de especialidades en las que se han cosechado estos triunfos, circunstancias que quedan refrendadas, además, por las asiduas apariciones de los nuestros en los puestos de honor de las competiciones con más rango dentro del panorama español, europeo y mundial, así como por sus constantes apariciones defendiendo la roja de España. Estos datos vienen a confirmar el gran trabajo que se realiza desde nuestros clubes por potenciar a un deporte base que, poco a poco, va ofreciendo relevos generacionales de garantías. Quizás, el gran pero podría ser que esta política de trabajo no ha resultado la más adecuada en el apartado de equipos de élite en los deportes de mayor importancia como el fútbol, donde los dos representativos del Archipiélago, CD Tenerife y UD Las Palmas, llegaron a coincidir, hace apenas un par de años, en la considerada como la mejor liga del planeta.

Eso sí, en algunas disciplinas, como en el voleibol, la apuesta por el talonario ha dado sus frutos. Canarias es la primera comunidad en cuanto a representación en la Superliga masculina y femenina. Y los resultados, a nivel nacional, son excelentes: el Arona Playa de las Américas cerró el año con una Copa del Rey y una Supercopa, mientras que el Tenerife Marichal volvió a repetir triplete (Liga, Copa de la Reina y Supercopa) y tiene en el Hotel Cantur grancanario al único equipo capaz de amenazar su hegemonía. Es una excepción en una política de clubes que, habitualmente, ofrece resultados inversamente proporcionales a lo proyectado. Y no hay mejor ejemplo que el antes citado. Porque CD Tenerife y UD Las Palmas, que en su tiempo nadaron en la abundancia y se movieron a golpe de talonario viven actualmente al borde del suicidio económico.

El ‘crack’ y los olímpicos

Pero a pesar de todos estos éxitos de nuestros deportistas a nivel individual, quizás se siga echando en falta esa megaestrella que tenga un poder mediático de peso, sobre todo ahora que la repercusión del deporte de primer nivel alcanza límites de interés insospechados en una sociedad ávida por encontrar nuevos mitos para adorar. En el Archipiélago seguimos, después de muchos años, sin encontrar ese crack mediático que nos asocie con un deporte… y que sería muy importante para continuar enganchando a futuras promesas. En estos últimos tiempos hemos podido apreciar lo que puede llegar a mover una estrella como Fernando Alonso, que ha llevado el nombre de Asturias a todos los rincones del mundo, tal y como en su día hizo Miguel Indurain, quien colocó a Navarra en los principales foros mundiales a través del ciclismo. Mario Pestano, Iván Ramallo, David Santana, Gloria Casanova, Rosendo Alonso o Joaquín Blanco o el mismo Juan Carlos Valerón son motivo de orgullo para los canarios, pero no arrastran masas ni un reconocimiento mediático a nivel nacional.

Como en todo año olímpico, el escaparate de los Juegos se convirtió en una buena vara de medir la repercusión de los deportistas locales. En Atenas, Canarias volvió a cumplir las expectativas. Además, la cita griega sirvió para confirmar la continúa progresión de nuestro deporte femenino. Pudimos celebrar que una canaria de adopción, María Quintanal -vasca de nacimiento- obtuviera una medalla de plata en tiro, en la disciplina de foso olímpico, amén de que otras dos de nuestras representantes rozaron el podio en natación sincronizada, Paola Tirados e Ione Serrano. Y a falta de la habitual medalla de oro en vela, el deporte canario tuvo mayor presencia que en otras ocasiones y en disciplinas (atletismo, balonmano, judo, tenis…) con poca tradición, lo que refrenda que de la cantidad y la variedad se extrae también la calidad.

Sin salir del agua, es obligado destacar como en 2004 el potencial de nuestras deportistas quedó también refrendado por actuaciones brillantísimas en deportes con gran tradición en nuestra Islas. A bordo de una tabla de windsurf, las gemelas de Pozo Izquierdo, Daida e Iballa Ruano, volvieron a hacer sonar el himno español en las principales pruebas del circuito profesional. Y aún dentro de las especialidades con tirón en nuestra tierra, y en el medio acuático, la armada canaria de vela consolidó a las Islas en esa privilegiada situación del ránking nacional que ocupa desde hace varias décadas, con valores como Jorge Martínez, Joaquín Blanco, Javier Padrón o Alicia Cebrián. En esa línea de éxitos también hay que enmarcar la presencia de la joven lagunera Dafnaé Trujillo en la Olimpiada de Ajedrez celebrada en Calviá, con el equipo nacional femenino, capitaneado por el Gran Maestro Internacional José Luis Fernández, un ajedrecista de enorme nivel afincado en las islas.

Artes marciales y Motor

Los deportes marciales mantuvieron en 2004 su transcendencia en el medallero canario. La guinda la puso David Santana, un grancanario afincado en Tenerife que se proclamó campeón mundial de karate, mientras que Gloria Casanova, una tinerfeña que defiende los colores del Torres Baena grancanario, rayó de nuevo a gran nivel y logró un doblete a nivel nacional, un título que, curiosamente, le fue esquivo a Santana y da idea de lo difícil que es triunfar en este deporte. Y a la colección de títulos en kickboxing hay que añadir nuevos éxitos de la representación canaria en un apartado, el del motor, que siempre nos deja momentos felices. El grancanario Flavio Alonso y el lanzaroteño Samuel Lemes fueron las estrellas del Campeonato de España de Rallys de Tierra, con el título absoluto del primero y el de grupo N para el segundo, mientras que Carlos Hernández se sumó a la fiesta en la especialidad de Montaña y Néstor Jorge se trajo para Tenerife el título nacional de Supermotard.

La gran alegría paralímpica

Sus logros no alcanzan la misma relevancia, pero sus merecimientos quizás son aún mayores. El deporte paralímpico también deparó días felices para los deportistas isleños en este año 2004. Sin duda, la punta del iceberg fue la destacada participación de uno de nuestros nadadores, el grancanario Enhamed Mohamed. Este invidente se colgó las medallas de bronce de los Juegos de Atenas en los 100 metros espalda y en los 400 metros libre, pruebas en las que también batió los récords nacionales. Y Canarias sumó en esa cita un bronce más con Ángel Acosta en el equipo nacional de fútbol sala, así como tres cuartos puestos y otros tres quintos puestos. Pero por encima de los buenos resultados, estos deportistas nos dejaron su orgullo y su capacidad para luchar contra la adversidad y su ejemplo para los compañeros y las futuras generaciones, que, en muchos casos, ven en su quehacer una razón para no bajar los brazos en ninguna circunstancia.

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