Los periodistas canarios, en general, están mal pagados; sobre todo si analizamos la carga de trabajo que soportan.
La situación del empleo en los medios de comunicación de Canarias dista mucho de ser la deseada. ¿Pero a qué obedece esta inestabilidad? La respuesta es compleja y precisa del análisis de multitud de factores.
En primer lugar, conviene hacer una matización. No en todos los medios el empleo es inestable. En aquellas empresas con plantillas más amplias y con una alta sindicación, la estabilidad es una característica común. Después de haber dejado atrás el período más agresivo de la crisis, el número de trabajadores no ha variado de manera significativa. 2017 fue un año de estabilidad para la mayor parte de los medios de comunicación, en el que incluso vieron como los ingresos publicitarios volvían a crecer.
En cuanto a los salarios podríamos decir que estos sí son insuficientes. Los periodistas canarios, en general, están mal pagados. Sobre todo, si analizamos la carga de trabajo que soportan. Los redactores y redactoras de los periódicos rara vez cumplen la jornada laboral que pone su contrato o su convenio colectivo, dado que éstas se prolongan, en ocasiones, durante todo el día. Existen diferencias salariales profundas entre los distintos medios de comunicación. En aquellas empresas con presencia sindical se han podido pactar subidas salariales durante 2017, que, aunque mínimas, dada la situación financiera de muchos de estos medios, han podido paliar la pérdida de poder adquisitivo de estos profesionales. Sin embargo, en aquellas donde no existe representación sindical, la subida del IPC en 2017 agravó aún más la precaria situación de estos trabajadores. Esto es una realidad que crea discriminaciones inaceptables.
El caso de la televisión pública
La propia Televisión Canaria, medio público de referencia en las Islas, alberga estas discriminaciones, ya que un redactor de los Servicios Informativos de esta cadena puede cobrar entre un 50-75% más que un redactor de Programas. No quiere decir que un redactor de Informativos esté bien pagado, sino que el de Programas lo está muy mal ¿Por qué sucede esto? Pues por la inestabilidad de las plantillas de Programas. Las productoras que prestan este servicio para la RTVC abusan de las contrataciones por obra y servicio, una modalidad que precariza el empleo y que en muchas ocasiones son contratos realizados en fraude de ley. Esta permanente temporalidad del empleo en estas productoras evita que los trabajadores se organicen y elijan a los representantes que podrían negociar un convenio colectivo de empresa o bien proponer la aplicación de uno sectorial, dado que se enfrentan a la posibilidad de no ser renovados o simplemente de ser despedidos sin apenas indemnización.
Pero los empleados y empleadas de medios de comunicación de menores dimensiones son los que se llevan la peor parte. En este tipo de empresas los empleos son profundamente precarios, cuyas condiciones laborales las regulan la legislación básica, saltándose los convenios colectivos sectoriales, de obligado cumplimiento en aquellas empresas cuyo sector se encuentre regulado por uno de estos textos normativos, fruto de la negociación entre patronales y sindicatos.
Conviene recordar a los propietarios de este tipo de medios, digitales en su mayoría, que existen convenios de aplicación, como el de Prensa Diaria, Prensa No Diaria o el de Empresas de Publicidad, entre otros, que deben seguir para establecer las condiciones de sus trabajadores. Y las/os redactoras/es, reporteros/as gráficos y resto de profesionales deben saber que tienen unos derechos fruto de las conquistas de los sindicatos y que el salario, los pluses que deben percibir, las jornadas de descanso o las vacaciones, están plenamente regulados, por lo que no deben aceptar coacciones o abusos patronales que busquen como fin tener mano de obra barata. Es aquí donde más casos se registran de falsos autónomos.
En estos pequeños medios de comunicación en ocasiones también es posible optar a delegados de personal, teniendo en cuenta el número de trabajadores. Convocar elecciones sindicales, con el fin de elegir al representante legal, debe ser una opción a tener en cuenta, ya que cuanto más organizada esté la plantilla y mayor conocimiento tenga sobre sus derechos laborales, mejores serán sus condiciones laborales. Se trata de un hecho constatado. En aquellas empresas con representación y una alta sindicación, las condiciones de sus trabajadores tienden a mejorar.
