Elton John, Chuck Berry, Julio Iglesias, Rubén Blades, Jamiroquai, Gloria Estefan, Chucho Valdés & Pablo Milanés, Zucchero, Miguel Bosé, Juanes… Lluvia de estrellas sobre Tenerife. ¿Que siga la fiesta o que alguien selle una ‘hemorragia’ económica que no parece tener razón de ser en medio de una gigantesca fractura financiera? Ocio de cinco estrellas. Sobre esta base maduraron muchos de los conciertos que se celebraron en 2008 en la Isla.
Tenerife alcanzó en 2008 su mayoría de edad en la organización de macroconciertos. Elton John, Jamiroquai, Gloria Estefan, Julio Iglesias, Marc Anthony, Juanes… ¿Puede la Isla aguantar esta presión económica frente al aluvión de malas noticias financieras? Aquí es cuando hay que tirar de una estrofa de perfil salsero para preguntarse si ¿hay euros para tanta gente? Dinero para la contratación de los artistas y, sobre todo, dinero para comprar las entradas de los conciertos. Más de dos docenas de espectáculos de un grosor monetario importante –con los precios de las localidades por encima de los 30 euros– forman parte de un anuario inolvidable.
Nada que ver con aquellos años de sequía y lamentos por la ausencia de intérpretes de primer nivel en Tenerife y en toda Canarias. Da la sensación de que un simple parpadeo ha sido suficiente para pasar de Segunda División B a una competición UEFA. Un ciclo dorado que acaba de anunciar otra ración de caviar para la próxima primavera. Greg Stewart actuará en mayo en Adeje. Antes, desconozco si es un farol, los promotores del concierto de Elton John insinúan que Paul McCartney se dejará caer por el costado sur de la Isla en febrero. ¡Yo, igual que Lázaro! Hasta que no lo vea, no lo escribo… Y es que con el amigo de Lady Di, con sir Elton, se abrió la caja de Pandora.
Pero tras la marcha de sir Elton, allá por el lejano mes de enero, otros músicos de leyenda se dejaron ver por la Isla. Así, Chuck Berry exhibió las raíces más puras del rock and roll por primera vez en Tenerife con los ochenta años cumplidos (Saint Louis–Misuri. 18 de octubre de 1926), Julio Iglesias regresó veinte años después, Miguel Bosé llevó a la Plaza del Cristo de La Laguna la gira que montó para celebrar sus tres décadas como artista, el Pavo Real de José Luis Rodríguez El Puma volvió a sonar en Candelaria, Raphael incluyó a Canarias en su gira… El 2008 tuvo sabor a leyenda y a vieja gloria, pero también introdujo a la Isla en la cultura del musical, un género casi desconocido por estos lares. Así, Celia pasó por el teatro Guimerá de puntillas –con menos tirón social del esperado– y Hoy no me puedo levantar, el espectáculo diseñado por Nacho Cano para homenajear la biografía musical de Mecano, se convirtió en la primera cita de este género que se representó en la sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife.
Además, el año 2008 volvió a darle una oportunidad al teatro Leal de La Laguna. Un nuevo espacio para la cultura del Área Metropolitana –que se une al Guimerá y al Auditorio– que asumió una agenda musical más íntima y exquisita; citas que aparecieron por la esquina opuesta a la que crecieron los macro–festivales como el Aguaviva (Adeje) o el Eólica. La pregunta es sencilla. ¿El año 2009 será un periodo de vacas flacas con menos ceros en los talonarios o podemos esperar otra etapa de sorpresas? Será extremadamente difícil superar el contenido de una agenda de trabajo en la que aparecieron nombres tan conocidos como los de Noa, Juan Luis Guerra, Alejandro Fernández, Extremoduro, Óscar de León, El Canto del Loco, Rosario, Mónica Naranjo, Chayanne, Luz Casal…
En definitiva, una nómina de estrellas en la que hubiera entrado perfectamente Bunbury, si éste no hubiera aplazado el concierto que tenía firmado para diciembre de 2008. A cambio, todo hace indicar que el ex líder de Héroes del Silencio descargará su Helville de Luxe en Tenerife el próximo verano. O no…
Sir Elton llegó, cobró… y se marchó
Sir Elton John llegó, cobró y se marchó. El viaje del británico fue supersónico. Camino de Londres, volaba desde los Emiratos Árabes, vio la posibilidad de ganar unas cuantas libras esterlinas en Canarias y ni se lo pensó. Hubo malestar por parte de una clientela que desembolsó un auténtico dineral por verlo en directo y, a cambio, se volvió a casa decepcionada por las condiciones en las que se movió un espectáculo que ofreció un desabrido recorrido por su exitosa y espaciosa discografía. De hecho, se soltó la melena cuando el comandante de su reactor privado ya preparaba la maniobra de despegue en el Reina Sofía, es decir, hora y media después de que sonaran los primeros acordes de su piano. Eso sí, fue una de esas fechas que sirven para fabricar historia. Parecida al día en el que Michael Jackson se contorneó en el puerto de Santa Cruz de Tenerife.