La familia de la lucha canaria apostó en 2004 por los cambios en los despachos. Todos los presidentes de las federaciones son nuevos y tienen un mandato de cuatro años. Gonzalo Hernández es ahora el presidente de la Federación Nacional de Lucha Canaria y su intención es darle “un aire nuevo a este deporte, pero respetando la esencia”.
La creación de un método único para la formación y que la lucha canaria sea una asignatura obligatoria tanto en los centros de primaria como de secundaria de todo el Archipiélago es uno de los grandes retos de Hernández, ex secretario del Tegueste, que se ha rodeado de un buen equipo para lograr sus objetivos. A nivel insular también hubo revolución en todos los despachos y Daniel Delgado es el nuevo presidente de la Federación de Lucha de Tenerife. Persona joven e ilusionada, uno de los retos de Delgado es que la lucha canaria cale en todo el tejido social de Tenerife. Su trabajo está centrado en conseguir que municipios como La Victoria, Arico o Adeje cuenten con terreros de lucha y va camino de conseguirlo. En el resto de las islas también se percibe movimiento y todos los estamentos parecen ser conscientes de que los próximos años son vitales para el futuro de la lucha canaria.
Si 2004 resultó un año movido en los despachos, en el plano deportivo poco cambió: Francis Pérez, Pollito de La Frontera, no tiene rivales ni en Gran Canaria ni en Tenerife y le ha dado todos los títulos posibles al Maspalomas Grupo Dunas. Eso sí, Francis pone fin a un ciclo y para la próxima temporada ha alcanzado un acuerdo para defender los colores del Chimbesque Ctcop. La llegada de Pérez a las competiciones de Tenerife abre un nuevo panorama luchístico en el Archipiélago y es posible que Gran Canaria sea la gran beneficiada, aunque en la actualidad en Tenerife hay varios luchadores –Romén Luis, Medianito IV o Javi Ledesma, por citar a algunos- que pueden hacerle frente al coloso herreño. El pasado año también estuvo marcado por el resurgir de Romén Luis, lesionado durante varios meses… pero que llegó a tiempo de triunfar en el Unelco San Isidro, el equipo que le vio nacer como bregador. Luis es en la actualidad de los pocos luchadores que le puede hacer frente al número uno de este deporte.
En la lucha de base, las selecciones de Tenerife marcan la pauta. Son los dueños del Torneo Pancho Camurria-CajaCanarias desde hace más de una década. Su triunfo en 2004 tuvo un sabor especial porque significaba la despedida de Marcos Ledesma de las categorías inferiores (era fijo en la selección desde edad infantil) y le dio un título a Tenerife ante una selección tan complicada como la de Lanzarote, capitaneada por un hombre de notable nivel, el gallego Kiren González, quien lleva muchos años afincado en Lanzarote. Mientras, en categoría cadete nació el Torneo Alfredo Martín, el Palmero con el mismo apellido de todas las competiciones de base. CajaCanarias patrocina esta competición, que sin duda es un nuevo escaparate para los luchadores jóvenes. Tenerife logró el primer título en tierras palmeras y Gran Canaria se impuso en 2005, poniendo fin a una larga sequia en las categorías de base.
En el terreno social, la difusión y la divulgación de la lucha canaria son aspectos esenciales para que este deporte siga vivo. El Cabildo de Tenerife y CajaCanarias están realizando un enorme esfuerzo para que sigan vivas las competiciones en las categorías de benjamines, alevines e infantiles. Tegueste, Rosario, Granaderas y Florida se están mostrando como los mejores equipos tinerfeños en el trabajo con la base, aunque hay otras escuadras que no hacen demasiado ruído, pero están sacando muy buenos luchadores. En el debe del trabajo con la base está el Ayuntamiento de Santa Cruz, que ha bajado la guardia a la hora de difundir esta disciplina entre los más pequeños. Mientras, tanto Televisión Española en Canarias como la Televisión Canaria están realizando un enorme esfuerzo para difundir una de las pocas señas de identidad que nos quedan y también hay televisiones locales que emiten encuentros -en directo o en diferido- para ayudar a que los clubes de lucha mantengan a sus patrocinadores.