A la ya tradicional amenaza (y oportunidad en otros casos) que para el conjunto de los medios informativos de Canarias representaba la eclosión de un mundo digital, sobre todo a través de internet, se ha venido a sumar en el año 2007 una brusca caída de los ingresos publicitarios, en parte por el descenso de la inversión de las empresas, en parte por su lenta pero constante migración hacia la Red.
Si en anteriores crisis siempre cabía la esperanza de la recuperación de las cifras de audiencia y facturación publicitaria, hoy sabemos que ya nada será igual. Tanto si se tarda uno, dos o tres años en salir del gran bache económico general, los medios canarios difícilmente van a recuperar sus anteriores cifras en sus soportes analógicos tradicionales, dada la exponencial fragmentación de audiencias a la que asistimos. En el caso de la prensa canaria, se puede afirmar que ya está recuperando lectores en sus formatos web, pero con retornos publicitarios muy exiguos y con una retención de los lectores mucho más débil.
Mientras los tiempos medios de lectura de los periódicos impresos superan los 20 minutos por lector, la atención que le prestan a sus ediciones digitales en Canarias oscila entre los tres y los cuatro minutos, frente a los 15 a 20 minutos que alcanzan los diarios digitales de ámbito nacional, según se refleja en OJD Interactiva. Las últimas cifras del año 2007 en difusión impresa denotan un estancamiento del conjunto por debajo de los 115.000 ejemplares de los últimos años. Pero en el ejercicio pasado, con el cierre de La Gaceta de Canarias y la desaparición de la edición canaria del gratuito Metro, la venta de diarios locales sufre de nuevo un retroceso.
Curiosamente, el año 2008 pasará a la historia como el momento en que la difusión de la prensa canaria en internet igualó a la distribuida en papel. En octubre se registraron más de 3,5 millones de visitas a las cinco cabeceras canarias con edición digital, lo que supone una media de más de 116.000 lectores diarios. Pero la publicidad y los ingresos no migran hacia la prensa digital canaria de igual forma. Por otra parte, mientras cada ejemplar impreso es leído por entre seis y diez personas en Canarias (según cada medio), en Internet cada visita es un lector. La gratuidad permite que el internauta disperse su atención en varios diarios digitales, blogs y sitios de referencia, que cada día absorben más publicidad, restando recursos a los medios tradicionales.
Frente al retroceso publicitario en todos los soportes, la publicidad digital creció en España el año pasado más del 35 por ciento. Los avances tecnológicos que permiten focalizar por islas o comarcas la inserción publicitaria a través de Google, vinculándola además al contenido contextual de cada navegante, ha supuesto un arma poderosa para atraer al anunciante local a un formato que le permite medir como ninguno el impacto de su inversión. La prensa canaria podrá seguir siendo rentable en el futuro si logra adaptarse a ese modelo, en el que los contenidos son gratuitos y la publicidad se personaliza tanto como para llegar a ser autentica información para el lector.
Radio y televisión
La radio en Canarias vive bastante ajena a esta evolución tecnológica. No le afecta apenas a la de contenidos generalistas, si bien sufre las mismas penurias publicitarias; pero sí incide en las radios musicales, que pierden terreno ante las crecientes descargas electrónicas de la población más joven. Si en Canarias la prensa local duplica en difusión al conjunto de los diarios nacionales –económicos y deportivos juntos–, en el ámbito de la radio ocurre todo lo contrario. La audiencia radiofónica sigue copada, según el EGM, por las radios estatales con delegaciones en Canarias.
A pesar de la proliferación de emisoras puramente locales, solamente Radio El Día en Tenerife y Radio Las Arenas en Gran Canaria alcanzan cifras significativas de oyentes, por encima de los 20.000 diarios. Eso sí, la gran novedad del año fue la aparición de la Radio Autonómica, de la que todavía no se conocen los datos de audiencia, pero que está llamada a ser un referente fundamental en el espacio radiofónico canario, hasta ahora muy segmentado insular y comarcalmente, ante la ausencia de iniciativa privada en el ámbito regional.
En el ámbito televisivo se han mantenido en Canarias los mismos patrones de evolución que a nivel nacional, con una salvedad. Frente al empuje y crecimiento de las más jóvenes cadenas –La Sexta, Cuatro y las temáticas– y el declive de las emisoras tradicionales, la Televisión Canaria recuperó ligeramente su audiencia en casi un punto, el mismo espacio que perdían las televisiones locales, que afrontan una muy difícil migración a la Televisión Digital Terrestre (TDT), como ocurre en el resto del país, donde el Plan Técnico Nacional programó muchas más emisoras de las que eran económicamente posibles.
Fue el grupo de las emisoras temáticas que se distribuyen por cable, internet y satélite las que más crecieron en Canarias, donde tradicionalmente han estado a la cabeza de España en consumo, solo superadas aquí por Tele 5. Antena 3 logró mantener su audiencia y ha sido TVE la que más pérdidas ha registrado, hasta casi igualar su audiencia a la de la Televisión Canaria.
A las tradicionales dificultades de todos los sectores económicos, el mundo de la comunicación ha de afrontar en Canarias el enorme reto de una reconversión tecnológica difícil, muy difícil. En la llamada economía de la atención, el valor son cada vez más los minutos que cada ciudadano cede al medio elegido. Cuando todo está a la sola distancia de un click en Internet, sólo los mejores lograrán las audiencias necesarias para mantenerse en el mercado local.
Pero también surgirán micromedios que se especialicen en nichos temáticos concretos capaces de abrirse un hueco en el mercado informativo, al menos en el de habla hispana. Esa es la gran oportunidad del mundo que viene.