La construcción apuntala la economía canaria

El sector consolida su papel de locomotora, siendo el sector con más dinamismo empresarial y creador de empleo

La paradoja de la construcción en Canarias es que, con un incremento desmesurado en el precio de las materias primas y energéticas, el sector resiste y continua al alza. Es un acto de responsabilidad de las empresas de la construcción, cumpliendo sus compromisos, a pesar de las dificultades

La construcción vuelve a afianzarse como el sector básico y estructural de la economía canaria. Cuando tiene actividad, los demás sectores económicos trabajan con más intensidad y alegría, propulsando la economía canaria, cual motor de arrastre. Tiene fortaleza, para encarar las adversidades a las que nos estamos enfrentando, en su día, le ganamos la batalla a la COVID-19, siendo el único sector económico que siguió trabajando, a pesar, de todas las dificultades del momento y con responsabilidad de los empresarios y trabajadores, conseguimos que la pandemia tuviera la minina incidencia en las obras. Ahora estamos haciendo frente, con gran esfuerzo, pero con contundencia, a la subida descomunal de los precios de las materias primas y al desabastecimiento de algunas de ellas. Además de soportar los incrementos de precios en los combustibles, que para el sector es dramático.

Estamos presentes en la ejecución de la obra pública licitada, que debería ser más abundante, retrasada por una administración lenta, obsoleta y obstaculizadora, sobre todo en Tenerife, porque ahora le toca, después de décadas de inversiones en otras islas y también en La Palma, por las circunstancias particulares y difíciles que pasa. El empleo se está centrando en las obras de rehabilitación, reforma, conservación y mantenimiento, donde trabajan, principalmente las pymes, microempresas y autónomos, de acuerdo con la recomendación de la Unión Europea, de incorporar la eficiencia energética, la accesibilidad universal y la digitalización en las edificaciones, haciéndolas sostenibles y confortables, dando mayor calidad de vida y bienestar social, con el fin de descarbonizar el territorio.

Los datos de empleo del sector en Canarias son esperanzadores, siendo los mejores de los últimos cinco años. Actualmente estamos trabajando 56.658 personas de manera directa, un 49,10% en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y un 50,90% en la provincia oriental. Lo que demuestra el equilibrio regional en la actividad del sector, con datos cuasi paralelos.

Desde FEPECO defendemos el gas natural como energía de transición. Obstaculizando su implantación, Canarias quedaría aislada en el Atlántico medio, propiciando, dirigiendo y fortaleciendo el tráfico marítimo hacia Marruecos, que sería un despropósito imperdonable y manteniendo aquí unas centrales eléctricas, extremadamente contaminantes

En los últimos meses, el Gobierno de España, ha tomado dos iniciativas en materia energética, que afectan directamente a Canarias. Ambas dibujan una apuesta por el gas natural en nuestra tierra, para la generación de energía eléctrica y para el suministro en los puertos. Esto ha dado lugar a que se reproduzca de inmediato el debate y la toma de posición por parte de las distintas Instituciones, no sólo Cabildos, sino también, por parte del Gobierno Autonómico, descartando éste unos usos, que ambas iniciativas no incluyen, por ejemplo, el “uso doméstico”.   

El Archipiélago puede perder en 2025 su valor geográfico estratégico, a favor de Marruecos, en el tráfico marítimo internacional. Mantener las centrales eléctricas más contaminantes de Europa durante varias décadas, es la solución que aporta el Gobierno de Canarias. La implantación de la regasificadora en el Puerto de Granadilla vendría a demostrar la utilidad de dicha instalación portuaria, que es precisamente lo que intenta negar la Consejería de Transición Ecológica y demás cosas

Nuestra Comunidad Autónoma, forzosamente tendrá que ir al sistema de descarbonización y no puede esperar, quedándose quieta parada, hasta que se produzca la transición desde el combustible fósil al hidrogeno verde. Las pretensiones ilusorias y totalmente fuera de la realidad, de la Consejería de Transición Ecológica y demás cosas, de conseguirlo en el año 2040, no se sostienen desde ningún punto de vista, siendo lo más probable y pronto, un tiempo que estaría cercano al 2050, según todos los expertos, siguiendo a la Unión Europea, que analizan este tema de forma profesional y no ideológica o con un buenismo infantilizado.

