Con el aval de los datos estadísticos, gobernantes como el ex presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín Menis, apuntaron al Sur como “el indiscutible motor de la economía de Tenerife”. La deducción se valida con la contemplación de una realidad indiscutible: el 85% del PIB tinerfeño se sustenta en el sector terciario y, de forma particular, en el turismo, que tiene en los emporios de Arona y Adeje sus sedes tradicionales.
La estimación del Sur como “indiscutible motor de la economía de Tenerife”, que es consideración casi común de los estudiosos y especialistas del mercado, se contradice, sin embargo, con las espectaculares insuficiencias observadas en la cuantificación y cualificación de sus infraestructuras públicas básicas, en sectores como la sanidad, las comunicaciones, la educación y otras de similar entidad. Además, dentro del plano turístico, la instauración del sistema del todo incluido en múltiples establecimientos hoteleros, en su mayoría regidos y tutelados por empresarios peninsulares, supone un ataque frontal al comercio local, amenazado además por la perspectiva de la apertura de las grandes superficies, y a sectores como la restauración y el transporte, en muchos casos en estado de fase terminal e indiscutiblemente heridos de muerte.
Los empresarios hoteleros peninsulares, que además declaran sus beneficios en sus respectivas comunidades, se lucran de los beneficios producidos por las grandes inversiones promocionales a cargo y cuenta de las instituciones públicas isleñas, si no de las ventajas que les reportan los créditos blandos auspiciados por la RIC, pero –amparados en la legalidad, sin que se produzca el más mínimo esfuerzo para el hallazgo de una fórmula jurídica difícilmente compatible con las disposiciones globales- no son ni siquiera invitados, desde el Gobierno de Canarias, a la adquisición de un compromiso ético que, respetuoso con el espacio de otros sectores de la industria, permitan el retorno al anterior, un estatus más solidario e integrador.
Sanidad. Una población de hecho y derecho próxima a los 500.000 habitantes carece de la atención de un servicio médico pediátrico básico y, como dato perfectamente ilustrativo, la pírrica realidad de la presencia de una sola ambulancia medicalizada. La aspiración del Hospital Comarcal, la demanda esencial de la comunidad sureña, ahora disfrazado por la pomposa denominación de Centro Socio-Sanitario, no es mucho más que un cuento interminable e insuficiente; esto es, un proyecto fundamental cuyos plazos de ejecución -según anuncio institucional reciente- se volverán a vulnerar con demoras negligentes. En todo caso, será además una obra cuyos servicios se harán definitivamente insuficientes en la fecha de su entrega, sea cual fuere, por cuanto la explosión demográfica en municipios como Arona no está sujeta a tipo alguno de control o limitación.
Centros de Salud. Mientras, los centros de salud de localidades como Santiago del Teide cierran en horas de tarde, la que es consecuencia -según argumento de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias- de la falta de personal causada por el éxodo de los profesionales de la medicina, más y mejor incentivados en otros países de la UE. Camino de Guía de Isora, se amplían las dimensiones de las urgencias para los enfermos santiagueros hasta plazos de 20 y 30 minutos. Paradójicamente, el incremento poblacional registrado en otro enclave esencial, no extrae a San Miguel de Abona (todavía dependiente sanitariamente de Granadilla) de su histórico ostracismo. La inauguración de otra obra sanitaria pública en Vilaflor, finalizada hace cuatro meses, se hace depender de un trámite burocrático esencial, aparentemente leve. Pero la Consejería de Industria, a pesar de la celeridad con que se ejecutó el nuevo trazado de la línea de alta tensión, lleva una velocidad bien distinta. El alcalde de la vieja capital chasnera, Manuel Fumero, y su corporación municipal aún no han conseguido que se decrete la disposición del suministro eléctrico que permita la puesta en funcionamiento de un centro de salud absolutamente imprescindible.
Autopsias. Los muertos tampoco lo pasan mejor. Así, desde los últimos meses de 2003, por orden de los responsables de Justicia del Gobierno de Canarias y con motivo de la inauguración de las dependencias del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife, se procedió a la suspensión de la realización de las autopsias en las comarcas del Sur y del Norte de la Isla; un servicio que, en contra del espíritu presuntamente descentralizador de la máquina administrativa, se concentra ahora de forma exclusiva en el área metropolitana, con el consiguiente malestar -ya clamor- de los habitantes de esta parte de la Isla, que se ven obligados a transportar y acompañar, desde la periferia más lejana, las penas producidas por el óbito de sus familiares. Los alcaldes de los municipios sureños se hicieron portavoces de las protestas de los afectados, sin que se atisbe siquiera la elemental voluntad reparadora de un agravio que se proyecta como una auténtica ofensa y desconsideración a los sentimientos.
Tráfico y aulas. Obras igualmente interminables, como la variante de Guaza y la dilación en el diseño de carriles lentos producen una congestión permanente del tráfico, en aquel y en todos los enlaces de la TF-1, sin que se produzcan las respuestas administrativas pertinentes, en todo caso de complicado cálculo por la estimación de factores ya analizados como la explosión demográfica y el consiguiente crecimiento del parque automovilístico. El mismo desfase se produce en la disposición de la infraestructura educativa, puesto que el aumento de la población escolar es tan desproporcionado, lógicamente, como la magnitud de la explosión demográfica.
Inseguridad. La relativa disminución del número de delitos en la zona costera y turística no hizo precisamente complicado el diseño de la nueva estrategia del ladrón profesional. El sobreesfuerzo asumido por una sola pareja de la Guardia Civil durante los fines de semana -que en exclusiva difícilmente puede garantizar la seguridad de los habitantes de los municipios de San Miguel de Abona, Vilaflor, Granadilla de Abona y Arico- ha producido el desplazamiento del delincuente hacia la zona de medianías. La insuficiencia de efectivos de la Benemérita, que también deja el camino expedito a los ladrones en las medianías de Arona y del resto de los municipios del Sur de Tenerife, ha producido un aumento espectacular del delito -fundamentalmente el robo- en el nuevo campo de actuación de maleantes de todas las nacionalidades.
Medio Ambiente. El respeto a la pureza del medio natural, por el que el Sur ya pagó un precio elevadísimo en términos de territorio, y la necesidad de preservar los atractivos paisajísticos del destino turístico, se ven amenazados ahora con los riesgos contemplados en la nueva propuesta de diversificación de la economía -que vuelve a desconfiar de sectores tradicionales como la agricultura y la pesca artesanal- y el anuncio de la denominada revolución industrial, que, a pesar de su notabilísima contestación popular, convierte paradójicamente el proyecto del Puerto Industrial de Granadilla en la infraestructura prioritaria de los administradores públicos de la autonomía, la Isla y (salvando algún supuesto puntual como el nuevo gobierno local de Granadilla de Abona) el municipio.