Una mayor cualificación profesional de los trabajadores del sector primario, la mejora de las estructuras tecnológicas, los incentivos para la recuperación de suelos agrícolas o las adecuadas políticas medioambientales son condiciones obligatorias para alcanzar una mayor competitividad.
El sector primario de Canarias ocupa, según datos del último ejercicio, a más de 22.500 personas. Y su aportación al Producto Interior Bruto canario alcanzó el 1,01%. Uno de los objetivos del Gobierno de Canarias durante esta legislatura ha sido aumentar este porcentaje e incrementar el número de empleos derivados de este sector. Para lograr este fin es necesario lograr una mayor cualificación profesional de los trabajadores del sector primario, para incrementar el empleo estable y hacerlo aún más sostenible con el Medio Ambiente. La mejora de las estructuras tecnológicas, los incentivos para la recuperación de suelos agrícolas, las adecuadas políticas medioambientales o la simplificación y adecuación de la normativa territorial son también condiciones obligatorias para alcanzar una mayor competitividad.
El papel de la Viceconsejería de Agricultura y Ganadería es fundamental en la consecución de este objetivo, ya que es el departamento responsable de ejecutar la Política Agrícola Comunitaria (PAC) en Canarias y lo hace a través de dos instrumentos: El Programa de Opciones Específicas por la Lejanía y la Insularidad (POSEI), financiado por el Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA); y el Programa de Desarrollo Rural (PDR), financiado con el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER)
El POSEI permite ejecutar acciones a favor de las producciones agrícolas y ganaderas de Canarias, con el objetivo de compensar las pérdidas de renta de nuestros agricultores y ganaderos, motivadas fundamentalmente por la ultraperificidad. A partir del año 2009, una ampliación de crédito autorizado por la Unión Europea incluyó ayudas de Estado, permitiendo lograr un beneficio para el tomate de exportación, el sector vitivinícola, la hortofruticultura de mercado interior y la ganadería. Esta ampliación de crédito asciende a 46 millones de euros de ayudas de Estado, financiados al 50% a través de los Presupuestos Generales del Estado y de los Presupuestos de la Comunidad Autónoma de Canarias.
Las ayudas de Estado se han mantenido para los años 2010 y 2011, pero la ayuda excepcional para el tomate de exportación, que fue de 20.400 euros por hectárea para el año 2009, ha tenido que ser estructurada tras las directrices de la Comisión Europea de forma que la ayuda fuera reduciéndose hasta llegar en el año 2014 a 7.700 euros por hectárea. Además, la normativa obliga a los agricultores del tomate de exportación a ser más competitivos, modernizando sus estructuras productivas y aumentando así el rendimiento por hectárea. En cuanto al sector vitivinícola, se ha incrementado la ayuda por hectárea al viñedo de Denominación de Origen, que se multiplicó por un factor de 2,75. Además, se ha implantado una ayuda para el embotellado y transformación y otra para la comercialización fuera de Canarias de vinos de calidad.
En el ejercicio 2010, y a pesar de la situación económica mundial, hemos destinado al sector agrario 325 millones de euros, de los cuales 247 han sido ayudas directas a las producciones a través del POSEI y de otras ayudas de Estado; 27 millones de euros se han dedicado a la modernización de las estructuras productoras (con el fin de mejorar el rendimiento e incrementar la competitividad); 17 millones de euros se han invertido en transporte; mientras que los gastos de gestión y administración, contemplados en los capítulos I y II de los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma, han supuesto 34 millones de euros.
En cuanto al sector pesquero, se han invertido 26 millones de euros: seis millones de euros han ido destinados a ayudas directas a la producción; ocho millones de euros, a la modernización y tres millones de euros, al transporte. Los costes de gestión ascendieron en el ejercicio 2010 a nueve millones de euros.
Por otro lado, el POSEI incluye otro instrumento: el Régimen Específico de Abastecimiento (REA). Se trata de una ayuda al consumo de los productos esenciales para la alimentación humana (cereales para panificación o fabricación de pastas, azúcar, aceites, carnes, leche y productos lácteos, entre otros), para la industria agroalimentaria y para insumos en la agricultura y ganadería (piensos para la alimentación del ganado y papas de siembra).
Aproximadamente la mitad del presupuesto del REA va destinado a las ayudas a las materias primas que sirven para la fabricación de piensos para la alimentación del ganado, con lo que hemos logrado disminuir de forma considerable los costes de producción más importantes de la ganadería, algo que beneficia a los consumidores, ya que repercute en el precio final de los alimentos.
A lo largo de esta legislatura hemos dado importantes pasos, pero aún nos queda mucho trabajo conjunto por realizar. Tenemos que esforzarnos para lograr la excelencia de nuestros productos y, una vez conseguida, promocionar nuestra marca en los mercados exteriores. Hemos de distinguirnos del resto de países productores por los cuidadosos procesos productivos y por el cumplimiento de las más exigentes normas de seguridad laboral y bienestar social. Sólo así, atrayendo al consumidor responsable, conseguiremos ser competitivos. Todos juntos lograremos la reconversión que necesita nuestro sector agrario.
