Héroes de un tiempo nuevo

El deporte suele ser consecuencia de la contemporaneidad. Y en tiempos convulsos, el deportista canario también ha comprendido los cambios sustanciales con sentido de la realidad. Los devastadores efectos del recorte en las ayudas públicas y privadas apenas se perciben en el balance del deporte canario en 2013, un año en el que asistimos al mayor desfile de nuestros deportistas en podios mundiales. Y lo mejor: surgen en todos los deportes.

El oro mundial en balonmano de Dani Sarmiento, la Copa de Maestros del tenista David Marrero en dobles, el bronce europeo de Sergio Rodríguez con España, el subcampeonato en la ASP Europa de Jonathan González o el bronce mundial de Nicolás García en taekwondo demuestran que la inercia del éxito es una realidad. Son nombres conocidos que agrandan cada año su historial y que marcan el camino a una generación que se abre espacio entre las estrellas como el delantero Jesé Rodríguez, la gran revelación del Real Madrid, o Silvia Morales, que lo ganó todo en la clase Láser de vela.

Y hay otros campeones que van más allá, que nunca fallan en las grandes citas, que siguen dando brillo a un historial de leyenda. Son Thaïs Henríquez, pilar del equipo español de natación sincronizada que ganó tres medallas en el mundial de Barcelona; o las gemelas de Pozo Izquierdo, Daida e Iballa Ruano Moreno, con 23 títulos mundiales en el circuito profesional PWA de windsurf en sus diferentes modalidades. En pocos lugares se puede reunir a tan numerosa y cualificada gama de deportistas.Y en pocos lugares podemos encontrar también a equipos en la máxima categoría como en Canarias.

En casi todas las ligas españolas hay que contar con un equipo de las islas en los pronósticos finales. Pero el ejemplo del Club Baloncesto Gran Canaria en la ACB merece una consideración especial por cómo sacar el máximo rendimiento a un presupuesto que no alcanza ni la mitad del de los poderosos Real Madrid o Barcelona, con los que ha mantenido apasionantes duelos resueltos en los instantes finales. En 2013 se unió a la fiesta el Club Baloncesto Canarias, ahora bajo la denominación de Iberostar Tenerife, que sorprendió a todos metiéndose en la fase final de la Copa.

Fue el año también del ascenso del CD Tenerife a Segunda División después de sufrir una reconversión total de su estructura como club para reincorporarse a la Liga de Fútbol Profesional. Lo consiguió y Canarias ha vuelto a reverdecer el ambiente de rivalidad con la UD Las Palmas. Pocos deportes son capaces de paralizar a una sociedad entera durante 90 minutos como los clásicos del fútbol canario, siempre envueltos en la pasión y fervor de dos aficiones históricamente enfrentadas, pero consecuentes con una fiesta deportiva que actúa como pegamento nacional.

Aunque fue en otras modalidades deportivas, menos profesionalizadas, donde los equipos canarios demostraron su verdadero potencial. Acostumbrados a convivir con balances ajustados a los recursos que genera, el CB Islas Canarias sigue siendo referencia en el baloncesto femenino nacional. Su espacio habitual está en la parte alta de la Liga como ocurre con el CB Rocasa Gran Canaria en la liga femenina de balonmano. Dos equipos que aportan el mayor número de jugadoras a la selección española en sus diferentes categorías.

Con los datos de 2013 en la mano cabe concluir que Canarias ha decidido poner una distancia sideral con su pasado deportivo. La mejora de infraestructuras ha ido acompañada de una mayor cualificación técnica para, por fin, sacar el máximo provecho a un escenario con una climatología y condiciones naturales ideales para la práctica deportiva durante todo el año. Unas cualidades que han abierto las puertas de par en par para ampliar su oferta a los deportes de aventura, cuya práctica se ha disparado más de un 300 % en el último año. Un segmento que ha encontrado en las islas el marco ideal para las carreras de montaña. La TransGranCanaria, Tenerife Bluetrail, Transvulcania de La Palma, Haría Extreme de Lanzarote o el maratón de montaña Isla de el Meridiano en El Hierro reúnen cada año a los mejores especialistas mundiales junto a una multitud de aficionados que recorren todos y cada uno de los rincones de las islas. Trayectos rurales que también dejan una considerable huella económica en zonas alejadas de la tradicional oferta turística.

Aunque queda todavía mucho por hacer, el año 2013 se saldó con el grado de autoestima necesario para la moral de una sociedad desanimada por tantas e inexplicables convulsiones. Ellos, nuestros deportistas, nos han demostrado que debemos recuperar el sentido de la realidad para comprender los cambios sustanciales en el comportamiento del ciudadano del siglo XXI. Son los héroes de un tiempo nuevo.

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