La Universidad de La Laguna está experimentando momentos de tránsito. Inmersos en el proceso de convergencia europea que atañe a todas las universidades del país, y en medio de la publicación de distintos decretos por los que se regirá la nueva senda de la enseñanza universitaria, el año 2007 se ha revelado en esta casa de estudios como el año del cambio. Además, el pasado mes de mayo, poco antes de las elecciones autonómicas, La Laguna celebró sus comicios a rector. Tras una intensa campaña electoral, el Rectorado de la institución académica cambió de manos, por lo que el año que me toca relatar se encuentra marcado por este hecho.
Pese a la situación de incertidumbre -pero también de optimismo- que genera la reforma de las titulaciones con la vista puesta en la creación del Espacio Europeo de Educación Superior, la Universidad de La Laguna no ha dejado de crecer. En este curso académico se han puesto en marcha doce programas oficiales de posgrado, que dan lugar a máster y programas de doctorado con validez en todo el territorio de la Unión Europea, además de una treintena de títulos propios. Aunque el catálogo de titulaciones está congelado hasta que culmine el proceso de reforma, también hemos estrenado una doble titulación en Matemáticas y Estadística, con la idea de ofrecer a nuestro alumnado nuevas posibilidades de formación académica.
En el plano investigador, la universidad tampoco se ha parado durante 2007. Tras un largo proceso burocrático, por fin han visto la luz tres nuevos institutos de investigación: el Instituto de Estudios Avanzados en Fotónica y Molecular, el Instituto de Estudios Medievales y Renacentistas y el Instituto de Materiales y Nanotecnología. Los tres nacen con vocación multidisciplinar y con la idea de atraer recursos económicos destinados a investigación altamente competitiva y rigurosa, al tiempo que permitirán consolidar redes nacionales e internacionales de investigación.
Aunque nuestra llegada al Rectorado de la Universidad de La Laguna es todavía muy reciente, ya ha comenzado a hacerse visible el cambio este mismo año. El equipo de personas que me honro en dirigir quiere darle un nuevo impulso a esta casa de estudios, que lleva quizá demasiado tiempo mirando al pasado y lamentándose de sus muchas, pero no insalvables, deficiencias.
Es la hora de actuar, y lo estamos haciendo. En el momento de escribir estar líneas estábamos remozando la fachada del edificio central, un inmueble emblemático de nuestra institución y que necesitaba con urgencia un lavado de cara. También hemos culminado, no sin muchos esfuerzos y obstáculos, la puesta en marcha del expediente de construcción de la Facultad de Bellas Artes, así como el de reforma integral del Paraninfo Universitario, ahora en obras.
Pero la visibilidad de este nuevo brío que ha tomado la Universidad de la Laguna va más allá de las propias infraestructuras y de la propia apariencia. Hemos creado un Vicerrectorado de Relaciones Universidad y Sociedad, que pretende hacer que nuestra institución ocupe un lugar central en la vida de los canarios. Sin perder nuestra identidad, queremos llegar a todos los rincones del Archipiélago donde se demande nuestra presencia. Estamos ya en contacto con muchos ayuntamientos para conocer de primera mano cuáles son sus necesidades formativas y qué puede hacer la Universidad de La laguna en ese ámbito. El cambio ha llegado.