La industria de Canarias quiere convertirse en el mejor bálsamo para aliviar la recesión económica que atraviesa la región. Este sector, que busca aligerar la elevada dependencia del Archipiélago del turismo y de la construcción, confía en superar durante 2008, y por primera vez en la historia, las 7.000 empresas activas.
Canarias aparece como la única comunidad autónoma en que su sector empresarial industrial aún no supera el 5% del número total de empresas. Concretamente, de las 140.414 empresas existentes en Canarias, sólo 6.397 son del sector industrial, lo que supone un 4,5% del total. Sin embargo, el sector cuenta con todos los condicionantes para hacerse notar en el peso del Producto Interior Bruto (PIB). Entre las primeras bazas está el nuevo concurso eólico de Canarias. Una cita con las energías alternativas que ha llevado a más de 500 empresas a interesarse por hacerse con la asignación de 440 megavatios de potencia eólica de los nuevos parques eólicos del Archipiélago.
Además, el atractivo de este concurso se constata al comprobar que las grandes eléctricas del país se han presentado a esta convocatoria, han buscado socios y terreno para acudir a la puja para hacerse con un pedazo del pastel del nuevo concurso eólico de Canarias. A modo de ejemplo, el Cabildo de Gran Canaria concurre al concurso, a través del Consejo Insular de Aguas y de la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria (Spegc). Además de los gigantes eléctricos, son muchas las pequeñas y medianas empresas del Archipiélago que anhelan la adjudicación de un concurso que ha levantado una gran expectación y que “despierta el interés y la competencia de la industria”, según asegura el consejero de Empleo, Industria y Nuevas Tecnologías del Gobierno de Canarias, Jorge Rodríguez Díaz.
A esta convocatoria seguirá un nuevo concurso en dos años con el que el Gobierno de Canarias impulsa la consecución del objetivo previsto en el Plan Energético de Canarias (Pecan 2006-2015), aprobado por el Parlamento de Canarias. Además, este documento fija en 1.025 megavatios la aportación de potencia de origen eólico para el año 2015, en función de la potencia máxima admisible para cada uno de los seis sistemas eléctricos de Canarias. El Ejecutivo regional recuerda que, por su naturaleza, las nuevas infraestructuras energéticas implican plazos de trámite y de ejecución considerables, por lo que es deseable que la implantación de nueva potencia eólica se produzca de una manera escalonada.
La llegada del gas
Otro de los escalones en los que se apoyará la industria para seguir avanzando en su empeño por ganar terreno al resto de sectores se centra en la entrada del gas a Canarias. La empresa Gascan (Compañía Transportista de Gas Canarias) no renuncia a que las plantas de gas natural previstas en Canarias sirvan también para alimentar el consumo doméstico en las zonas capitalinas y el sur. Así, las canalizaciones previstas para llevar el combustible desde las planta regasificadoras hasta los núcleos urbanos contemplarán la posibilidad de que el gas se pueda acercar a los domicilios particulares, además de a las pequeñas empresas.
“Podrá usarse para el consumo doméstico si hay interés en ello”, reconocen desde Gascan, “porque técnicamente nada lo impide”. La llegada del gas natural desde la planta regasificadora hasta estos núcleos no será antes de los años 2013-2014. Además, se debe partir de la base de que el suministro de la planta regasificadora hasta la central térmica de ciclo combinado de Juan Grande, en Gran Canaria, estará listo en 2011, con lo que se pueden calcular dos o tres años más para acercarlo a los núcleos del norte y el sur, para luego ofertar la posibilidad del consumo doméstico si hay interés en esa explotación, según aseguran desde Gascan. El gas ciudad, que es como se denomina a esta posibilidad, es una alternativa que resultará más barata para las economías domésticas que la bombona de butano, si bien es difícil especificar qué porcentaje de ahorro supondría en caso de que, efectivamente, se pusiera en marcha.
