Debemos colaborar para luchar contra un mal endémico al que nos enfrentamos cada año y que no es otro que la defensa del fuero canario ante los sucesivos gobiernos estatales
No descubro nada nuevo si afirmo que los medios de comunicación son una herramienta fundamental para garantizar el correcto funcionamiento de una sociedad democrática. Es una realidad indiscutible, tan indudable como que a lo largo de 2021 han demostrado tener otra capacidad tanto o más importante.
Ha sido un año cuanto menos atípico, lleno de contrastes. Probablemente, uno de los más convulsos de las últimas décadas desde el punto de vista social, que se ha cruzado en no pocas ocasiones con aspectos científicos y económicos que los profesionales del periodismo nos han ayudado a entender.
En el caso de Canarias, este ha sido el año en el que las mujeres y los hombres que desempeñan su labor en el ámbito de la comunicación nos han demostrado el papel de la prensa, la radio y la televisión para ayudarnos a comprender, interpretar e incluso transformar nuestro mundo.
365 días en los que han ocurrido acontecimientos de toda índole, como la erupción de La Palma, fenómeno que ha puesto a prueba nuestra capacidad individual y colectiva, tanto del sector público como del privado, para enfrentarnos a una catástrofe natural de tales dimensiones.
También ha sido un año en el que hemos sido testigos de la aparición de nuevas cepas de la COVID, que semana sí y semana no complicaban la maraña de normas y restricciones sanitarias, frenando la recuperación económica durante el primer semestre del año. Luego, se dio paso, con cierta timidez, a un despunte de los indicadores de crecimiento en el segundo semestre, seguido, en aquel momento, por la ya incipiente inflación con la que cerrábamos el año.
Todos ellos han sido asuntos en los que ha sido fundamental el papel de los medios de comunicación, que nos han ayudado a comprender lo que estaba sucediendo en nuestro entorno. Y lo que es mucho más importante: a ser críticos siempre desde un punto de vista constructivo.
Desde mi ámbito profesional, la economía, los medios de comunicación han ejercido este 2021 de agente catalizador de una relación con la sociedad que no ha sido siempre fácil y han conseguido ser los responsables de que el vínculo sea cada vez más sólido.
Y esto es algo que tenemos que agradecer quienes nos movemos en un mundo que resulta incomprensible y poco atractivo para la sociedad en general.
La prensa ha contribuido, por ejemplo, a que los canarios fuéramos conscientes de que el Archipiélago, junto a Baleares, ha sido una de las regiones europeas más perjudicadas por la COVID durante lo más duro de la pandemia, cuando los movimientos de personas, vitales para nuestra economía, fueron lo primero en restringirse por parte de los mercados emisores de turistas. Fueron meses en los que los canarios estuvimos más lejos que nunca de Europa.
También en aquella ocasión, economía, sociedad y comunicación resultaron ser indivisibles.
Aún nos queda una asignatura pendiente a economistas y medios de comunicación, no tanto en el ámbito territorial de Canarias como fuera de nuestras islas. Debemos colaborar para luchar contra un mal endémico al que nos enfrentamos cada año y que no es otro que la defensa del fuero canario ante los sucesivos gobiernos estatales.
Debemos colaborar porque continúa siendo necesario difundir la trascendencia de nuestro Régimen Económico y Fiscal, el instrumento más importante para el desarrollo socioeconómico de Canarias.
Nuestro fuero no es nada nuevo. Nació nada más y nada menos que en el siglo XV como una exención de la Corona de Castilla para favorecer el poblamiento de las Islas después de la conquista. Ya en ese momento, igual que en la actualidad, se trataba de una herramienta que buscaba hacer frente a los inconvenientes que planteaban la lejanía y el aislamiento del continente europeo para el bienestar de las personas que vivían en el Archipiélago.
Durante más de cinco siglos, el conjunto de normas fueron adaptándose a la evolución de la economía y del comercio, siempre bajo el principio genérico de baja imposición fiscal y apertura al comercio internacional.
Y durante más de cinco siglos, hemos tenido que defender, año tras año, que no se trata de un privilegio, sino de una instrumento que hace justicia para que los canarios no seamos ciudadanos de tercera y tengamos las mismas oportunidades de desarrollo que en la Península.
Me temo que tendremos que seguir haciendo un esfuerzo para hacer entender por qué debe respetarse nuestro fuero y ahí los medios de comunicación tienen mucho, mucho que aportar.
Sigamos transmitiendo a los ciudadanos cuáles son nuestras singularidades y que existe una ley que blinda nuestros derechos. Si conseguimos que el debate llegue a la calle, estaremos más cerca de España y de Europa.
Sigamos dándonos la mano por el bien de Canarias, de nuestras empresas y de nuestros ciudadanos.