Canarias ante la tormenta perfecta

Canarias ha sido tradicionalmente un territorio estrechamente vinculado a los acontecimientos exteriores. Por eso, la elevada presencia en la estructura productiva de las Islas de actividades con una clara proyección exterior magnifica la sensibilidad cíclica de Canarias ante los cambios operados en el entorno internacional.

Canarias ofrece siempre una respuesta económica más rápida y más intensa ante las variaciones en la economía internacional Y la actual crisis mundial no ha sido una excepción. Aunque su origen está claramente localizado en el mercado hipotecario de los Estados Unidos, muy pronto derivó en una crisis de confianza y liquidez de alcance planetario. La globalización, la ingeniería financiera, la opacidad en el funcionamiento de algunos mercados financieros y la inadecuada, cuando no inexistente, regulación internacional se encuentran en la base de esta cadena de transmisión global.

El grado de exposición del sistema bancario español a los activos tóxicos ha sido claramente inferior al de otros países, lo que le ha valido para convertirse en un referente internacional. Su solvencia es un garante de que, a corto plazo, su capacidad de aguante está fuera de toda duda. Sin embargo, esto no significa que la banca española no haya sufrido también los problemas de restricción de liquidez internacional. En circunstancias normales, el colapso de los mercados financieros internacionales y las restricciones de liquidez suponen un factor de interrupción súbita del crecimiento económico. El panorama es aún más sombrío si se desarrolla bajo la rémora de una prolongada etapa de crecimiento asentada sobre elevadas dosis de endeudamiento para financiar el binomio consumo-construcción.

Y es éste precisamente el marco sobre el que se ha trasladado la crisis financiera internacional a España en general y a Canarias en particular. Así, según los últimos datos publicados por el Banco de España, el valor de los créditos concedidos por el sistema bancario (bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito) al sector privado (familias y empresas) canario se ha triplicado en el transcurso de los últimos siete años. Aunque los depósitos también han avanzado, lo han hecho a una tasa claramente inferior a la registrada por los créditos.

Este diferencial abierto entre el crecimiento de los créditos y los depósitos bancarios ha llevado la ratio créditos/depósitos en Canarias hasta el 2,50 (dato referido a junio de 2008, último disponible). En ninguna otra Comunidad Autónoma esta ratio es tan elevado, y a escala nacional se sitúa en el 1,62. Este dato sugiere un elevado grado de endeudamiento del sector familias y empresas en Canarias, lo que en la actual coyuntura de restricciones de liquidez, estallido de la burbuja inmobiliaria, ralentización brusca de la actividad económica y creciente desempleo augura un escenario bastante oscuro en el futuro inmediato.

Los datos de efectos de comercio en cartera impagados publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) parecen confirmar las sospechas anteriores. Frente a la estabilidad del período 2001-2006, en el año 2007 se aprecia un repunte considerable en los impagos. Así, en septiembre de 2008, último dato disponible, el número de efectos de comercio impagados en Canarias supuso el 9,75% del total, y significaron el 10 por ciento del importe del total de efectos comerciales en cartera. Ninguna otra Comunidad Autónoma presenta porcentajes de morosidad más altos, que, en el conjunto nacional, son del 5,47 por ciento y 5,63 por ciento, respectivamente. La situación descrita denota las mayores dificultades a las que se enfrentan las familias y empresas canarias a la hora de realizar sus pagos.

Impagados, construcción…

El desvanecimiento de la burbuja inmobiliaria y el derrumbe del sector del bloque tienen un doble impacto en aquellas economías que, como la canaria, cuentan con una estructura productiva poco diversificada y donde el ramo de la construcción tiene una elevada presencia relativa. La importancia del sector de la construcción en Canarias trasciende su elevada contribución a la producción y al empleo, debido a sus efectos de arrastre con numerosas ramas de actividad. Por este motivo la parálisis del sector se ha trasladado con dureza al conjunto de la economía canaria, siendo su cara más visible la fuerte expansión del desempleo. Los intensos descensos registrados en el consumo de cemento, en la licitación oficial o en los visados y certificaciones de obra ponen de manifiesto que el reajuste en el sector puede llevar bastante tiempo.

El fuerte endeudamiento del sector privado, las restricciones de liquidez y el fuerte ascenso del desempleo han ocasionado una caída brusca de la demanda, que ha puesto en jaque al ramo comercial. Desde diciembre de 2007, el índice de comercio al por menor ha registrado una dinámica claramente descendente, sucediéndose en los últimos meses tasas de crecimiento negativas. Entre diciembre de 2007 y octubre de 2008, el índice de comercio al por menor a precios constantes (esto es, eliminado el efecto de la inflación) ha descendido en casi un 32% en Canarias, lo que supone la mayor contracción a escala autonómica. La drástica caída en la actividad comercial se ha traducido, desde mediados de 2008, en la destrucción de puestos de trabajo. Nuevamente, Canarias es la Comunidad Autónoma que registra los descensos más intensos en el índice de ocupación en los últimos meses.