En los últimos años también han proliferado pequeñas agencias de comunicación y marketing que han basado su estrategia de competitividad en la realización de ofertas agresivas. 2017 fue un año duro en este sentido, con la consolidación de muchas de estas agencias que actúan como auténticas empresas pirata. Detrás de las ofertas radicales normalmente se esconden condiciones laborales y salarios indignos. Son precisamente las plantillas las que sustentan sobre sus espaldas estas ofertas leoninas que buscan reventar el mercado de las Islas y que en ocasiones lo han conseguido, incluso con la colaboración de ciertas instituciones que han dado mayor valor a los aspectos económicos que a los sociales.
Por otra parte, las radios canarias también sufren una precariedad intolerable. En especial, una vez más, las de menor envergadura, las locales. En ellas se conculcan los derechos laborales más básicos, salvo honrosas excepciones. Los sindicatos hemos detectado y denunciado ante la Inspección Laboral casos de empleados que son obligados a trabajar por 200 o 300 euros por una jornada de 40 horas semanales, trabajadores que desarrollan su labor sin percibir salario con la excusa de que se le está formando o bien, directamente, se solicita una aportación económica al empleado para poder trabajar allí.
Injerencias externas
Otro de los graves problemas que sufren periodistas y profesionales de los medios son las injerencias externas, tanto de instituciones y partidos políticos como de empresas anunciantes. Muchos redactores deben realizar su trabajo bajo inaceptables presiones, que muchas veces acaban en situaciones calificadas de acoso laboral, cuadros de ansiedad graves y de inestabilidad para las plantillas.
Un claro ejemplo de esto último es lo que está ocurriendo con la Radio Televisión Canaria. En 2017, el ente público trató de sacar a concurso los nuevos Servicios Informativos. Desde ese momento, la guerra ha sido descarnada, una batalla entre empresas que ha contado con la colaboración de partidos políticos y, tristemente, de algún sindicato. Lo cierto es que los grandes perjudicados son los trabajadores, cuyos puestos de trabajo pueden verse comprometidos si el Servicio queda en suspenso, ya que no puede ser nuevamente prorrogado.
La UGT ha solicitado que no se establezcan estrategias que perjudiquen a la actual plantilla de los Servicios Informativos, la cual está siendo la gran olvidada por todas las partes implicadas en esta guerra, que nada tiene que ver con la defensa de este Servicio Público. La UGT anima a redactores/as, reporteros/as gráficas, realizadores/as que lo necesiten que soliciten asesoramiento al sindicato sobre cuáles son los derechos que les asisten. Nosotros, como sindicato, consideramos inaceptable el modo en el que se está gestionando este asunto, donde los trabajadores están siendo tratados como mercancía o peones en una batalla entre empresas.
Por último, me gustaría hacer una breve reflexión sobre cómo democratizar los medios de comunicación de las Islas. En muchas ocasiones se nos anima a los trabajadores a identificarnos con un determinado proyecto empresarial. El patrón suele querer de nosotros que sintamos los colores. Esto en ocasiones genera situaciones absurdas, como trabajadores de distintos medios que discuten entre ellos sobre qué empresa genera mejores exclusivas, mientras no llegan ni al Salario Mínimo Interprofesional.
Si realmente quieren que las plantillas se sientan identificadas con el medio de comunicación donde trabajan, sería necesario que tuvieran capacidad de decisión sobre todo el proceso de producción del producto informativo, ya sea un periódico, un boletín de noticias o un informativo de televisión. Los consejos de Redacción o de Informativos podrían estar llamados a realizar esta tarea, siempre que se le dé la capacidad real de decidir qué noticias se deben incluir y cuáles situarse en la portada. Para que esto ocurra es preciso que se apuntale la negociación colectiva dentro de cada medio, y eso se consigue organizándose en sindicatos y estar dispuestos a movilizarse para lograr estos (y otros) objetivos.