Resumir en este breve espacio los hechos más relevantes ocurridos en Canarias el pasado año desde el punto de vista de la acción de gobierno no es sencillo. En principio, me gustaría señalar que nuestro objetivo, el que nos hemos marcado para esta legislatura, se centra en promover las bases que permitan encauzar a este Archipiélago hacia un modelo de desarrollo para avanzar por el siglo XXI en condiciones de equilibrio ambiental, poblacional, económico y social.
Con ese objeto, consideramos imprescindible potenciar la diversidad de cada una de las islas, de manera que ninguna esté por delante de otra en infraestructuras, servicios y calidad de vida. Y, al mismo tiempo, es necesario superar las barreras marinas que nos fragmentan; de tal manera que el Archipiélago sea un espacio cohesionado, un solo mercado de oportunidades desde el punto de vista empresarial, cultural o de ocio. Acciones en uno y otro sentido han sido, por ejemplo, la puesta en marcha de todos los centros que conformarán la nueva red hospitalaria de Canarias en las siete Islas, o la elaboración de un Eje Transinsular que desarrolla las infraestructuras portuarias, aeroportuarias, de carreteras, transportes y telecomunicaciones necesarias para favorecer la movilidad entre las diferentes islas de personas, empresas y actividades comerciales o culturales.
Al mismo tiempo, estamos convencidos de que nuestro futuro pasa por la definición de nuestras relaciones con los tres continentes con los que mantenemos vínculos históricos, políticos, comerciales o emocionales. En este sentido, durante el 2004 culminamos el largo proceso del encaje de Canarias en Europa. Canarias logró ver reconocida su singularidad en varios artículos de la Constitución Europea, apoyada de forma mayoritaria por los canarios. Y este reconocimiento supondrá, de hecho, un impulso importantísimo a nuestro desarrollo que se traducirá en políticas específicas destinadas a compensar el coste de la ultraperiferia.
Iniciamos, además, el proceso de reforma del Estatuto de Autonomía, otro de los pilares sobre los que se asentará nuestro futuro como pueblo. Un texto que será nuestra “constitución archipielágica”, de la que se derivarán en cascada todas las leyes canarias que más nos afectan como pueblo. Un texto profundamente social que articulará los principios de ultraperiferia y de espacio único, de respeto a la diversidad de las Islas y de centralidad atlántica.
El 2004 ha sido también un año marcado por la terrible masacre del 11 de marzo y las elecciones generales del día 14 de marzo, que produjeron un cambio de ciclo político en Madrid. Hemos tenido que recomenzar con el nuevo Gobierno todo un proceso de reconstrucción del diálogo y la coparticipación, desde la lealtad institucional y la búsqueda de acuerdos que hemos impuesto a nuestras acciones en el Archipiélago. Reclamamos, por ejemplo, compartir las responsabilidades en un asunto tan delicado para Canarias, humana y socialmente, como es el control de la inmigración irregular. Elaboramos en sintonía con el Estado un plan específico que esperamos que sea una realidad en breve, al mismo tiempo que hemos intensificado las visitas y gestiones ante el reino de Marruecos para mejorar la cooperación y la lucha conjunta contra la inmigración clandestina.
En materia turística, 2004 ha sido un año de transición. La crisis en los países que son nuestro mercado tradicional y la enorme competencia que generan destinos emergentes en un mundo cada vez más global han aconsejado un proceso de readaptación en el que ha sido durante los últimos años el principal motor de nuestra economía. Hemos apostado por la calidad de la oferta y la cualificación de nuestros trabajadores, por la rehabilitación de la planta alojativa obsoleta, por la sostenibilidad y la promoción de Canarias como marca única.
Las políticas sociales siguen siendo una de nuestras grandes preocupaciones. De ahí que, por ejemplo, incrementáramos con más de ochenta millones de euros el presupuesto destinado a Educación, o que a pesar de la absolutamente inadecuada financiación sanitaria hayamos podido intensificar el esfuerzo en este campo reduciendo las listas de espera un 23 por ciento. O que nos hayamos comprometido en aprobar este año una ley, pionera en el Estado, que incremente las ayudas que la Comunidad Autónoma da a las personas en situación de marginación, pobreza o exclusión social.
En definitiva, durante el pasado año hemos emprendido acciones encaminadas a mejorar el día a día de los ciudadanos de Canarias y hemos articulado políticas destinadas a garantizar el futuro de este pueblo. Un pueblo único, diverso, atlántico, cuyo desarrollo tendrá que articularse desde la sostenibilidad y la protección ambiental, desde el reconocimiento europeo y español de nuestras singularidades, desde nuestras propias normas estatutarias, desde el respeto a la diversidad de cada isla, desde la concepción de Canarias como un único espacio cohesionado y desde la posición que ocupamos como eje tricontinental y núcleo radial en el Atlántico.