Futuro negro

Hasta ahora el único halo de esperanza lo ha representado la actividad turística, que ha resistido mejor que otras ramas de actividad esta tormenta perfecta durante la primera mitad del año 2008. Sin embargo, el futuro inmediato está repleto de nubarrones que no presagian nada bueno. Según la estadística de Movimientos Turísticos en Frontera (Frontur), que elabora el Instituto de Estudios Turísticos (IET), en los dos primeros trimestres del año el número de turistas extranjeros llegados a Canarias se incrementó respecto a los valores registrados en los mismos trimestres del año 2007.

No obstante, en el segundo trimestre ya se apreció una considerable ralentización, que en el tercer trimestre ha derivado en una clara contracción (-4,35 por ciento en tasa interanual). Los últimos datos disponibles, referidos al mes de octubre, denotan que la tendencia descendente se ha acentuado, pues hemos recibido un 7,3 por ciento menos de turistas extranjeros que en el mismo mes de 2007. El deterioro de la situación económica en Reino Unido y Alemania se ha dejado sentir con fuerza en la principal industria canaria.

El descenso registrado en el número de turistas no residentes en España llegados a Canarias se ha traducido en un descenso en el gasto total realizado por aquellos.

Según la Encuesta de Gasto Turístico del IET, en el tercer trimestre del año 2008 el gasto de los turistas extranjeros se contrajo, respecto al mismo trimestre de 2007, en un 5,7 por ciento. Pero este descenso no obedece exclusivamente al menor número de turistas recibidos, pues también el gasto medio por persona (-1,39) y el gasto medio diario (-0,91) han registrado tasas de crecimiento interanuales negativas en el tercer trimestre de 2008.

El fuerte deterioro de la situación económica nacional también se está dejando sentir en el número de viajeros españoles llegados a Canarias en los últimos meses del año. Según se desprende de la Encuesta de Movimientos Turísticos de los Españoles (Familitur), elaborada por el IET, durante el tercer trimestre de 2008 asistimos a un importante descenso en el número de viajes recibidos de residentes nacionales respecto al mismo trimestre de 2007.

Las tendencias anteriores se han dejado sentir tanto en el número de viajeros alojados en los hoteles canarios como en las pernoctaciones realizadas por aquéllos. En los últimos meses ambas variables han registrado, según datos de la Encuesta de Ocupación en Alojamientos Turísticos del INE, una notable ralentización en sus ritmos de avance, y ya en octubre se observan tasas negativas. Esta dinámica se ha trasladado a los ingresos hoteleros, que se han movido entre el estancamiento y los descensos en los últimos meses. Aunque esta tendencia es compartida por el conjunto del sector hotelero nacional, especialmente los alojamientos hoteleros de las zonas costeras, los establecimientos de cuatro y cinco estrellas escapan a la tónica general de deterioro. ¡Lástima que la excelencia turística no se haya cuidado como hubiera sido deseable en Canarias!

Una aproximación a la magnitud del impacto diferencial (negativo) que el mencionado deterioro de la actividad turística podría tener sobre la economía canaria viene dado por el diferente peso que el gasto (consumo) de los no residentes (turistas) tiene sobre el PIB canario y el del conjunto nacional: los últimos datos del INE publicados en el presente año, para 2004, reflejan que, en el caso de España, ese porcentaje apenas alcanza el 4%, mientras que en Canarias el gasto de los no residentes supone casi el 26% de su PIB.

Debilidades estructurales

Con todo, conviene subrayar que el grave deterioro de la situación económica en Canarias, al igual que en España, obedece a las debilidades estructurales de nuestro modelo económico, que, lejos de atenuarse durante la larga etapa de bonanza económica anterior, se han enraizado aún más. Las turbulencias financieras internacionales, a lo sumo, han actuado como un factor catalizador de la recesión.

Todo apunta a que la salida de la crisis será lenta, y es probable que en Canarias, lastrada por los pasivos del modelo endeudamiento-consumo-construcción de los últimos años, sea mucho más profunda. Por ahora, habrá que esperar a que las medidas adoptadas a escalas internacional y nacional para asegurar la estabilidad de los mercados financieros logren reestablecer definitivamente la confianza y reactiven la liquidez del sistema. La recuperación de la actividad económica no comenzará hasta que se resuelvan las tensiones financieras. Y será, con total seguridad, mucha más lenta. Además, aunque aún es pronto para valorar el alcance del plan de rescate de 10.850 millones de euros aprobado por el Gobierno de España, en el mejor de los casos estas medidas servirán para amortiguar el impacto de la crisis.

Dejando a un lado el debate acerca de la conveniencia de las medidas de política económica de corto plazo adoptadas, lo que parece bastante claro es que actualmente el margen de actuación de esas medidas está prácticamente agotado. Por tanto, el que nuestra economía salga de la crisis con la misma endeblez del pasado o que, por el contrario, salga fortalecida, pasa irremediablemente por las medidas de política económica de largo plazo. Esperemos que la severidad de la crisis sirva para, de una vez por todas, abrir un debate serio y sosegado sobre el modelo económico que deseamos para el futuro. Sin la base de reformas estructurales profundas, estaremos abocados a naufragios similares ante futuras tormentas.

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