Forzosamente, tendrá que utilizarse un combustible de transición, que no puede ser otro que el gas natural, un 30% menos contaminante y un 30% más barato. No podemos seguir manteniendo durante décadas las centrales eléctricas más contaminantes de Europa, por lo que es urgente implantar una energía transitoria, que en este momento es el gas natural, como se está haciendo a nivel global. Seguimos con una situación de total inseguridad, en cuanto a la implantación de una política energética estable y segura en Canarias, que requiere soluciones imperiosas. Perder el tiempo lo pueden hacer los políticos, pero los ciudadanos, la sostenibilidad y nuestra economía exige tomar decisiones valientes y efectivas. No se pueden cambiar los aspectos fundamentales, apoyados por la experiencia en otros territorios, la profesionalización y el estado de la técnica, por opiniones personales, de políticos y funcionarios empoderados, sin base científica. Existe verdaderamente el peligro de que Canarias se quede aislada en el Atlántico medio, del tráfico marítimo internacional, por no contar con las regasificadoras en nuestros puertos, desaprovechando nuestra posición geográfica estratégica, favoreciendo a Marruecos. Es increíble pero cierto, que se fomente desde la Consejería de Transición Ecológica y demás cosas, que se dice de Canarias, el protagonismo del país vecino, que evidentemente nos hace competencia.

En estos momentos, hay una contradicción evidente, con un enfrentamiento soterrado, entre lo que exige el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico desde Madrid, a favor de la introducción del gas natural en las islas y la cerrazón de la Consejería de Transición Ecológica y demás cosas del Gobierno de Canarias que, contra todo criterio especializado, mantienen una postura negacionista, que nadie entiende, por carecer de fundamentos lógicos. Estamos asistiendo a un pulso, entre el Gobierno de España y el Canario, que seguramente ganará el Gobierno Central, que propone la introducción del gas natural en Canarias, con todo acierto y fiabilidad. 

También hemos denunciado que después de un año, las administraciones públicas, son las únicas beneficiadas de la erupción del volcán en La Palma, la isla tiene fortaleza para resurgir de nuevo y lo conseguirá seguro, con la aportación decisiva del sector de la construcción y de la iniciativa privada, no con el monopolio público, como se ha hecho hasta ahora. En general, las Administraciones Públicas, en sus distintos niveles territoriales, no han estado a la altura de las necesidades o demandas ciudadanas y del sistema productivo palmero. Muchos viajes, reuniones, homenajes, visitas, fotos, promesas o financiación, que se han quedado en nada e incluso no se han hecho realidad y si en algún caso, se han ejecutado, no han contado con la calidad y dignidad que se esperaba como respuesta. Al final, el Gobierno Central, el Gobierno Canario y el Cabildo, se han limitado a gestionar con sus propios medios, por cierto, insuficientes e incapaces, una crisis, que les ha superado con creces, faltándole la prontitud requerida e incluso, convirtiéndose en competencia desleal al tejido empresarial privado, al abusar descarada e indiscriminadamente, de las continuas encomiendas y encargos a empresas públicas, como GESPLAN, GESTUR o TRAGSA, que son verdaderamente las únicas beneficiadas de los fondos que han llegado.  Es decir, ellos mismos se han guisado y comido el dinero que ha llegado, demostrando de esa manera, que tenemos una burocracia que no sirve, que no tiene capacidad gestora y que es incapaz de tramitar los fondos a través de los procedimientos normalizados, con las correspondientes licitaciones, para que puedan presentarse las empresas privadas. Lo público tiene el deber de ser exclusivamente subsidiario de la iniciativa privada y no suplantarla, porque de esa manera, sólo se llega a una sociedad subvencionada, acomodada y con falta de emprendimiento, que es lo que menos necesita La Palma y lo que está provocando, adrede, la Administración Pública.

Desde FEPECO, pedimos para la reconstrucción de la isla, prioridad para el tejido empresarial palmero y canario. Las empresas locales, cuentan con la suficiente solvencia, capacidad, potencialidad y profesionalidad, para acometer cualquier ejecución de obra que sea precisa. Están perfectamente preparadas, para poner todo su saber y obrar, en un territorio que conocen a la perfección y donde han demostrado históricamente, su buen hacer y capacitación. Teniendo una experiencia que hay que valorar suficientemente, junto a los medios propios con los que cuentan, que son importantes, modernos y de última generación, además, del personal especializado. La reconstrucción tiene que contar con materiales avanzados, enérgicamente eficientes, con una construcción moderna e industrializada, para construir viviendas dignas e infraestructuras suficientes, seguras y sostenibles.

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