Tras el adiós del Reino Unido, la UE se debate entre el decaimiento y la frustracción, arrastrada por los principales problemas de sus 450 millones de habitantes
Se van alzando voces, generalmente entre la extrema derecha europea, que abogan por la ruptura de la Unión Europea, a fin de buscar soluciones a corto plazo en los que cada país se busque la vida y resuelva sus problemas sin consultar con nadie. Como si ello fuera posible
Pero si alguna duda enturbiaba el panorama a raíz del famoso brexit, que convenció a más de medio Reino Unido que sus barrios pobres, su paro, la inmigración o su desesperanza se lo debían a la UE, el invierno que se aproxima nos hará salir de dudas de quien podrá salir solo de tanta crisis.
Sin embargo, mientras se aproxima la presidencia española de la Unión Europea, en el segundo semestre del próximo año 2023, es hora de reflexionar el qué y para qué de tanto artilugio europeo, porque nos encontramos ante una Presidencia checa semestral que tiene muchas deudas pendientes sobre su compromiso con el derecho europeo, separación de poderes y derechos de las minorías.
Y nos encontramos con muchos dirigentes que perdieron el norte.
Europa nació de una crisis económica y de la necesidad de gestionar el mercado del carbón y del acero. Los seis países que se unieron hace 64 años, en la postguerra de la II Guerra Mundial, buscaban impulsar la cooperación económica, conscientes de que el comercio produce una interdependencia entre los países, que reduce las posibilidades de conflicto
A partir de allí cabalgaron las distintas vicisitudes con mayor o menor acierto, pero siempre en movimiento. Esa era la Comunidad Económica Europea, un nombre más apropiado que el que se adoptó en Maastricht de Unión Europea y que de unión no le queda más que el nombre y la evidente aspiración necesaria.
Hoy, esa organización inicial de seis países, convertidos en 27 tras las distintas incorporaciones y la marcha de Gran Bretaña, se debate entre el decaimiento y la frustración, arrastrada por los principales problemas de sus aproximadamente 446 millones de habitantes en 2021, sin encontrar solución a ninguno de ellos.
Ni la inmigración, ni el paro, ni los diferentes problemas sociales añadidos (en los que no participa más allá de simples recomendaciones), tampoco la crisis económica, ni el gravísimo problema energético que amenaza a Europa, tienen respuesta en los foros supuestamente preparados para afrontarlos.
Una tímida y tardía reacción se vislumbra en las instituciones de Bruselas, como respuesta a los zarpazos entre países que han sustituido tanta palabrería sobre solidaridad, hermandad y diplomacia.
Nuestra Europa cuenta con un Parlamento cuya función es la de brazo legislativo de la Unión Europea, elegido por sufragio universal directo, pero que no decide ni legisla sobre las principales preocupaciones.
Nuestra Europa, la de 23 lenguas oficiales, se mueve a fuerza de marketing y de planes al más puro estilo parque temático. No cesa en su afán de celebrar cumpleaños, de hacer visitas oficiales o de discutir acaloradamente sobre asuntos para los cuales no tiene ningún poder de decisión. Vive recomendando, como un sabio frustrado metido en un laboratorio.
Europa está sumida en una lucha de poderes estratégicos y globales que va dividiendo al mundo en dos bloques, pero parece no conocer sus consecuencias. Y a veces nos encarcelamos en el bloque no europeo.
Como alternativa, aparece fugazmente la de tolerar algunas medidas que beneficien a algunos países, sin implementar el reglamento de pegar con una regla sobre las manos de quienes quieren sacar a sus países adelante. Los permisos, las excepciones…van abriéndose paso entre la rígida maraña administrativa.
¿Europa, estado federal?
La ya antigua aspiración alemana de convertir a Europa en un Estado Federal ha pasado a la historia sin hacerse realidad y ello se expresa en la falta de capacidad de afrontar las grandes crisis que desembocan en el terrible conflicto Rusia-Ucrania, o en las desacertadas palabras de Borrell sobre Rusia en las que en vez de evitar la ampliación de la guerra o de condenar la invasión, quiere meterse de lleno en ella, y meter así a todo el continente, sin ver las graves consecuencias que tiene.
