Entre la constitución de los tagorores y el paso de Delta

El inesperado y traumático paso de la tormenta tropical Delta fue el último episodio de un año marcado por la incorporación plena de la capital tinerfeña a la Ley de Grandes Ciudades con la constitución de los cinco tagorores de distrito. En todo caso, una ‘gran ciudad’ que debió soportar durante varios días un apagón impropio del siglo XXI.

Santa Cruz vivió el año 2005 con una sensación de extrañeza por los cambios en el clima y la meteorología, con un nombre propio marcado en el calendario: Delta. Y eso que hubo varios antecedentes durante el año. En enero, fuertes lluvias mezcladas con calima. El 2 de marzo, una tromba de agua que afectó sobre todo a Anaga, recordó el trágico 31-M… y demostró que las alarmas, con el Cecopal como bandera, funcionan mejor y que algo se ha aprendido de las desgracias. Y el 18 de agosto, sí en agosto, fuertes lluvias a consecuencia de un frente tropical que originó una sensación impropia del principal mes del verano. Pero es la del 28 de noviembre la fecha que quedará grabada durante mucho tiempo en la memoria de los chicharreros porque ese día sufrieron de nuevo los embates de la Naturaleza, esta vez en forma de tormenta tropical, algo visto muy pocas veces por estos lares.

Por fortuna, Delta no causó los daños del catastrófico 31-M en cuanto a pérdida de vidas humanas, pero la cola del huracán -menos mal que fue sólo la cola- devastó buena parte de la ciudad en lo material y estableció un nuevo ritmo político, económico y social para un final de año atípico. Un dato concluyente: los cálculos hablan de 14,5 millones de euros en pérdidas, aunque algunas, como la de los emblemáticos ejemplares de Laurel de Indias arrancados de cuajo por el viento en la Avenida de Anaga, no tuvieran precio. La mañana del día 29 la ciudad estaba triste y los ciudadanos, cabizbajos, en un estado de profundo shock, todavía bajo los efectos del golpe recibido tras una noche sin luz, de velas, miedos, pilas y radio, con especial protagonismo de emisoras como Radio El Día o Radio Club Tenerife.

A ello contribuyó la ausencia de suministro eléctrico durante varias jornadas interminables, entre tres y cinco, según las zonas de la ciudad, para 230.000 usuarios, lo que originó una corriente de críticas al monopolio de Unelco-Endesa en el sector, así como la solicitud de ayudas a las instituciones. Sin embargo, en Santa Cruz, al contrario que en La Laguna, no se reprobó la labor del presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín, durante la crisis de la luz. Todavía hubo un coletazo, el del sábado 10 de diciembre, cuando 40.000 vecinos de distintos barrios volvieron a quedarse sin suministro por los efectos colaterales de la tormenta. Y en este resumen habría que mencionar también la doble cara de la Refinería, que durante la crisis de Delta aportó buena parte de su propia energía para el abastecimiento público, aunque el 4 de enero había dado un nuevo susto con la alarma originada por un leve escape en uno de sus tanques. El eterno Doctor Jeckyll y Míster Hyde de una de las pocas industrias ubicadas en la capital, que deberá salir en el futuro de los límites del municipio.

Pero la vida sigue y tras la tormenta llega siempre la calma. Lo cotidiano ayuda a pasar página y no han faltado, antes ni después de Delta, los atascos del tráfico, un problema que parece sin solución; las críticas a las obras del tranvía, que han originado más cortes de agua y luz en barrios como Ofra; o la escasez de aparcamientos, que enerva a buena parte de los ciudadanos. Y los fines de semanas, la imagen del Santa Cruz vacío, con sus habitantes en casa o de excursión, sin los muchos que trabajan aquí pero viven en las ciudades-dormitorio del Norte o del Sur. Y mientras, las calles ocupadas únicamente por grupos de inmigrantes, que empiezan a asomar la cabeza y que, después de seis días de intenso trabajo, a veces por debajo del umbral de la legalidad, haciendo las labores que ya no queremos, disfrutan de su momento de ocio. Tan importantes empiezan a ser estos colectivos en Santa Cruz, y no hay que olvidar su condición de potenciales votantes, que hasta se ha creado una concejalía exclusiva para la inmigración. En agosto llegó una patera a las costas de Almáciga, otro hecho inusual. Y en esas calles vacías de los domingos no hay que olvidar a los inevitables guiris, que dan vuelta tras vuelta perdidos ante locales cerrados porque nuestros comercios siguen sin abrir a pesar del volumen de negocio que se presume de los numerosos turistas y tripulantes que bajan de los cruceros, cada día más, anclados en nuestro Puerto.

