Las infraestructuras viarias en la economía

En una economía eminentemente de servicios y dependiente del sector turístico como la nuestra, en la que la condición de insularidad y las características orográficas determinan la importancia de los desplazamientos terrestres, aún más si cabe que en los territorios continentales, el vehículo privado y el transporte por carretera en general juegan un papel crucial, no sólo desde el aspecto tributario, siendo el sector automovilístico y sus usuarios de los que más impuestos aportan a las arcas del Gobierno de Canarias, sino también desde la óptica de nuestro modelo socioeconómico y el desarrollo de la actividad empresarial.

Sin duda, el vehículo privado se ha configurado en las últimas décadas como un instrumento de primera necesidad dado nuestro actual ritmo de vida y los hábitos de movilidad, cobrando una especial importancia el ahorro de tiempo en los desplazamientos, en unas islas en donde el transporte público deja mucho que desear.

Estas necesidades de movilidad de una forma fiable, rápida y cómoda de cualquier ciudadano medio se multiplican si nos referimos a las demandas de nuestro tejido empresarial. No cabe duda de que muchas de las empresas pertenecientes a los diferentes sectores económicos de nuestras Islas basan gran parte de su actividad comercial e industrial en el transporte y desplazamientos por carretera, por lo que cualquier contratiempo repercute de manera directa en un aumento del consumo de combustible y en una merma del tiempo efectivo de trabajo, incrementando los costes de las empresas y afectando con ello a su cuenta de resultados.

Todo esto se viene a traducir en una pérdida de la competitividad del tejido empresarial y en muchas ocasiones es el consumidor final el último perjudicado a través del aumento de precios de los bienes o servicios que requieren. En ese sentido, es fundamental la existencia de infraestructuras viarias suficientes de acuerdo a la actividad de nuestras empresas en particular y al modelo en el que se sustenta la economía de nuestro archipiélago en general.

No hace falta ser un experto para darse cuenta de que la actividad y necesidades de movilidad empresarial han variado mucho en los últimos años. Ni nuestro tejido económico ni nuestro parque automovilístico, cuyo crecimiento ha ido a la par del aumento poblacional, pueden compararse a los de hace 10 ó 20 años. Por ello, es sumamente estratégico que la configuración de las actuales arterias viarias de nuestras Islas se adapte a estas nuevas circunstancias. Hay que tener en cuenta que los empresarios propietarios de los más de 230.000 vehículos industriales y comerciales censados en nuestras Islas -el 18% del total del parque móvil canario, según los últimos datos del Istac- se ven directamente afectados por el estado de nuestras principales carreteras teniendo importantes consecuencias en sus demandas de movilidad, lo que puede repercutir en su actividad al utilizar el transporte por carretera como una de las bases de su negocio.

En el aspecto técnico, es vital que la capacidad de nuestras principales infraestructuras viarias se adapte a las características del tráfico y los desplazamientos más demandados hoy en día. Su trazado, accesos, carriles de aceleración y desaceleración, medianas y barreras, la existencia de vallas disuasorias, peraltes, la presencia de señalización vial adaptada a las características de la vía, arcenes suficientes o rotondas de circunvalación correctamente configuradas son elementos básicos en la adecuada planificación de las redes viarias de alta velocidad, y cualquier carencia en ese sentido resta calidad de servicio a nuestras empresas, y todo ello por un factor exclusivamente externo y difícilmente controlable, que conlleva un aumento de gastos derivados del tránsito por carretera y el coste de oportunidad que ello supone.

Por lo tanto, desde APEICA, como Asociación que no sólo defiende los intereses del sector del automóvil sino también los de sus usuarios particulares y empresas, y como organización que representa a una parte importante de este tejido empresarial, entendemos que, teniendo en cuenta la importancia del vehículo para nuestro desarrollo, buena parte de los intereses sociales y económicos de los canarios pasan por el adecuado seguimiento y la inmediata adaptabilidad de nuestras principales arterias viarias a las características socioeconómicas actuales.

Asimismo, y como Asociación que hace del uso racional del vehículo uno de los pilares para la mejora de las condiciones de circulación por carretera, y por lo tanto, para una mayor calidad de vida, abogamos también, desde el lado empresarial, por que los desplazamientos del tráfico pesado o peligroso, que generan una importante ralentización de la circulación, no se realicen en horas punta, contribuyendo, de esa manera, a una optimización de las condiciones de movilidad, no sólo de las propias empresas, sino también la de todos los usuarios de vehículos en general.

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