Turismo y comunicación: hacia un periodismo sostenible

Recordar a estas alturas la importancia del turismo para Canarias, no sólo en la evidencia de su vertiente económica, sino en todos y cada uno de los aspectos que conforman su propia identidad, estaría de más si no fuera, como lo es, preámbulo de una reflexión que gira precisamente en torno a los retos del periodismo en el marco de la revisión estratégica del propio concepto y de la práctica turísticos.

Hacia el corazón del mercado turístico y desde él fluyen buena parte de las inquietudes, intereses, problemas y planeamientos que definen la economía, la política, la cultura y el tejido social de la Canarias del tercer milenio. Una interconexión característica de todo mercado que en las Islas adquiere quizá mayores proporciones dado su carácter de monocultivo y lo fragmentado y frágil de su territorio. Esto, unido a la creciente globalización y, permítanme la expresión, internetacionalización que afronta el planeta convierte al Archipiélago en escaparate abierto a los ojos de un mundo también cada vez más exigente y sensible respecto a los valores comunes y aquellos propios de cada comunidad.

Para afrontar estos retos con ciertas perspectivas de éxito resulta indispensable afrontar un planeamiento moderno, responsable y decidido en dos vertientes: las políticas de adecuación, desarrollo y conservación internas, y las de promoción exterior. El turismo es hoy ya cosa de especialistas. Y no sólo en lo que a aspectos meramente económicos, comerciales o publicitarios se refiere, sino también, y cada vez de forma más importante, a aquellos que abarcan elementos de carácter cultural, de ocio y medioambiental. Auténticos especialistas convergentes en un complicado puzzle de intereses que dibuja el futuro de una actividad vital para las Islas, el auténtico desafío de armonizar progreso y sostenibilidad.

Canarias prevé estar presente este año en medio centenar de ferias del ramo, la mayor parte de ellas en lo que se denomina mercado consolidado, y unas pocas en países de la Europa del Este como Rusia, República Checa, Hungría y Polonia. Estamos ante un plan consensuado entre Gobierno y cabildos y que pretende ofrecer una imagen única del Archipiélago, superando, con no pocas dificultades, el carácter francotirador y competitivo, casi cainita, que ha caracterizado hasta ahora la presencia insular en los foros de promoción internacional.

Si tomamos en cuenta las características temáticas de estos encuentros, vemos que las premisas anteriormente descritas no han pasado desapercibidas para empresas e instituciones que, si bien, mantienen aún una mayor presencia en lo que se denominan ferias generalistas (30), comienzan a participar activamente en segmentos específicos como el turismo marítimo (7), deportivo (3), medioambiental (4) y cultural-congresual (4). Incluso dentro de las ferias generalistas, una buena parte de la promoción canaria está centrada en aspectos alternativos como son el deporte, la naturaleza, la salud, el ocio o la gastronomía. Puede que sea aún insuficiente, pero sí supone un indicio de que algo comienza a moverse en la industria del turismo canario.

En este mismo ámbito, los retos del periodismo ante la redefinición del sector turístico a la que asistimos, y al menos en Canarias todo lo que ello comporta a otras escalas, no son menos complejos ni atractivos. ¿Basta un seguimiento desde el más estricto criterio economicista o debe también hacer suyo el reto de la diversificación-integración? Sin lugar a dudas, los medios deben jugar un papel fundamental en este proceso, no sólo como reflejo informativo del mismo, sino como plataforma de expresión de nuevas ideas y alternativas, como motor más que como espectador, aportando su enorme caudal interactivo y comunicador para abrir caminos, traducir estrategias y velar por el interés general de la comunidad que, en muy buena medida, es también el interés del sector turístico en su conjunto más allá de las aventuras personales y el afán especulador.

Esa especialización de la que hablábamos en el marco político, empresarial y profesional debe presidir también el periodístico. Pero se trata de una especialización integradora, que comprenda que el turismo en nuestra región no es ni puede ser considerado un compartimento estanco al margen del resto de la actualidad, sino que asuma y refleje su carácter poliédrico y su implicación recíproca en los aspectos políticos, culturales, sociales, deportivos y medioambientales. En una estrategia de desarrollo sostenible, no puede darse más que un turismo sostenible y, por ende, un periodismo que apueste abiertamente por ese desarrollo y, aún más si me apuran, por esa sostenibilidad.

El perfil del turista

Los turistas que visitan Canarias tienen unas características muy concretas. La procedencia habitual es el Reino Unido, Alemania y los países nórdicos, aunque en el último año ha cobrado protagonismo el turista peninsular, que cada vez acude más en sus vacaciones al Archipiélago, sobre todo a la isla de Tenerife. La estancia media suele ser de unos nueve días y el índice de ocupación de los establecimientos hoteleros canarios ronda el 70% durante todo el año, aunque en temporada alta puede llegar al 90% de la ocupación. Además de los que buscan el sol y la playa, cada vez en mayor número llegan a Canarias personas atraídas por una oferta alternativa que incluye el turismos de golf, el de náutica, el de congresos y convenciones, el cultural y el rural. El gasto medio por persona y día suele rondar los 100 euros, aunque este desembolso no se hace en su totalidad en las Islas. Por lo general, de esos 100 euros, unos 60 se gastan en el país de origen con la contratación del viaje y unos 40 en el Archipiélago. En este sentido, en los últimos años ha proliferado lo que se ha llamado el todo incluido: el turista llega al Archipiélago con todo pagado y sólo sale del hotel para hacer excursiones muy concretas y que ya tiene pagadas, una práctica con la que los responsables políticos se muestran preocupados.

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