Adversidad y progreso

El proyecto de los trenes hacia el Norte y el Sur, que en 2005 continuó su fase de tramitación, es una iniciativa que se unirá al tranvía del área metropolitana, cuya ejecución se encuentra muy avanzada.

En ocasiones determinadas un pueblo debe superar sinsabores y situaciones adversas, que se van sucediendo en el tiempo y se conforman posteriormente como epígrafes de su historia. En cierta medida, esos episodios permanecen presentes para dar a las siguientes generaciones muestra de cómo la determinación e, incluso, el valor resultan factores esenciales a la hora de recuperar una normalidad que se ha visto alterada, casi siempre de manera abrupta y totalmente inesperada. El pasado año 2005, los tinerfeños, y en general el conjunto de los habitantes del Archipiélago, debimos, una vez más, poner en evidencia nuestra capacidad de decisión y reacción ante unos fenómenos meteorológicos que vinieron a perturbar en algunos momentos el desarrollo de la vida cotidiana. Fueron numerosas las familias que sufrieron en un grado u otro la acción del viento y la lluvia, tanto en sus propiedades particulares como en aquellas instalaciones de carácter público en las que se produjo una mayor afección. Ello provocó un trance realmente desagradable, durante el plazo que fue necesario cubrir para que los contratiempos dejaran de protagonizar la actualidad y esta última volviera a estar otra vez marcada por los hechos que nos son habituales.

En todo caso, solventar esa situación requirió un esfuerzo que hubo de ser puesto en liza de manera colectiva. Tanto las personas como las instituciones dedicaron su empeño en reparar los daños a la mayor brevedad posible y también en aprender de ello de cara al futuro para que, cuando la Naturaleza determine una nueva puesta a prueba, la respuesta sea incluso más efectiva. Esto sólo puede ser factible en cualquier tiempo y lugar mediante el impulso que da la fortaleza de espíritu, tal y como los isleños hemos hecho ver en esta y otras ocasiones. No obstante, aunque esas adversidades se hicieron patentes, este quinto año del siglo trajo consigo, sobre cualquier otra consideración, un conjunto de aspectos ciertamente positivos. Porque, como nítido ejemplo de ello, para Tenerife ha resultado muy beneficiosa su postulación como plataforma logística intercontinental.

Resulta evidente que a lo largo de la historia del Archipiélago este territorio ha representado un nexo muy importante en las comunicaciones humanas entre Europa, América y África, debido a la posición geográfica que ocupa. Ahora, pretendemos aprovechar aun mejor esa situación para establecer en la Isla una base desde la que atender las necesidades de aquellos pueblos del Sur que precisan del apoyo decidido de los países más desarrollados. Se trata de formar parte de la Iniciativa Global emprendida por el ex presidente estadounidense Bill Clinton, cuyo respaldo al proyecto tinerfeño quedó de manifiesto con su activa participación durante la reunión celebrada en nuestra propia tierra en el mes de julio, un encuentro que fue posteriormente refrendado en Nueva York en el foro internacional convocado para abordar estas materias. Allí, el ex-mandatario dejó bien clara su favorable opinión sobre las capacidades de Tenerife, fundamentada tanto en la determinación de llevar a efecto este programa como en el elevado grado de desarrollo que ha alcanzado la Isla y el porvenir que se le presenta.

Ese futuro ha de estar orientado hacia el bienestar y la búsqueda de cada vez una mejor calidad de vida de los tinerfeños. Por consiguiente, debe estar ligado a la puesta en práctica de un conjunto de acciones encaminadas a dotar a la Isla de aquellos elementos que resultan imprescindibles para apoyar esa intención. Entre ellos figuran las infraestructuras necesarias que permitan ampliar las posibilidades en el terreno económico, tanto en aquellos sectores actualmente boyantes, como sucede con el turismo, como en los que con el tiempo han ido reduciendo su peso específico, que no su importancia, tal es el caso de la agricultura y la ganadería. Todo ello sin olvidar la incorporación de nuevas líneas de actividad. Hablamos de inversiones en infraestructuras que cabría calificar de estratégicas para el desarrollo económico y social de la Isla, que serán los soportes determinantes para garantizar la diversificación de la economía tinerfeña. No sería asumible otra posición que el equilibrio entre los diferentes ámbitos para que entre todos se sustente de una forma ordenada, sin que la dependencia excesiva de uno de ellos pueda provocar el colapso en un momento de crisis.

Igualmente esencial resulta la necesidad de favorecer las comunicaciones interiores de personas y mercancías. La movilidad es un factor muy importante y es preciso que los sistemas que la proporcionan se hallen al alcance de todos, para que la necesidad de realizar desplazamientos no impida el acceso a aquellas comarcas insulares donde se encuentran los medios productivos. Ahí es donde hay que buscar las razones para los proyectos de tendido de líneas de tren hacia el Norte y el Sur, que durante este año han continuado su fase de tramitación. Estas iniciativas se unirán al tranvía del área metropolitana, cuya ejecución se encuentra ya sumamente avanzada, para completar una red de transporte guiado marcada por la efectividad, puntualidad, seguridad y comodidad para los usuarios. Junto a este tipo de construcciones se encuentran otras de carácter eminentemente social, como ocurre con los nuevos complejos sanitarios y sociosanitarios de Icod de los Vinos y Arona, o los establecimientos de similar corte que se edifican en la actualidad, tanto en la capital como en otras localidades. Además, en este mismo campo resaltan otras muchas iniciativas que, aunque no suponen la realización de obras, alcanzan una gran importancia porque están destinadas a ayudar a quienes más lo requieren.

Sin embargo, la creación de infraestructuras o la ampliación de otras, como ocurre en el caso de las principales carreteras, no debe suponer el abandono de la política de protección medioambiental que viene siendo aplicada desde hace años. Hay que mencionar en este punto la destacada labor realizada en materia de repoblación forestal y de cuidado de nuestros montes, tanto en la prevención contra el fuego como en la correcta conservación de la salud de las especies vegetales. Porque sin Naturaleza no es posible el futuro y, por tanto, se hace necesario compatibilizar la puesta en marcha de nuevos servicios con el debido respeto al medio. Es precisamente en ese ámbito donde estamos obligados a movernos para facilitar la preservación de nuestra Isla, el territorio que habitamos y al que debemos nuestros desvelos. Los tinerfeños somos conscientes de ello y a esa dirección dirigimos nuestro esfuerzo, porque nuestro futuro será el presente de las siguientes generaciones.

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