El primer año de Bermúdez en la alcaldía después de la censura a Patricia Hernández estuvo macado por los esfuerzos para reactivar la vida y la economía de la capital
El 1 de julio de 2021, el alcalde de Santa Cruz de Tenerife ofrecía una rueda de prensa donde hacía repasó de los principales hitos del primer año de su mandato. En otras palabras, se hacía balance del primer año tras la vuelta a la alcaldía de Bermúdez, tras la moción de censura a Patricia Hernández y que había supuesto para el primero un paréntesis tras ocho años en la Casa de los Dragos. Bermúdez retomaba pues su proyecto de ciudad.
Ese día de julio habló de una gestión centrada “en las personas y en la defensa del tejido productivo, mayoritariamente pymes y autónomos”. Habló de su deseo de “recuperar la economía y el empleo, con las premisas del diálogo con los sectores, y aumentando la inversión para las familias vulnerables y entidades que ayudan a los vecinos y vecinas”.
Bermúdez recordó que “los primeros pasos fueron, por un lado, convocar a todo el Tercer Sector, organizaciones de personas que trabajan para las personas, para constatar sus necesidades, destacar su valía como un aliado clave en la atención a las familias y plantear la declaración de emergencia social en el municipio para disponer de los recursos imprescindibles” y, por el otro, “convocar a colectivos empresariales y de autónomos para consensuar las medidas a poner en marcha desde el Consistorio y mitigar los daños de la crisis sanitaria en el tejido productivo local”.
Ambas líneas de trabajo desembocaron en la Mesa de Reconstrucción Social y Económica, que había comenzado su labor en octubre de 2020. Apoyo al sector cultural y audiovisual, unido a medidas de bonificación fiscal para pymes y autónomos, terrazas express, Bonos Consumo y comunicación permanente con los sectores fueron sus líneas maestras, además de asfaltados y regeneración de vías, nuevos aparcamientos y subvenciones a los taxis.
La COVID-19 estuvo muy presente en el día a día, obligando al Ayuntamiento a responder a las necesidades de los colegios, adaptando los centros a los requerimientos en materia sanitaria, incluso antes de que la propia consejería de Educación tuviera claro el protocolo a aplicar, medidas que se extendieron también a centros de salud y otras dependencias municipales, con el apoyo de compra de material higiénico, señalética, etcétera.
La crisis económica provocada por la pandemia obligó a aumentar el presupuesto del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS), buscándose la colaboración de organizaciones del Tercer Sector, como el Banco de Alimentos.
Significar igualmente la puesta en marcha del proyecto Santa Cruz Vital, que ha ayudado a recuperar actividades no sólo de ocio, sino también formativas o de acompañamiento para los mayores del municipio. Ese contacto con la ciudadanía se ha hecho también a través de proyectos como Suroeste Avanza, la modificación del reglamento de Participación Ciudadana y el nuevo modelo de centros cívicos y comunitarios.
José Manuel Bermúdez finalizaba su rueda de prensa de aquel 1 de julio señalando que “estos esfuerzos nos llevan a la conclusión de haber logrado, simplemente teniendo en cuenta aquellas empresas que pudieron adaptarse a las herramientas normativas que pusimos en marcha, que más de 300 de ellas hayan sobrevivido a las restricciones causadas por la pandemia” y acababa asegurando que “gracias esto, la hostelería y el comercio lideran las contrataciones en el municipio, lo que supone que estos dos sectores, claves en Santa Cruz, hayan recobrado el protagonismo perdido”.
La remontada experimentada por la ciudad resulta innegable y los datos de recuperación del empleo así lo fueron atestiguando mes tras mes.
Valleseco
Un momento de alegría para Bermúdez y su equipo tuvo como escenario el puerto de Santa Cruz, que acogió el jueves 3 de junio el acto protocolario de la colocación de la primera piedra de las obras de defensa marítima y de ordenación de la zona de Charcos del área funcional de la playa de Valleseco.
