Déjà vu es un término francés que en líneas generales significa “ya visto”. Este concepto describe la sensación que experimenta una persona al pensar que ya ha vivido un hecho que, en realidad, es novedoso. ¿Qué tiene que ver este término acuñado por Émile Boirac con el tema que aquí nos cita en este nuevo Anuario de Canarias? Bien sencillo: mucho. Y es una valoración general.
Nada de lo acontecido en el 2014, plásticamente hablando, nos ha resultado diferente, novedoso o digno de mención. Esta no es una opinión personal ni particular, sino más bien colectiva y en respuesta a las preguntas realizadas a un amplio sector de la cultura y diversos ambientes que tienen que ver con el tema a tratar. ¿Qué puede ser lo que nos lleve a esta situación? Lejos de pensar y hacer nuevas propuestas, nos limitamos a copiar fórmulas mágicas que en otros lugares han resultado positivas, pero que en nuestro caso muchas veces no se adaptan al contexto.
El contexto es algo a tener muy en cuenta; y que le diríamos a todos aquellos que se ocupen de dinamizar el sector cultural, bastante importante. Hasta la fecha, si hay que buscar culpables, los hemos encontrado en los tiempos que corren, en la crisis, en la escasa financiación pública o privada… Lo que está claro es que “el agua hay que cogerla cuando cae” y cuando no cae, hay que buscar fórmulas para seguir regando y no morir en la sequía más absoluta.
Es cierto que económicamente no se cuenta con lo que en etapas anteriores se contó, pero los continentes expositivos y el personal que lo gestionan sí existen. Por tanto, son muchos los edificios a ocupar y pocas o de poco frescor las iniciativas que se presentan. Al salir de nuestros límites insulares, no muy lejos, observamos que algunas ciudades ya han visto un valor en alza en la cultura y las artes, trayendo consigo una mayor afluencia de turistas.
Es evidente también que exponer en salas, bien sean públicas o privadas, no es la única manera de proponer proyectos o dinamizar el sector. El entorno virtual y otras opciones de espacios multiusos se perfilan como otras alternativas. Lo que falta es que los que ocupan puestos de gestores culturales sean valientes, experimenten, bajen a la arena del circo y se enteren de cómo va la vida real. Si miramos a nuestros vecinos para imitar propuestas, ¿por qué no probar con otras fórmulas? Ya lo dijo Adriano: “La cultura forma parte tan esencial del Imperio como las conquistas”.
Recorrido expositivo
Nuevamente nos toca realizar la complicada labor de hablar de lo más destacado durante el 2014. Para ello nos daremos un paseo por los principales espacios, salas, centros y museos de arte. No queremos hacer únicamente un resumen más o menos amplio de lo realizado, así que nos basaremos en lo que según el público asistente le ha llamado más la atención. Para no comenzar como en años anteriores, nos remitiremos en primer lugar a la Ciudad de los Adelantados.
Aquí prosiguieron afortunadamente las dos galerías privadas que aún continúan con las puertas abiertas, Stunt y Artizar, realizando un trabajo encomiable a la vez que difícil en estos tiempos. Las diferentes muestras llamaron la atención a un número destacado de público que acudió a las diferentes citas. Destacar de Artizar Hola dolores, título bajo el que Luis Palmero presentó nuevos trabajos, como Estrellarse, pespunte irónico sobre las realidades emocionales en las que se gestó la obra o las nuevas pinturas de Ubay Murillo en Bilder von Europa.
En esta misma ciudad el Instituto Cabrera Pinto, al igual que en años anteriores, compartió exposiciones con otros organismos públicos y provincias. Entre el Plano y el territorio, de José Antonio Zárate, fue otro de los trabajos que aquí se expuso. Desde lo subjetivo de la plástica, el autor trató de interpretar el paisaje insular desde una vocación reduccionista, depuradora de un lenguaje sintetizador, condensado y abstracto.
La Fundación Cristino de Vera por su parte nos emplazó a Conocer la Colección. Un proyecto educativo, dirigido a estudiantes de Historia del Arte y Bellas Artes, profesores y público general, cuyo objetivo fue difundir y profundizar el pensamiento y los planteamientos estéticos de Cristino de Vera a través de las obras pictóricas y dibujos que conforman la colección permanente. Esta actividad permitió a los participantes adentrarse de manera lúdica y formativa en el lenguaje plástico del artista.
Destacar entre lo presentado por la Fundación CajaCanarias, la retrospectiva de Martín Chirino Crónicas del Viento, que se pudo visitar en los espacios de esta fundación en Santa Cruz y La Laguna. La muestra, compuesta por 52 esculturas y 19 obras en papel, recreó un amplio recorrido de su obra, mostrando los momentos más destacados de su amplia trayectoria y los artistas e influencias que han hecho mella en ella.
Ya en Santa Cruz, el Círculo de Bellas Artes cerró el 2014 estrenando directiva y con ella una nueva gestión, repitiendo la fórmula de Mercadillo del Arte, reuniendo a su vez a distintos creadores de las diferentes ramas creativas. Por su parte, el Organismo Autónomo de Cultura continuó con lo realizado años anteriores, ampliando la política de convocatorias públicas en las que los artistas interesados presentan proyectos expositivos y a los que se sumó la muestra del centenario de la Real Academia de Bellas Artes.
Además, la Sala de la Recova destacó por Memorias de contrabando, exposición colectiva que abordó los acontecimientos y secuelas de la represión franquista durante la Guerra Civil y la dictadura a través de la mirada artística de autores canarios. La propuesta se complementó con proyecciones de documentales y un ciclo de charlas.
Dentro de las diferentes muestras del centro de arte contemporáneo del Cabildo de Tenerife, destacó Eberhard Bosslet-Chisme- Heavy Duty, que ofreció una visión general de los horizontes creativos en el campo de las instalaciones espaciales del artista alemán. Esta propuesta pivotó en torno al concepto de instalación y condensó el universo creativo del artista. Mediante instalaciones se entremezclaron los espacios públicos y privados.
Junto a ésta, otras exposiciones se dieron cita en el TEA, tal es el caso de la V Temporada de Área 60, donde encontramos Ad Intus. El espacio que habitamos de Romina Rivero o la fresca propuesta de Cada oveja con su pareja. Jugando con el arte, una revisión de la colección de este centro organizada por el departamento educativo y destinado al público infantil. Es posible que este dato resulte curioso al que lea estas líneas, pero es desde aquí desde donde tenemos que reforzar los cimientos culturales, enseñar a mirar a los más pequeños, herederos y futuro público del arte contemporáneo.
Arco 2014 contó con escasa presencia canaria. El Centro Atlántico de Arte Moderno fue el único organismo público asistente y Leyendecker la sala de carácter privado. En ediciones anteriores, asiduas como la de Manolo Ojeda o Saro León declinaron en esta edición la convocatoria. Además de a esta cita internacional, la Leyendecker llevó a cabo otras muestras entre las que destacamos, Rorschach Rhapsody, la primera exposición en solitario de James English Leary donde se pudo contemplar diecisiete acrílicos, diez sobre lienzo y siete sobre papel.