Según su propio relato, la Unión Europea es una comunidad política de derecho constituida en régimen sui generis de organización internacional nacida para propiciar y acoger la integración y gobernanza en común de los Estados y los pueblos de Europa.
Nadie nos dijo que para estar en la Unión Europea hay que obedecer a la OTAN en todas sus dimensiones.
Aquí Canarias
Algunos de los estados miembros, como España, Francia y Portugal, tienen territorios fuera de Europa, los cuales pueden formar parte de la Unión: las denominadas Regiones ultraperiféricas como Canarias que ha sido bendecida con artículos del Tratado de Lisboa, pero a la que le falta dirección y arte.
Al igual que otros países europeos, como Grecia, que sufrió los embates del austericidio, Canarias continúa bendiciendo los fondos europeos, pero sin aportar la solución para una buena administración de los mismos.
Tampoco encuentra Canarias una salida coherente a su futuro económico y social, y los diferentes gobiernos se niegan a cuestionar al Dios Turismo, lejos de pensar que puede ser también, masificado y demoledor, el virus letal de la gallina de los huevos de oro. Y no es que escaseen los fondos, sino que la gestión hace preguntarse en qué se gastan los cientos de millones que vienen a este Archipiélago, porque a la hora de la verdad el ciudadano no los ve. Las convocatorias para “reparto” están mal planteadas, son para sesudos funcionarios y dan plazos miserables que sólo las grandes empresas pueden cumplir.
Según el Gobierno de Canarias, este Archipiélago ultraperiférico percibirá unos 4.890 millones de euros de fondos europeos ordinarios hasta el año 2027, tras haberse concretado la mayor parte de las asignaciones del marco presupuestario plurianual de la Unión Europea (UE).
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, anunciaba que España ha recibido el segundo pago procedente del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Y añadía que este desembolso llega después de que el país llevara a cabo reformas e inversiones en ámbitos clave para Bruselas, como la economía digital, los servicios de salud, la educación, el mercado laboral y el saneamiento de las finanzas públicas, entre otros.
A juicio de la UE, el país ha cumplido con los 40 hitos y objetivos marcados, aunque mantiene dudas sobre la viabilidad de la reforma del sistema de pensiones, lo que podría comprometer el cuarto pago de estos fondos europeos.
Canarias ha recibido ya 2.022 millones de euros con cargo al instrumento europeo Next Generation EU, tanto en fondos del React-EU como del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR).
Al parecer el Gobierno de Canarias no ha aportado una relación de la distribución de los gastos de las diferentes consejerías, y cada Consejería, en la libertad que le da un gobierno de coalición y la propia configuración en ocho islas de Canarias, decide a su antojo.
Pero las diferentes administraciones de Canarias carecen de capacidad técnica y humana para sacar adelante los proyectos previstos y se ha reconocido que ello lastra la ejecución de los programas comunitarios de todos los proyectos pensados para el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), como denunciaban algunos medios no precisamente afines al Gobierno, como ABC.
Al parecer, el Ejecutivo autonómico solo pudo sacar adelante un 17,83% del MRR presupuestado en 2021 (184,4 millones de euros) y ello fue reconocido por el propio presidente canario, quien admitió que habrá “problemas” relacionados con la falta de recursos humanos.
Encima hay gente en España que patea en contra del país, en contra de lo dictado por el propio funcionamiento de los grupos políticos en el Parlamento Europeo, en el que es costumbre defender primero al país que se representa y luego al grupo político. Estos no obedecen ni a unos ni a otros: van por libre vendiendo veneno, dispuestos a sorber su parte, cuando les toque.
Rompiendo todas las reglas, el PP continuaba su campaña en contra del reparto de los fondos, cuando una delegación de alcaldes del PP se reunía hace unos meses en Bruselas con representantes de la Comisión Europea y la Eurocámara para denunciar que el Gobierno español está llevando a cabo un reparto arbitrario de los fondos de recuperación europeos y la falta de transparencia en su gestión.