La actuación, con una inversión inicial de 16,8 millones de euros que financian cuatro administraciones (Autoridad Portuaria, Gobierno autónomo, Cabildo y Ayuntamiento capitalino), permitirá acometer esta primera fase de intervención en un plazo estimado de 22 meses, que comprende la actuación sobre la denominada playa de Charcos, en tierra firme, en la superficie comprendida entre la torre de Salvamento Marítimo y el Centro Insular Deportes Marinos de Tenerife.
El convenio, suscrito en noviembre de 2017, establece que el Ayuntamiento aportará 5,1 millones de euros, lo que la convierte en la administración pública que más invierte en las obras.
Santa Cruz ve más cerca que nunca este anhelado espacio de contacto con el mar, del que tanto se habló en el pasado y del que nada se hizo hasta ahora. En buena medida la capital empieza a superar una de sus asignaturas pendientes. Una ciudad de costa que tiene el mar muy cerca y al tiempo tan lejos que resulta chocante. Abrir una zona de baño más ‘céntrica’ ha sido una demanda histórica de los vecinos.
A esta buena noticia se contrapuso días más tarde otra inquietante. A final de junio la prensa local recogía unas declaraciones del concejal Dámaso Arteaga donde explicaba que “el puente de San Andrés no garantiza la seguridad y es preciso sustituirlo por otro con capacidad suficiente”.
Esta fue la principal conclusión del informe técnico encargado semanas antes por el concejal de Infraestructuras, después de que se registrara la caída de cascotes de la plataforma construida en 1935 y vital para conectar la capital con Anaga.
El estudio obligaba a prohibir todo el tráfico por el puente. Como solución temporal, el Ejercito habilitó una estructura provisional, que alivió en parte las incomodidades que se generaron.
A finales de octubre, el alcalde José Manuel Bermúdez anunciaba que las obras de remodelación estarían terminadas antes de la primera quincena del mes de noviembre, como así fue, cerrándose este capítulo que sembró la incertidumbre en el distrito más rural del municipio e históricamente peor comunicado.
Otra noticia destacada del año llegaba a finales del mismo, cuando el Ayuntamiento, a través de Viviendas Municipales, anunciaba una inversión de 82 millones de euros. En los presupuestos para 2022 de la Corporación se preveía la ampliación del programa Plan de Actuaciones de Regeneración y Renovación Urbana (ARRU), un compromiso que contaba con el respaldo del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Bermúdez señalaba entonces que “se trata de un ambicioso plan de ARRUs que extenderán sus actuaciones en diferentes barrios de la capital” y añadía que “estas obras de reforma y rehabilitación de viviendas de construcciones muy antiguas y deterioradas permitirán, además de intervenir en las estructuras de los edificios, tales como cubiertas, canalizaciones, impermeabilizaciones y telecomunicaciones, entre otras, mejorar la vida de las familias, que dispondrán de edificios completamente reformados con una aportación mínima”.
Pandemia
El segundo año de la pandemia estuvo marcado en la capital por las restricciones, las suspensiones y los aplazamientos. Las celebraciones en la calle siguieron ausentes en gran medida –excepción hecha de Plenilunio a comienzos de diciembre– y 2021 se despidió con la noticia de que la recepción a los Reyes Magos en el Heliodoro se haría sin público. El mismo recinto que unos días antes albergó en sus gradas a 11.000 espectadores en un Tenerife-Las Palmas. En otras palabras, que se permitió la mitad del aforo.
El año acabó con el enésimo roce entre Bermúdez y el gobierno de Canarias. También los tuvo con el Cabildo Insular. Y es que al alcalde de Santa Cruz le ha tocado en esta legislatura mantener viva la llama del nacionalismo en la Isla, ausente después de décadas de los principales órganos de decisión. Una voz crítica, pero siendo siempre Bermúdez, expresando la queja o la reivindicación sin estridencias. En ese sentido Bermúdez parece un político de otra época. En la peor racha de su partido, ha sabido mantenerse a flote. Meritorio y propio de su carácter astuto.