Mayo de 2005 supuso el punto de inflexión de esta legislatura con el fin del pacto entre Coalición Canaria y el Partido Popular en el Gobierno de Canarias. Adán Martín puso final a 10 años de colaboración política dentro y fuera del Ejecutivo entre nacionalistas y populares y para ‘engrasar’ el funcionamiento de su nuevo equipo reunió a todos los cargos públicos y directivos en una cumbre celebrada en Agaete.
La fuerte oposición interna que el PP estaba realizando a la labor de CC con el Gobierno central y el endurecimiento de las críticas populares al PSOE y al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero invitaron a Adán Martín a prescindir de los conservadores y a ordenar el cese de los consejeros de Industria y Comercio, Luis Soria; de Presidencia y Justicia, Australia Navarro; y de Empleo y Asuntos Sociales, Águeda Montelongo. El presidente inició entonces una nueva etapa pactando un acuerdo de colaboración y apoyo parlamentario con el PSC-PSOE y conformando un gobierno en minoría de color nacionalista. Marisa Zamora (Empleo y Asuntos Sociales), Marisa Tejedor (Industria y Comercio), Isaac Godoy (Educación, Cultura y Deportes), Domingo Berriel (Medio Ambiente) y Manuel Fajardo (Turismo) entraron como nuevas caras en el Ejecutivo, estos dos últimos sustituyendo a Augusto Lorenzo y José Juan Herrera Velázquez, respectivamente. Por su parte, José Miguel Ruano pasó de Educación a Presidencia y Justicia.
A fin de engrasar el funcionamiento del nuevo Gobierno, y ante el rebrote del pleito insular que surgió tras las acusaciones de desequilibrio por parte de los empresarios de Las Palmas, Adán Martín decidió reunir a todos los cargos públicos y directivos de su Gobierno en un encuentro que tuvo lugar en Agaete. Una vez pasado el ecuador de la legislatura, era necesario renovar bríos y coger fuerzas para afrontar dos años complejos y con retos nuevos por delante. Era necesario marcar las coordenadas de esta nueva etapa y que todos los cargos (consejeros, viceconsejeros, directores generales, directivos de organismos autónomos y empresas públicas, asesores y responsables de comunicación) se conocieran personalmente y supieran los principales objetivos de cada departamento para trabajar de forma más coordinada. El presidente del Gobierno marcó desde el principio la necesidad de un nuevo estilo de gobernar, con un cambio tranquilo pero efectivo, y la recuperación de la iniciativa ante la sociedad.
Imprimir un trabajo serio y riguroso a la acción del Gobierno, transmitir una imagen de cohesión a la ciudadanía y una actuación interna más coordinada se trazaron como los principales fundamentos para afrontar la segunda parte de la legislatura. El equilibrio también se erigió como una de las principales claves para la gestión del Ejecutivo tras el rebrote del pleito insular surgido tras la formación del nuevo equipo gubernamental. Por ello, Martín pidió a los cargos públicos que cada una de las acciones del Ejecutivo debía ser equilibrada: el deber y la exigencia de aunar esfuerzos para evitar y contrarrestar el rebrote pleitista, calculando y sopesando cada una de las decisiones que se adoptaran. Un equilibrio que supone trabajar por todas y cada una de las islas y por garantizar desde los poderes públicos la igualdad de oportunidades.
‘Recetas’ de la buena gestión
La transparencia, el rigor, la dedicación, la austeridad, la cohesión, la coordinación, el diálogo y el consenso son las principales consignas de esta nueva etapa para los miembros del Ejecutivo. Y todas ellas fueron resaltadas en la cumbre gubernamental de Agaete. “No se puede poner en tela de juicio la honorabilidad del Gobierno”, fue una de las máximas transmitidas desde Presidencia del Gobierno al resto de los cargos públicos. Con un Ejecutivo monocolor, la cohesión interna y la coordinación entre sus miembros es básica tras los desencuentros que produce un gobierno de pacto entre dos partidos tan dispares como CC y PP. Mayor cohesión debe significar más eficacia en la gestión y en el aprovechamiento de los recursos.
Para Martín, el diálogo y el consenso deben presidir todas las actuaciones del buen gobierno, en todos los ámbitos políticos, administrativos, económicos, sociales y culturales. “El Gobierno no está parado” es otro de los lemas de la buena gestión. Por ello, Martín solicitó multiplicar el trabajo y la gestión diaria para dar frutos lo antes posible y que en las elecciones de 2007 se pueda presentar una relación de logros claros y diáfanos antes la sociedad. La sostenibilidad en las actuaciones, la igualdad en las políticas y el equilibrio interinsular son los ejes de actuación sobre los que debe basarse la actuación de cada departamento del Ejecutivo.
Y como culminación de toda la gestión del Ejecutivo se encuentra la política de comunicación. De ahí que Adán Martín instara a su Gobierno “a estar más en la sociedad” y dar a conocer más el trabajo, “porque el Gobierno que no comunica es un Gobierno que no hace nada”. Por lo menos, ante los ciudadanos. Por ello, en la cumbre de Agaete también estuvieron los jefes de gabinete, jefes de prensa y miembros de los equipos de comunicación del Ejecutivo para enfatizar la nueva política de comunicación, más coordinada de cara al objetivo común de transmitir con mayor transparencia la acción del Ejecutivo.