Canarias Europa en la voz de los interlocutores
Al eurodiputado canario Gabriel Mato le preocupa que durante la Presidencia española de la UE el verdadero reto del Gobierno sea incorporar en la agenda temas que puedan dejar la impronta de España, como la necesidad de reforzar la política exterior entre la Unión Europea y América Latina, así como los países del norte de África. Ambiciones complicadas en el contexto actual, porque los asuntos de interés para España cuesta sembrarlos en Bruselas y Estrasburgo.
Problemas como la defensa y seguridad de España (que se llevará el 2 por ciento de los Presupuestos Generales del Estado), la política exterior ambivalente, y la crisis energética, que alimenta vorazmente la crisis económica, y que toca de lleno todos los bolsillos, predicen una Presidencia española sin pena ni gloria. Más bien difícil.
Los ciudadanos, y especialmente los jóvenes europeos tienen poco de qué agarrarse ante este desolador panorama. No hay viviendas, pero suben los tipos de interés para que la gente no gaste, el paro juvenil supera cualquier visión negativa…por no haber no hay ni dinero para la compra, pero los políticos reclaman confianza en ellos.
Al eurodiputado canario Juan Fernando López Aguilar, presidente de la Comisión parlamentaria de Justicia e Interior (y aquí hay que recordar las diferentes crisis migratorias) le preocupan la rebeldía de Polonia y Hungría contra alguna de las normas fundamentales de la UE, lo que ha hecho que Bruselas ponga en marcha varios procesos sancionadores, que son indispensables.
En su origen está el Tratado de Lisboa de 2009 con la carta de derechos constitucionales, pero Hungría y Polonia se destaparon contra la inmigración, con leyes infames contra los grupos LGTBI, y se erigen en infractores de los deberes y obligaciones con el conjunto de la Unión Europea.
La ampliación de 2004 incorporó a países incluidos en la URSS, y que dan pasos hacia atrás. Chequia y la República Eslovaca son menos agresivos que Hungría y Polonia, pero la respuesta en profundidad está por ver ante la crisis de Ucrania.
López Aguilar dice que la UE es una unión voluntaria y recuerda la necesidad de respetar el pluralismo político, exigidos a la hora del ingreso en la UE, pero tolerado después…. Ahora anuncia que se pusieron en marcha los reglamentos de condicionalidad del Estado de derecho para que no se acceda a los fondos si no cumple con las condiciones de separación de poderes, respeto a las minorías, etc.
López Aguilar aboga por una respuesta europea ante la vulneración de derechos por parte de algunos de los países integrados en 2004, pertenecientes a la antigua URSS y por la corrección de leyes contrarias al derecho. Pero insiste en que la UE sigue siendo una isla de paz y de justicia, un oasis y un paraíso de libertades.
Ni la perspectiva de López Aguilar parece muy creíble y digna de optimismo ni tampoco el entusiasmo con el que Borrell se suma a la confrontación en el conflicto Rusia-Ucrania, iniciado por Putin con la invasión de febrero de 2022. Habría que abrazar las palabras del líder hindú cuando le dijo a la cara y públicamente a Putin que no es momento de guerra y que hay que seguir los pasos de la diplomacia y la negociación.
La presidencia checa
Gran parte del programa y prioridades de la presidencia checa, actual líder del Consejo, se enlazan con medidas de apoyo a Ucrania, o tienen que ver con las consecuencias de la guerra. No somos ajenos al conflicto, lo estamos viviendo en cada casa, en la enorme inflación, en nuestros alimentos, en cada porción de nuestra economía y en el duro invierno que se avecina. También en Canarias, aunque el clima será más clemente con los canarios y los europeos, subvencionados o no, que nos visiten en estas horas difíciles.
En líneas generales, esta Europa estará quieta y callada mientras no se reinvente, se mueva y actúe con sentido común. Elaborando normas y posiciones políticas claras y alejando sus pasos de la ambivalencia, la ceguera o la irresponsabilidad de muchos de nuestros dirigentes.