Otra fecha clave fue la del 19 de octubre, cuando se constituyeron los tagorores de los cinco distritos de Santa Cruz. Un momento solemne dentro de la reestructuración administrativa que emana de la Ley de Grandes Ciudades, un marco normativo consolidado en el último año con actuaciones como la modificación del modelo administrativo municipal o el nuevo reglamento del Pleno. Pero el tagoror es la clave porque de él tiene que salir lo mejor de la participación ciudadana. Es un mero entramado teórico, se encuentra en un estado todavía de inmadurez después de sólo dos sesiones, pero su desarrollo supone en sí mismo un proceso revolucionario en cuanto a descentralización administrativa que debe continuar con el traslado a los distritos de buena parte de los servicios centrales.

Un año de grandes obras

2005 ha sido también el año en el que han continuado las grandes obras con la importante novedad de que empiezan a ser visibles para los vecinos y se vislumbra que pueden llegar a convertirse en realidad. La recuperación del viario del Barranco de Santos ha avanzado de forma considerable y ya se adivina la vía arterial que mejorará el actualmente complicado tráfico y hará ganar en calidad de vida. La plaza de España está a punto de cambiar de cara en lo que será el primer eslabón de la unión futura, o, mejor dicho, del reencuentro entre la ciudad y su Puerto, pues desde allí se establecerá la conexión con el nuevo Muelle de Enlace, aprobado de forma definitiva según el proyecto de los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre De Meuron, que hará ganar espacios portuarios para el disfrute y el ocio de ciudadanos y visitantes de Santa Cruz. Su gabinete es el responsable también de otra obra crucial, el Instituto Óscar Domínguez de Arte Contemporáneo (IODACC), un moderno museo de gran envergadura que crece a la vera del barranco de Santos y cuya estructura externa puede contemplarse desde el balcón del puente Serrador. Y a pesar de las sospechas de especulación y presuntos pelotazos no demostrados, continúa el proceso para hacer realidad el proyecto sobre Las Teresitas de otro integrante de la primera división de la arquitectura mundial, el francés Dominique Perrault. El último episodio de este largo culebrón ha sido la compra de la trasera de la playa, en el Valle de Las Huertas, por parte de la empresa Mapfre.

El parque García Sanabria merece capítulo aparte. Su vallado completo causó malestar e indignación en la ciudadanía que entiende como suyo este pulmón verde, tópicos aparte, de la urbe, sobre todo cuando entra la nostalgia durante las Fiestas de Mayo, del que es un marco incomparable e insustituible. Es probable que fuera necesario, pero este cierre total acrecentó los niveles de sospecha y sembró las dudas sobre ese secretismo respecto a lo que se hacía en el interior del recinto. Los destrozos originados por el paso de Delta impidieron su anunciada inauguración, prevista para finales de diciembre, pero se mantiene la expectación por comprobar, en principio el próximo mes de junio, el trabajo llevado a cabo por el equipo que encabezan Juan Manuel Palerm y Leopoldo Tabares de Nava, también redactores del Plan General y responsables asimismo de los trabajos de rehabilitación en el Barranco de Santos.

