Fuerteventura prepara el mayor cambio de su historia

Fuerteventura ha sentado en el último año las bases de lo quiere ser, de su papel en el momento actual, con la vista puesta en el futuro más inmediato. 2007 ha sido un período lleno de iniciativas de futuro en todos los órdenes. Un tiempo en el que la Isla, sus instituciones, su tejido empresarial, los colectivos sociales y sus ciudadanos, han reclamado y trabajado de manera serena y constructiva para ocupar su lugar en el concierto del Archipiélago.

Fuerteventura ha logrado tener presencia en los foros en los que se toman decisiones. Y lo hace con voz propia, sin intermediarios y con una visión de conjunto de lo que es Canarias. Los resultados de los últimos comicios electorales, municipales y autonómicos, han marcado la hoja de ruta de muchas de estas iniciativas, fundamentales para la Isla. Las elecciones de mayo situaron a Coalición Canaria al frente de cinco de los seis ayuntamientos de la Isla, además del Cabildo Insular, donde revalidaba su condición de fuerza más votada, con un holgado número de apoyos con respecto a la segunda fuerza. Es desde el Cabildo, como gobierno de la Isla, y en estrecha conjunción con los municipios, desde donde se han articulado algunas de las medidas necesarias para la ordenación y optimización de un territorio con un potencial como el que posee Fuerteventura.

La cuestión, quizá más importante, a la hora de definir el desarrollo de un territorio es su ordenación y aprovechamiento, vinculado al motor económico de la Isla: el turismo. Es por eso que uno de los temas que más interés ha suscitado durante estos meses ha sido la tramitación del Plan Especial de Ordenación del Turismo de Fuerteventura (PEOTF), el documento que marca las líneas del crecimiento de esta actividad económica en los próximos años. El PEOTF no ha contado con el apoyo de todos los sectores implicados, siendo en algunos casos usado como arma política, generando un intenso debate social. Próximo a su aprobación, delimitará en el futuro no sólo el territorio destinado a la actividad, sino también el modelo de oferta que Fuerteventura ofrecerá a los cientos de miles de personas que visitan la Isla cada año, buscando entre otras cuestiones potenciar un turismo de calidad.

Pero Fuerteventura también quiere abrirse a otras expectativas económicas, otras posibilidades de mercado. Y para ello mira hacia el continente africano. Por fin se ha hecho realidad este año una reivindicación en la que, aquí sí, han coincidido sectores políticos, económicos y sociales de la isla: el puerto de la capital ya tiene la consideración de Frontera Europea o Puerto Schengen. Algo que se oficializó en el mes de septiembre y que entre sus efectos más inmediatos permite la puesta en marcha de la línea marítima entre los puertos de Tarfaya y Puerto del Rosario. Esta línea permite la apertura de un nuevo mercado para las empresas majoreras, algunas de las cuales llevan años presentes en varios países del vecino continente.

El empresariado de la Isla ha vivido el nacimiento de la Cámara de Comercio de Fuerteventura como una figura vital para canalizar su potencial y mayoría de edad como sector productivo. Su creación es el resultado de una labor en la que han trabajado conjuntamente el empresariado y las instituciones publicas al unísono y que no ha estado exenta de algún que otro tropiezo. Una aspiración que ha permitido al empresariado contar con presencia en órganos de la Comunidad Autónoma y del Estado con voz propia, y de esta forma defender los intereses de un sector joven y en crecimiento. Además, nunca la proximidad de Fuerteventura y Lanzarote se ha hecho tan patente como en los últimos tiempos. Materializada en lo que se ha denominado el eje oriental, esta unión abarca objetivos comunes dentro de lo económico, político y social y supone, en cierta medida, el punto de partida de acciones conjuntas para desarrollar lo que entienden las dos islas debe ser el papel que deben jugar dentro del contexto del Archipiélago, desprendiéndose de la (desafortunada) etiqueta de islas menores.

¿Reserva de la Biosfera?

La Isla, desde el punto de vista medioambiental, también ha sido protagonista este año y, como en otros aspectos, en iniciativas de futuro. Además del impacto positivo que podría tener la aplicación del PEOTF (anulación de 55.000 camas turísticas en los próximos años, con el consiguiente ahorro de recursos del territorio), Fuerteventura quiere conseguir la máxima protección de su frágil ecosistema. A los planes de uso y gestión de algunos parajes emblemáticos de la isla se ha unido la intención de conseguir la declaración de una amplia franja de territorio, situada en el noroeste, como Parque Nacional de Zonas Áridas, por contener en ella espacios singulares desde el punto de vista medioambiental. De materializarse la iniciativa, sería un parque pionero en España y se sumaria a los cuatro Parques Nacionales que existen en el Archipiélago.

A esto habría que añadir el trabajo emprendido para conseguir la calificación de Reserva de la Biosfera para Fuerteventura. Otro de los proyectos medioambientales que ha situado a la Isla en el centro de atención tiene que ver con el proyecto de reintroducción de la tortuga boba (Caretta Caretta), que se ponía en marcha a finales del 2006 y que en este 2007 ha vivido el inicio de un ciclo que no se daba desde hace al menos 300 años. Decenas de pequeñas tortugas se convirtieron en indiscutibles protagonistas, mientras se adentraban en las aguas del mar después de pasar algo más de un año en el campamento Tortuga de la playa de Cofete, al sur, donde se espera que regresen al final de su ciclo evolutivo. Todo ello forma parte de un proyecto que se prolongará a lo largo de más de una década, en el que participan estrechamente Canarias y Cabo Verde.

Y es que Fuereteventura está de moda. Y no sólo por ser uno de los destinos turísticos más demandados en estos tiempos en los que se habla de agotamiento y cambio en el modelo turístico. Fuerteventura quiere convertirse en referente de foros internacionales en los que se debatan temas de interés global en asuntos como la economía, la política, el Medio Ambiente, la sociedad del siglo XXI, la globalización sostenible. Una muestra de ello es la consolidación de citas como la Conferencia Atlántica de Medio Ambiente, que ha celebrado este año su séptima edición con la presencia de un amplio plantel de especialistas nacionales e internacionales en materia de biodiversidad; o el Campus de Excelencia, que ha vuelto a reunir en su tercera edición a un destacadísimo grupo de especialistas, entre ellos 14 premios Nobel de Economía, Física, Medicina y Química, que en el mes de julio convirtieron a Fuerteventura en un foro mundial en el que se habló de ciencia, economía, sociedad, los retos de este siglo para la humanidad y, de fondo y como eje central, el continente africano.

Este territorio, que ha vivido de una forma especial, y a veces dolorosa, el fenómeno de su vertiginoso crecimiento, se encuentra en un momento crucial porque que después de mas de tres décadas se plantea la contención de su desarrollo. Esto sígnifica ralentizar la actividad del turismo y de la construcción, una economía que ayudo a Fuerteventura a dejar de ser una isla de emigrantes durante décadas, que ha traído las mayores cotas de bienestar de su historia… y pasar a convertirse actualmente en un territorio en el que el 60% de población no ha nacido en él. El reto es saber cómo responderá la sociedad majorera ante este envite. No hay que olvidar que buena parte de la población foránea llegó a la isla de la mano de estas actividades que ahora se ralentizan. ¿Se podría producir una operación retorno? ¿Cómo responderá la sociedad majorera a los altibajos puntuales de la actividad económica en los próximos años?

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