Además, está previsto que las plantas regasificadoras de Gran Canaria y Tenerife sirvan para alimentar a la centrales térmicas de ciclo combinado de ambas islas. Y también está previsto que suministren combustible para el uso de aquellas pequeñas industrias que decidan contratar el servicio. Así se aprovecharía esta última posibilidad para acercar el gas a los domicilios. La planta regasificadora servirá para devolver al estado gaseoso un combustible que llegará licuado por vía marítima a la dos islas capitalinas.
La carestía de suelo
La industria en Canarias, no obstante, se encuentra con una notable dificultad: la carestía del suelo, que se ha disparado a raíz del boom inmobiliario. De hecho, el 60% del suelo industrial está desocupado en las Islas. Algo que revela que estamos ante un bien escaso. La consecuencia inmediata es que su elevado coste retrae la agrupación empresarial en unos núcleos que deben servir de referencia en la organización territorial y de diversificación económica. Entre los consejos que se vierten sobre este problema destaca la máxima de que las industrias deben tender a la concentración, un factor básico por la oportunidad que suponen en cuanto a intercambio de información, experiencias y ambiente socio-laboral.
El Plan Insular de Ordenación de Tenerife (PIOT) recomienda a los municipios que contemplen en sus planeamientos la disponibilidad para estos usos. La equiparación de las condiciones de las Islas no capitalinas con Tenerife y Gran Canaria para llegar a un mercado único regional es otra de las demandas de los industriales canarios encabezados por la patronal Asinca. Esta organización aboga también por la mejora de la política comercial y la reivindicación de que los productos industriales de Canarias estén presentes en todas las empresas de distribución del Archipiélago.
Respecto a la tipología de industria existen dos categorías bien diferenciadas. La que atiende a la demanda interior y la dedicada a la exportación. Las empresas que atienden el mercado interior suelen tener un tamaño pequeño o medio, y con una dotación tecnológica media o baja. Esto suele ser suficiente para atender las necesidades de la región. Por otra parte, están las dedicadas a la exportación, que son empresas más grandes y más complejas tecnológicamente. Especialmente destaca la industria agroalimentaria y, asociada a ella, la industria del frío.
Las principales industrias canarias están en los sectores del Tabaco (que ha venido a menos en los últimos años), los derivados del petróleo y las conservas de pescado. La industria tabaquera depende de las importaciones de hoja de tabaco, ya que el que se cultiva en las islas no llega para atender la demanda. Hay que señalar también el empuje de la industria de desalinización de agua del mar y la de agua embotellada, muy importantes en una región en la que los recursos de agua son limitados y dispersos y la demanda alta y concentrada. También se ha desarrollado una industria química que ofrece abonos e insecticidas para la agricultura.
Objetivos de Asinca
En este sentido, el presidente de Asinca, Pedro Ortega, reconoce que “la madurez se ha alcanzado ya, pero queda todavía mucho recorrido. Para Ortega, uno de los retos que debe afrontar la industria en los próximos años es la de solidificar su presencia en el exterior. “Para nuestras empresas”, continúa Ortega, “es una prioridad abrir nuevos mercados, ya que nuestro objetivo es el poder llegar a los consumidores de toda España y ser cada vez más competitivos”. “Desde Asinca”, añade, “esperamos que muchos de nuestros productos elaborados en Canarias se mantengan de forma permanente en los establecimientos de la Península y de Europa”.
Asimismo, tanto Tenerife como Gran Canaria acumulan más del 80% de las plantas industriales y más del 90% del empleo del sector. También son el principal mercado de las islas. La industria del resto de las islas está relacionada con el sector agroalimentario: tabaco en La Palma, conservas de pescado en Fuerteventura, quesos en El Hierro, vinos en Lanzarote… Los principales polígonos industriales son los de Güímar y Granadilla en Tenerife; y Arinaga y el Goro en Gran Canaria. Eso sí, a pesar de las políticas favorables para la localización industrial, las grandes empresas no se han radicado en Canarias de manera significativa. Un extremo éste que reforzaría aún más una actividad que es esencial para la diversificación.