En 2023 asumí de nuevo la Presidencia de Canarias con el convencimiento de que teníamos que volver a recuperar la ilusión y reimpulsar Canarias para superar la inactividad que se había producido en los cuatro años anteriores. En esta tarea estamos inmersos los grupos políticos que apoyan al Gobierno, comprometidos en darle un cambio de rumbo a esta tierra.
Ya no valen las viejas recetas, no podíamos seguir haciendo más de lo mismo y tampoco lamentarnos de nuestra suerte sino, con ella, buscar soluciones y estar, siempre, al servicio de nuestra gente en cada una de las islas.
Porque no se trata de mirar atrás sino aprender de lo vivido y seguir adelante.
Este Gobierno ha venido a hacer que las cosas sucedan y desde otro paradigma. No existe bandos, solo existen personas que buscan lo mejor para su tierra, desde enfoques distintos, pero con un solo objetivo: mejorar el bienestar de los canarios y canarias.
En este sentido, nos hemos querido alejar de la bronca política que se da a nivel estatal, aunque a veces nos veamos inmersos en ella, porque es realmente inútil y la sociedad empieza a estar cansada de que esta sea la tónica habitual del debate parlamentario y mediático.
Aquí, en Canarias, con nuestro modo de hacer las cosas, estamos abiertos al diálogo con las instituciones y con todas las fuerzas políticas. Trabajamos con ayuntamientos y cabildos, con las universidades públicas, con sindicatos, con la patronal y con el tercer sector. Porque con el diálogo ganamos todos, con el enfrentamiento pierde Canarias.
La administración en ocasiones no tiene las herramientas necesarias y suficientes para propiciar la transformación que merecen estas islas, por lo que contamos con todos, estableciendo sinergias y códigos de buena gobernanza que nos permitan alcanzar los objetivos. A los canarios y las canarias no les preocupa tanto quién le ha solucionado el problema sino que, verdaderamente, ese problema se solucione.
En esta línea hemos dados pasos de gigante en materia de vivienda, que es una de las preocupaciones más importantes de las familias más vulnerables y de los jóvenes. Para promover su construcción hemos implicado al sector privado, esencial para llevar a cabo este proyecto. También, de la mano del sector turístico, estamos dando forma a la futura ley que regule el alquiler vacacional, cuya presencia interfiere precisamente en el mercado de la vivienda.
Son dos temas fundamentales que abordamos de la mano del resto de instituciones porque siendo el sector turístico un pilar fundamental en nuestra economía tenemos que diseñar cómo queremos que sea su futuro teniendo en cuenta, asimismo, la incidencia del cambio climático y el desafío que supone la distribución de la población en las islas. El reto demográfico es uno de nuestros principales asuntos a los que dar forma y aportar soluciones en esta legislatura.
En solo unos meses hemos aprobado tres decretos para la Isla de La Palma, para que pueda seguir avanzando tras las consecuencias catastróficas de la erupción del volcán Tajogaite, se empieza a cambiar la tendencia en las listas de espera sanitarias y hemos impulsado la diversificación de la economía, en la que la tecnología juega un papel imprescindible.
En pleno siglo XXI poner la tecnología al servicio del ciudadano y de la gobernabilidad posibilita que las personas estén en el centro de la gestión y que crezca exponencialmente la calidad de los servicios públicos.
Servicios públicos que tienen que favorecer la inclusión y la integración social. No todos somos iguales y hay niños y mayores que necesitan servicios especiales adaptados para que puedan desarrollar su vida con dignidad y aprovechando todas las oportunidades.
Sin embargo, estas políticas requieren de la complicidad y dedicación del Estado. Hay temas fundamentales que habría que abordar con urgencia para que las singularidades canarias no creen más desigualdades con el resto de territorios y resulta imprescindible disponer de presupuestos generales en donde se recojan las partidas canarias, cumplir el REF en su totalidad o abordar la reforma del sistema de financiación autonómica para que de una manera justa y solidaria Canarias tenga las mismas oportunidades que el resto.
A veces no encontramos esa sensibilidad por parte de quienes viven en el continente, y lo hemos visto en estos últimos meses, en la que las islas han abordado en solitario un fenómeno migratorio que crece por semanas, saturando nuestros escasos recursos y sometiendo a una presión innecesaria a los profesionales al frente de la acogida y atención de personas y al pueblo canario
Nos está costando alcanzar un acuerdo para abordar juntos, como país, esta situación, agravada por la cantidad de menores no acompañados que llegan en pateras o cayucos, y a los que estamos obligados a atender y a proveer de un futuro.
No se puede mirar para otro lado, y en este punto quisiera agradecer a los medios de comunicación, especialmente en esta ocasión, de Tenerife, que hayan sido testigos y notarios de esta dura realidad. Gracias a su exquisito trabajo se ha podido ir despertando conciencias.
A veces lo que no se cuenta es como si no existiera, y Canarias necesita ser oída y escuchada, en este como en todos los asuntos que le atañen.