El Gran Canaria se quedó a un paso de las semifinales de la ACB en la campaña 08/09 y de la Final Four de la Eurocup un año después. Mientras, el Tenerife Rural vio como el ascenso se le escapaba por segundo año seguido, una ocasión desperdiciada que le obligaba a dejar paso a un emergente Socas Canarias, que en este curso 09/10 peleababa por el ascenso a la ACB en el momento de redactar estas líneas. El misterio ya se puede haber desvelado en el momento de la lectura.
Comienza ya a ser costumbre hablar de tal o cual hazaña del CB Gran Canaria. Y 2009 no fue para menos. Tras colarse en la Copa del Rey, el conjunto amarillo rubricó su gran inicio de campaña con un sexto puesto al término de la fase regular, un lugar que le aseguraba una nueva presencia en los play off por el título. Al igual que sucedió en los cuartos de final del torneo del KO los isleños se cruzaron con el Unicaza de Málaga, al que tuvieron contra las cuerdas tras ganar en el Martín Carpena, y luego, ya en el Centro Insular, disponer de dos lanzamientos que de haber entrado hubieran metido al Granca en semifinales de la Liga ACB por primera vez en su historia. Pero la suerte no entendió esta vez de épica, se alió con el grande y los de Maldonado tuvieron que despertar de su particular sueño.
Esta temporada prácticamente nada ha cambiado en el equipo de la Avenida Marítima. Con una plantilla continuista y con el regreso de dos hijos pródigos, Pedro Martínez en el banco y Will McDonald en la pintura, el Granca sigue encarnando ese papel de modesto con rebeldía, capaz, por ejemplo, de hacer caer a todo un FC Barcelona, que en las 18 primeras jornadas de la 09/10 sólo dobló la rodilla cuando pasó por el CID. Buena parte de culpa de ello tiene Jaycee Carroll, un alero con cara de niño y misionero en Chile antes de su periplo universitario, pero con alma de demonio a la hora de anotar. Armas suficientes para hacer olvidar en un santiamén la alargada sombra de Carl English.
El cóctel de sacrificio y entrega no le bastó esta vez a los amarillos para entrar en la Copa (se quedaron fuera por el average), quizá porque al mismo tiempo tenían que atender otros menesteres de tanta o incluso mayor importancia, caso de la Eurocup, donde el equipo grancanario volvió a ver como la gloria la era esquiva. Debían los de Martínez remontar 11 puntos ante el Panellinios griego para meterse en la Final Four y aunque llegaron a ir 17 arriba mediado el último cuarto, un mal epílogo echó por tierra una clasificación que parecía asegurada. Su particular sino impedía al Granca hacerse aún más grande. Pese a todas esas heridas y la convulsa salida de su sempiterno presidente, Lisandro Hernández, junto al resto de consejo de administración, así como unos cada vez mayores problemas económicos solventados por ahora con el patrocinio de la subsede mundialista de 2014, los amarillos siguen redoblando esfuerzos y mantienen su estatus de serios aspirantes al play off por el título.
La Adecco Oro, féminas y nba
Y mientras tanto, un escalón más abajo, en la Adecco Oro, se confirmó un cambio de papeles que ya se vislumbraba desde hace algún tiempo. Y es que por segundo año consecutivo el Tenerife Rural no supo rematar una notable temporada y no concretó el ascenso en la primavera de 2009 tras caer en la Final Four de Fuenlabrada ante el Melilla. Fue el principio del fin de una etapa brillante en el conjunto blanquiazul, al que sus problemas económicos le obligaron a bajar un par de marchas para que su nave no se fuera a pique. Por su parte, y tras una temporada de transición (en la que por primera vez en mucho tiempo los fichajes no cuajaron), el Socas Canarias se ha consolidado como el mejor colocado para acompañar al Gran Canaria en la ACB en un futuro no muy lejano.
El cuadro aurinegro puso velocidad de crucero y, con un poco de planificación y otro tanto de exprimir al máximo sus recursos, logró reunir una plantilla a tener en cuenta. Retuvo a un inmenso Jakim Donaldson que día tras día demuestra que la categoría se le queda pequeña; recuperó a Levi Rost y trajo de nuevo a la Isla a Richi Guillén y a Nacho Yáñez, en medio de su madurez deportiva el primero, y con un extraordinario poso de experiencia el segundo. Si a ello se suma la continuidad de Alejandro Martínez en el banquillo y ese plus que dan las gradas del Ríos Tejera, suman los canaristas argumentos suficientes como para convertirse en serios candidatos al ascenso, siempre con el permiso de otros equipos.
Varios kilómetros más abajo, en el Santiago Martín, el nuevo y modesto Tenerife Rural se vio obligado a reconducir un nefasto arranque y con la llegada de Lou Roe logró enderezar el rumbo para al menos no pasar apuros en busca de fortalecer unos débiles cimientos, a la espera de mejores momentos. Y en La Palma… lo de siempre. En otro meritorio ejemplo de convertir en duros las cuatro pesetas, el UB vuelve a interpretar a la perfección el papel de conjunto irreverente, aquel que no pasó apuros el curso pasado, y que en el ejercicio 09/10, con la vuelta de su entrenador talismán, Rafa Sanz, tiene incluso nivel para codearse en la zona media de la tabla. Convertido Miraflores en un fortín, sólo unas bajas prestaciones a domicilio han impedido a los de la Isla Bonita luchar por cotas mayores.
En féminas, el Gran Canaria La Caja de Canarias vive alejado de esos años pretéritos de esplendor y se ha acostumbrado a convivir entre el sufrimiento, convirtiendo en éxito una permanencia otrora considerada como segundo plato. Tal vez, en un corto periodo de tiempo la travesía por el desierto se haga más llevadera con la presencia del Uni CajaCanarias, un equipo labrado desde la base y que de la mano de Esther Herrero ha ido creciendo en Liga Femenina II hasta el punto de poder afrontar la lucha por el ascenso con ciertas garantías. Pese a la etapa de transición de su primer equipo al menos le puede quedar la satisfacción a Domingo Díaz y a Begoña Santana, los dos máximos responsables del club grancanario, de que de su prolífica cantera no cesan de emerger numerosas promesas. Algunas de estos proyectos ya están cerca de materializar la metamorfosis y convertirse en realidad, caso de Leonor Rodríguez, que ha decidido terminar de crecer al otro lado del charco, en concreto en la Universidad de Florida State.
Y otro que sigue en Estados Unidos es el tinerfeño Sergio Rodríguez. Ajeno a los cantos de sirena que le llegan para que retorne a Europa, el Chacho parece empecinado con hacerse un hueco en la NBA. Tras lograr escapar del ostracismo en el que había caído después de tres años en los Blazers de Portland, el base isleño recaló primero en los Kinas de Sacramento y, luego, mediada la temporada, en los Knicks de Nueva York, un histórico venido a menos… pero aún con el suficiente nombre y entidad para que Sergio recupere la ilusión con la que llegó a Norteamérica. Una sensación en la que ha resultado clave Mike D’Antoni, un entrenador que ha dado al tinerfeño una confianza que nunca antes tuvo.