Antonio Manuel Pérez Díaz, jefe de informativos de RNE en La Palma, nació en Santa Cruz de La Palma y falleció en esa misma ciudad el 10 de septiembre de 2007
Hay cosas en esta vida que nunca entenderemos. La ida de Antonio Manuel Pérez Díaz es una de esas cosas, que, primero, te dejan helado; luego, intentas comprenderlas y al final dices: No puedo entenderlo. Cuando la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife me pidió este obituario pensé: “¡Qué lastima tener que hacerlo!”. Luego, cuando me he puesto a escribirlo he pensado: “Es lo menos que puedo hacer”. Hay que ponerse en la piel de uno para ir entendiendo ciertas circunstancias.
Antonio Manuel ingresó en RNE en 1984. Hubiera cumplido el 1 de Noviembre, 23 años en esta Casa. La diferencia en la antigüedad entre él y yo estaba en dos meses. Éramos de la misma promoción. De forma continuada y sin una sola baja por enfermedad. No, no es un dato banal. Es un dato muy importante. Antonio informaba de su isla de La Palma todos los días del año, excepto cuando tomaba vacaciones para estar un poco más con Carmen y Darío, su mujer y su único hijo.
En Darío está la clave para que quien esto firma no alcance a entender el porqué de una decisión. Antonio era un trabajador ejemplar, que en el momento de partir definitivamente ocupaba el cargo de Responsable de la U.I. de RNE en La Palma. Lo mismo informaba del UB La Palma, del fútbol Tenisca-Mensajero, que del Cabildo, ayuntamientos, Observatorio del Roque de los Muchachos, Fiestas Lustrales, El Diablo de Tijarafe, las Cruces de Mazo, el puerto de Tazacorte… Nuestro último trabajo juntos fue la Bajada de la Virgen de las Nieves en julio de 2005. Pero la compenetración y el afecto mutuo era diario: “Venta”, como a él le gustaba decir, de reportajes a Madrid, entradas en Canarias Mediodía, reportajes para el 7 Días y además, mucha sintonía laboral. Pero a la hora de intentar entender por qué Antonio decidió el 10 de septiembre, a primera hora de la mañana, cortar con todo, NO es el trabajo, ni su cargo de responsabilidad, ni sus cafés de primera hora con algunos amigos… lo que me hace decir ¿por qué? Muchos sabemos que nuestra extrañeza radica por el intenso amor paternal que le profesaba a su único hijo, Darío.
Se ha llevado con él los motivos de una decisión que no tiene vuelta atrás. En RNE nos hemos quedado sin un buen compañero. La Palma ha perdido a uno de sus mejores profesionales, que promocionaba a su isla como nadie. Pero lo peor es que Carmen y Darío se han quedado sin un marido y padre, cuyo mundo giraba en torno a ellos y a su trabajo.
Descansa en paz, Antonio.