Una carta abierta a todos mis colegas y amigos periodistas

No sabía yo bien en qué berenjenal me estaba metiendo cuando me aventuré a iniciar la recopilación de periodistas canarios o que han trabajado en Canarias, ante el vacío que esta importante faceta de nuestra cultura ofrecía dentro de la bibliografía insular. Mi objetivo, al principio, no pretendía ir más allá de una obra que, en el mejor de los casos, pudiera servir de estímulo o de ayuda a estudiosos e investigadores para otras de mayor aliento y profundidad. La realidad superó las previsiones.

A medida que avanzaba en mi tarea de recuperación de la memoria periodística fui comprobando con creciente claridad, y también pavor, que el tema se desbordaba y me desbordaba sin límite. Fue la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias -que había asumido y programado la edición- la que, ante mis sucesivas dilaciones en la entrega del texto, hubo de fijarla finalmente, sin más demora, para poder cumplir su calendario de publicaciones. En ese momento quedaba, y sigue quedando, bastante trecho por andar y lagunas que cubrir. Pero la decisión adoptada era comprensible. No había, pues, alternativa. Así, los tres volúmenes de Periodistas canarios. Siglos XVIII a XX pudieron empezar a confeccionarse en la imprenta en 2004.

Desde entonces hasta el momento actual he continuado acumulando fichas con nombres que no habían entrado en el libro, nuevas noticias sobre algunos de los ya reunidos, seudónimos identificados, más de una rectificación por erratas o errores, e información sobre periódicos y periodistas olvidados, manteniendo siempre como tope el año 2000, con la voluntad de completar el cuarto tomo, a sabiendas de que ésta es una obra abierta que jamás podrá darse por definitivamente concluida.

El objetivo de estas líneas no es otro, por tanto, que solicitarles con toda cordialidad colaboración y ayuda para culminar la labor, de forma que podamos dejar para el futuro un compendio, si no exhaustivo, porque eso nunca se conseguirá, sí lo más completo posible de los canarios que han hecho periodismo dentro y fuera de las islas; y de quienes, sin ser canarios, han trabajado en los medios de comunicación impresos y audiovisuales del Archipiélago, sin olvidar a los reporteros gráficos.

Mientras la investigación sobre los periodistas de los siglos XVIII, XIX y primeras décadas del XX se centró -y ha de continuar haciéndose- fundamentalmente en archivos, bibliotecas y hemerotecas, la información relativa a los periodistas de los últimos cincuenta años tiene en ellos mismos, y en las personas a las que están o estaban vinculados, una fuente de indudable valor. Como todo estudio de parecida naturaleza, éste, para llevarse a buen término, precisa de la contribución de quienes se sientan identificados de alguna manera con él y quieran prestarle su apoyo.

Esa ayuda, inestimable, la recibí de no pocos amigos y colegas mientras trabajaba en los tres tomos de Periodistas canarios. Mi gratitud, de la que dejé constancia en sus páginas, la renuevo una vez más. Ahora que he retomado otra vez el trabajo, con la voluntad de ampliarlo hasta donde sea posible, serán importantes y bien recibidas las aportaciones que ustedes puedan hacer, tanto si indican algún error o errata, para subsanarlos, como cualquier modificación en la actividad periodística personal o de otros compañeros, identificación de seudónimos, nombre y forma de localización de quienes no figuran en los volúmenes editados, etc.

El desarrollo del periodismo en Canarias desde la segunda mitad del pasado siglo XX y la cada vez mayor movilidad profesional hacen prácticamente imposible que se pueda asumir esta labor en solitario. Quiero poner especial énfasis en el apartado correspondiente a los seudónimos. Es una faceta fundamental de la historia de la literatura y del periodismo en Canarias que hasta ahora, pese a su riqueza y valor, no había despertado atención.

En la primera criba se recogen en el libro alrededor de 1.200. Pero es un porcentaje relativamente pequeño si se tiene en cuenta el abundantísimo uso que, a lo largo de casi dos siglos y medio, se ha hecho de este disfraz literario en la prensa canaria, o por canarios dentro y fuera de las islas, para ocultar o enmascarar la personalidad. De muchos de ellos se ha perdido para siempre, lamentablemente, el rastro de quiénes los usaron. Otros están condenados, sin duda, a correr la misma suerte, si aquellas personas que conocen la identidad de sus usuarios no la desvelan. Dándolos a conocer se rinde a la historia y a la cultura de nuestras islas un positivo servicio, aunque pueda parecer mínimo.

Estas líneas no van dirigidas sólo a mis estimados colegas, sino también a sus familiares y amigos y a cuantas personas puedan contribuir a que el corpus de los periodistas canarios se amplíe y enriquezca. Con la esperanza de que sea así, les ruego envíen la información al correo electrónico eliseoizquierdo@hotmail.com o a la dirección postal C/ San José, 1. 38201, La Laguna (Tenerife). Con mi agradecimiento anticipado, les envío el saludo más afectuoso.

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