En Canarias hay todavía 7.242 personas esperando desde hace más de seis meses por una operación quirúrgica, según el balance oficial de la Dirección General de Programas Asistenciales del Gobierno de Canarias. La Consejería de Sanidad asegura que las cifras han descendido un 33% en los últimos dos años al rebajarse en 3.674 el número de pacientes que aguardó más de un semestre por una operación en los hospitales del Servicio Canario de Salud. Pero las cifras aún son muy altas. Detrás de cada espera hay una historia, una historia para desesperarse.
Las listas de espera van más allá de las cifras. Pero si nos atenemos a éstas y hacemos un balance por islas, vemos que los que más tuvieron que demorarse para ser intervenidos quirúrgicamente el año pasado fueron los habitantes de Tenerife, con 10.865 personas engrosando las listas de espera. De ellas, un tercio tuvo que aguardar más de seis meses. Le siguen los residentes en Gran Canaria, donde la situación es bastante similar a la tinerfeña, ya que de los 9.980 pacientes que necesitaban en 2005 una operación, uno de cada tres tuvo que esperar más de seis meses para ser llamado a quirófano. En las islas menores también se producen retrasos. Así, de los 1.248 palmeros que requerían una intervención quirúrgica el pasado año, casi la mitad tuvo que esperar más de un semestre para conseguir plaza. En las islas más orientales, Lanzarote y Fuerteventura, las cifras bajan un poco, pero aún así, más de 800 personas aguardaban un quirófano en ambas islas. Donde casi no hay lista de espera es en El Hierro (52 personas) y La Gomera (31). Además, ningún paciente pasó más de medio año sin ser operado.
Cifras y sensaciones
Sin embargo, aunque Lanzarote no tenga una de las tasas más altas de espera quirúrgica en el Archipiélago, según los datos hechos públicos por la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, el 39,1% de sus habitantes da una calificación de “regular” al servicio de salud, un 25,9% señala que es “malo o muy malo” y tan sólo un 22,3% considera que es “bueno o muy bueno”. Estas cifras no son nada positivas si tenemos en cuenta que, en el conjunto del Archipiélago, hasta un 37% de los encuestados valora eficazmente la calidad de los servicios. Por especialidades médicas, las mayores listas de espera en consultas externas son las de alergología, seguidas a bastante distancia de la rehabilitación, pediatría, dermatología, aparato digestivo, cardiología o nefrología. Radioterapia y geriatría son las que menor tiempo de espera presentan, quizá por la urgencia de sus tratamientos y la delicadez de sus pacientes.
A pesar de que los datos publicados en materia de salud no son demasiado halagüeños en Canarias, la Consejería de Sanidad habla de una reducción de mil pacientes por año en las listas de espera quirúrgica del último bienio, cifra que, aunque por el momento no resuelve el problema, es esperanzadora, debido al crecimiento poblacional que ha registrado el Archipiélago desde finales de la última década, materializado en el aumento de casi 55.000 tarjetas sanitarias en los últimos 12 meses. Conscientes de la problemática que suscitan las lista de espera y el estado de la salud canaria en general, la Consejería de Sanidad ha puesto en marcha un plan que pretende proseguir con la centralización de la información de los registros de demoras en los hospitales y servicios centrales de la Consejería de Sanidad y, a partir de ahí, establecer los mecanismos para asegurar el derecho de garantía de plazos.
Además, se quieren crear grupos de expertos, con el propósito de revisar las indicaciones, priorizar las listas y proponer pautas de intervención, así como continuar con la mejora de los sistemas de evaluación y seguimiento de los centros sanitarios gracias al proyecto de informatización. Todo lo anterior tiene un objetivo principal: reducir las listas de espera. Y ello, a pesar de que es mucho más fácil salir de esas listas que entrar en ellas. Así, para entrar en una lista de espera quirúrgica hay que cumplir varios requisitos, como son, pruebas diagnósticas realizadas, consulta con el anestesista cumplida o no sufrir ninguna otra enfermedad; en cambio, para salir de la lista basta con padecer algún trastorno de salud (pasajero o crónico) o rechazar ser intervenido por clínicas y médicos desconocidos.
Los esfuerzos realizados desde la Consejería de Sanidad son indudables. Pero las cifras también son tozudas y lo cierto es que los sistemas sanitarios de Canarias, Galicia y Baleares son los peor valorados por sus usuarios, según el Barómetro Sanitario de 2005 realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas, mientras que los sistemas asturiano y navarro son los que mejores puntuaciones obtienen. En los casi 7.000 cuestionarios repartidos por las diferentes comunidades autónomas se pidió a los ciudadanos que evaluaran la atención recibida dentro del campo de la salud. De sus resultados se desprende que la nota general ha subido, ya que en 2002 un 66,1% pensaba que el sistema funcionaba “bien o muy bien”, mientras que en 2005 este porcentaje fue del 69,1%. La mejor puntuación, un notable, fue a parar a Asturias y la peor, un 5,37, a Canarias, que tiene 0,8 décimas menos que la media nacional.