Ha sido asimismo el año de la ecuación Venta de Emmasa + Plan Económico y Financiero = Planes de Barrio. Al final, la enajenación de la empresa pública de aguas, un proceso muy contestado, que sigue en el juzgado por el empeño del Grupo Municipal Nacionalista, fue a parar de manera sorprendente a Sacyr Vallehermoso que no era, ni mucho menos, la favorita. Esos sesenta millones de euros, según la idea del cerebro económico del ayuntamiento, Guillermo Núñez, irán a ese Plan Financiero que permitirá afrontar los numerosos planes de barrio previstos. Ya están en marcha los de mejora y embellecimiento en Salud Alto y César Casariego. Para la oposición, meros lavados de cara que no entran en los problemas profundos que no se puede obviar que existen: discriminación, exclusión social, inseguridad, fracaso escolar… El Plan Estratégico se ha dado a conocer para marcar las líneas de desarrollo de Santa Cruz en los próximos años. Es sólo un esbozo en el que luego proyectar actuaciones políticas, pero, sin duda, un paso más en la definición del marco general de lo que se quiere hacer en el futuro.

Un asunto pendiente: los servicios sociales, que, pese a la buena voluntad y el esfuerzo del equipo encabezado por Maribel Oñate, no parecen capaces de afrontar lo que se adivina como la punta de un iceberg, producto del profundo cambio social que se está dando en toda la ciudad, pero sobre todo en barrios con enormes carencias en este sentido como Ofra, Añaza o La Salud. La solución es tan clara como complicada: voluntad política y grandes inversiones.

La movilización ciudadana, tan sana e importante durante 2004, bajó de intensidad porque el Plan General de Ordenación ha quedado congelado en su fase de información y muy pronto aprobación inicial. En una política de dejar hacer, el grupo de gobierno ha cambiado “lo que hubiera que cambiar” del texto, consciente de que podía perder los favores de un movimiento vecinal históricamente afín a las tesis de ATI-CC, si no aceptaba la mayoría de las alegaciones que motivaron las importantes protestas de 2004. Una excepción: las miles de personas que recorrieron Santa Cruz el sábado 26 de noviembre para oponerse a la construcción del Puerto de Granadilla y apoyar al mismo tiempo el desarrollo del de Santa Cruz.

La situación política

A nivel político, la sensación con la que acabó 2005 es que Coalición Canaria ha sabido una vez más superar la crisis que parecía abocarle a una catástrofe tantas veces anunciada. La hidra revive de nuevo por enésima vez; eso sí, más por deméritos ajenos que otra cosa. El PNC decidió de manera repentina acabar con su grupo municipal que ha hecho durante tres años una intensa y fructífera labor opositora. Guigou, Guimerá y Odalys siguen adelante en su lucha, perseverantes como siempre en animar el cotarro político, pero ya no es lo mismo, sobre todo de cara a la opinión pública.

Del PSOE cabe decir que puede haber perdido una oportunidad histórica de ganar en Santa Cruz por divergencias y divisiones internas entre aparato, partido, grupo, personas, familias o vaya usted a saber qué, aunque hay que elogiar la labor incansable de su portavoz, Francisco Tovar, que sustituyó al dimitido Manolo Santana; o de Ramiro Cuende, cuya figura ha ido agrandándose con el transcurso de los meses. Al reforzado secretario general de la Agrupación Local, Florentino Guzmán, le espera un duro trabajo en este año preelectoral para recomponer la imagen e intentar “el asalto al poder”.

El PP ha cumplido su papel de socio y escudero de gobierno. No es fácil trabajar desde el poder, que desgasta más que la oposición, y ahí han cumplido sin excesos los populares. El edil Brito Arceo, olvidados escarceos en otros campos, ha sido una sorpresa por su dedicación e interés en áreas hasta ahora olvidadas de forma injusta como el consumo o el archivo municipal. Y volviendo a CC-ATI, la formación nacionalista ha parado un golpe que parecía casi definitivo, cerrando filas y llegando a una entente cordiale entre sus grandes figuras en el panorama político insular, que parece conducir a la postulación, una vez más, de Miguel Zerolo como candidato a la alcaldía para cumplir el que sería su cuarto mandato. Se descartarían otras opciones porque los acontecimientos demuestran que la de Zerolo es la única con garantías de renovar el triunfo. El alcalde es un animal político que todavía no tiene fecha de caducidad en el horizonte. Pero eso ya es cosa de 2006.

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