2016: meta para endulzar un año “para olvidar”

Si tuviera que elegir un instante o una fracción de segundo para sintetizar su labor al frente de la capital grancanaria, Jerónimo Saavedra lo tendría claro. Ese fugaz momento lo representarían las palabras del presidente del Comité de Selección de la Capital Europea, Manfred Gaulhafer, que incluyó a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en la criba final para la candidatura de 2016 junto a otras cinco ciudades españolas. Sin duda, un gran bálsamo para el alcalde.

Al regidor de la capital grancanaria le ha costado poner orden en su particular camarote consistorial. Cuando saltó a la palestra el nombre de su ciudad, ya todo tenía sentido. Atrás queda ese 2010 que incluso en un desayuno informativo en Santa Ana llegó a resumir en dos palabras: “Para olvidar”. Lógicamente, Saavedra no quería esbozar solo los problemas de gestión y de liquidez vividos por su equipo de gobierno, sino más bien un halo de esperanza ante un 2011 que debía pintar “como el de la recuperación definitiva”.

Y así pintaba la cosa. Para empezar, el Presupuesto municipal se demoraba tres meses ante el fallido Plan Económico Financiero, un documento que debía dar la estabilidad necesaria a las arcas y que sin embargo se topó con la negativa de la ministra Elena Salgado a los esperados préstamos con lo que se pensaba minimizar los números rojos. Desde luego, un varapalo inesperado. Saavedra tenía claro que de esta iba a salir, pero ya se estaba quedando sin comodines en esta camaleónica legislatura. La carrera hacia los comicios del 22-M seguía estando minada por numerosos escollos.

Sin embargo, el relevo experimentado en las filas populares (Cardona tomaba el testigo de Pepa Luzardo, no sin despertar las evidentes fricciones) le permitió tomar otra bolsa de oxígeno para rediseñar una nueva lista, con importantes cabezas sacrificadas: Dumpiérrez (edil de Seguridad) e Hidalgo (Empleo) se iban a la lista insular de Carolina Darias, mientras que Néstor Hernández, hombre fuerte de Saavedra, se retira provisionalmente de la política.

Las encuestas eran contundentes. Todo apuntaba a una ligera ventaja del Partido Popular en la capital grancanaria, aunque la gente se identificaba aún con el carisma de Saavedra, de ahí que el exministro haya echado el resto con este último argumento. Por un lado, se ha permitido el lujo de cargar contra uno de sus potenciales rivales, Jorge Rodríguez (candidato de Coalición Canaria a la ciudad), canalizando las críticas en los fondos perdidos del Plan Canarias (se pidieron 10 millones para revitalizar turísticamente la zona del Puerto y el Ejecutivo regional solo concedió dos) y por la deuda histórica de Guaguas Municipales.

El sainete de la empresa municipal de transportes acumula ya dos años de demora y 37 millones en la recámara. En cualquier caso, ambos focos de tensión le habían servido para erosionar las opciones de Rodríguez y para distanciarse, incluso, de la línea zapaterista de su partido, de la que últimamente no ha escondido sus críticas. “No es posible que los ministros de un gobierno socialista vengan a Canarias y no contacten con la organización del partido o con los poderes públicos que son del mismo partido”, llegó a decir tras la visita del ministro Miguel Sebastián al Archipiélago, quien llegó incluso a pasearse por El Hierro pero al que ni se le vio por las instancias de San Ana. Sea como sea, Saavedra ya tiene el acicate necesario para las elecciones en la consabida candidatura para 2016, que este mismo verano podrá convertirse en un hito o, simplemente, esfumarse en la criba final como un bonito deseo.

Pabellón y ‘ladrillos’ políticos

En similar sintonía se mueve la administración insular de la isla redonda (PSOE-NC). El firmamento, en este caso, describe un 2014 con mayúsculas, ya que Gran Canaria será subsede del Mundobasket, justificándose con ello la construcción del famoso Pabellón Multiusos. Sin embargo, la hoja de ruta configurada sobre este faraónico recinto no ha sido precisamente de color de rosas. Muchas voces discordantes se abrieron nada más empezar con la elección del emplazamiento, que inicialmente se estudió para la zona del Barranco de La Ballena, aunque vistos los problemas geotectónicos de sus campos de fútbol (sigue aún pendiente el derribo de varias instalaciones), se escogió finalmente el enclave de Siete Palmas.

Posteriormente, la coyuntura económica obligó a reducir sus dimensiones (se pensó en un aforo de 14.000 personas, ahora se anuncia de 11.000) y su presupuesto (de 90 millones a los 67 finales). Pero lo que más preocupó tanto a los ciudadanos como a la clase política fue el mortificante retraso en la adjudicación, la cual no se confirmó hasta la primavera de 2011. “El Mundobasket corre el riesgo de no celebrarse en Gran Canaria”, llegó a afirmar el portavoz del PP en el Cabildo, Carlos Sánchez, unas palabras que encontraron eco en otros sectores sociales. Al final, el consejero Óscar Hernández (NC) salvó el match-ball ante las continuas reuniones con el Gobierno regional y el Estado, pero las cicatrices son evidentes. Las obras debían comenzar en mayo pese a las alegaciones, por lo que se inicia un periodo contrarreloj “a pico y pala” por los campos de Siete Palmas.

Pero la vida en Gran Canaria no se limita a su capital. Así, hay otros focos de interés a recordar. El Consorcio de Rehabilitación Turística de San Bartolomé de Tirajana volvió a reinventarse tras cambiar de gerente -Rafael Molina Petit tomaba el testigo de José Fernández-, modificar su presupuesto -se hablaron de 10 millones iniciales, pero para 2011 se contará sólo con dos kilos- y después de limar asperezas a cuatro bandas (Estado, Gobierno regional, Cabildo y Ayuntamiento). El consistorio local (entonces gobernado por PSOE, NC y AV) cargó las tintas contra el primer gerente, lo que le llevó a generar fuertes tensiones entre socialistas y nacionalistas.

El Cabildo, en cambio, criticó la labor de la ex consejera autonómica, Rita Martín, mientras que el Ejecutivo canario tuvo sus particulares dimes y diretes estatales. Mientras tanto, la patronal de la construcción se echaba las manos a la cabeza ante lo que la propia María de la Salud Gil (presidenta de la AECP) había denominado como “un campo abierto para las cuitas políticas”. Y todo ello mientras los primeros proyectos del Consorcio continúan sin ver la luz.

Con todo ello, las relaciones entre Nueva Canarias y PSOE se han visto ciertamente deterioradas en el Cabildo Insular. Si ya con el Consorcio Turístico se produjo una seria cicatriz entre ambos, ahora, con los posibles cantos de sirena entre CC y PSC a nivel regional, el partido de Román Rodríguez no esconde su malestar, pese a los numerosos ententes bismarckianos que ha diseñado de cara al parlamento autonómico (PIL, SxT, Los Verdes e IU). Incluso no se antoja descabellado un pacto con los populares en Gran Canaria como amenaza a José Miguel Pérez por si abraza la hoja de ruta de Paulino Rivero, pero ya el itinerario político se ha convertido en una compleja red de alianzas que hasta a la ciudadanía le cuesta entender.

Por otro lado, la desaparición repentina de los fondos del Plan Zapatero han dejado un cúmulo de heridas políticas difícil de cauterizar. Ya no solo se trata de la eliminación de los Planes de Cooperación con los municipios -que se elevaba a 22 millones de euros-, sino también el dilatado conflicto de los bomberos del Consorcio de Emergencia (que supuso la dimisión de la consejera de Seguridad, Rosa Monzón), las protestas de los trabajadores de Sialsa, los conflictos con los sueldos del Matadero insular y las movilizaciones de los trabajadores de Valora (que acabaron definiéndose como funcionarios “de bajo coste”, a tenor de sus sueldos inferiores a 1.000 euros). Y todo ello si obviar el conflicto de Global (operadora insular) por la demora en las ayudas al transporte –pues el Cabildo le debe 12 millones de euros- y las divergencias con el proyecto ferroviario.

En resumen, herencia difícil tanto para Carolina Darias (relevo natural de José Miguel Pérez) como para José Miguel Bravo de Laguna (que vuelve al ruedo político con el PP), Fernando Bañolas (la incógnita de CC en estos comicios) o incluso para Román Rodríguez (NC), que intentará gambetear entre Cabildo y Parlamento.

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