Canarias ha abierto la llave del gas natural. El mercado energético de las Islas, que depende en un 90% del suministro de petróleo, dará un vuelco en los próximos años. La puesta en funcionamiento de cuatro ciclos combinados antes de 2007 supondrá una revolución en el sistema energético de las Islas.
La entrada del gas natural en Canarias tendrá una particularidad: sólo se destinará a uso industrial y, en ningún caso, llegará a los hogares como sucede en Península. La compañía Unelco Endesa, que ya ha puesto en funcionamiento el primer ciclo combinado en Gran Canaria, realiza una inversión superior a los 360 millones de euros para incrementar la potencia eléctrica en el Archipiélago, al tiempo que se reducen en gran medida las emisiones contaminantes. El ciclo combinado de Gran Canaria, que ya está operativo, tiene un coste de unos 184 millones de euros y es gemelo de otro similar que se construye en Tenerife, concretamente en Granadilla. Y si éste se alimenta actualmente con gasóleo, está previsto que funcione con gas natural una vez que este combustible esté disponible en Gran Canaria.
En un escenario global donde los efectos contaminantes se comienzan a mirar con lupa (Protocolo de Kioto), la irrupción del gas natural supondrá una reducción de las emisiones en el que también contribuirá la puesta en marcha un proyecto de instalación de potencia eólica. Así, el ciclo combinado posibilitará en el futuro la utilización de gas natural como combustible. De hecho, ésta es la actividad en la que el gas natural se utilizará principalmente una vez esté operativo en Canarias. El impacto en cuanto a emisiones de dióxido de carbono es mucho más bajo que si se usan combustibles líquidos.
Además, y pese a que la comunidad canaria es la región en la que más ha crecido el índice de contaminación en los últimos años, el Ministerio de Industria ha concedido a Canarias una tregua hasta finales del año 2007 para poder cumplir la directiva europea que desarrolla el tratado de Kioto, debido a que las Islas poseen sistemas eléctricos insulares y aislados. Esta tregua permitirá a las empresas isleñas un margen de ventaja de dos años para que puedan introducir mejoras tecnológicas y contaminar menos, respecto al resto de industrias españolas, que deberán cumplir desde el 2005 el compromiso mundial con el medio ambiente. De hecho, se estima que las empresas del país tendrán que pagar una cantidad aproximada de 200 millones de euros al año en concepto de derechos de emisión de gases.
El principal escollo con el que se deberá enfrentar el gas en Canarias es del de su distribución. Su entrada a granel en las Islas ha generado una división política. El Ejecutivo quiere que sea a través de plantas regasificadoras (Granadilla en Tenerife o Arinaga en Gran Canaria), mientras que los alcaldes de los municipios afectados están dispuestos a apoyar un sistema de barcos regasificadores si fuera necesario. Por su parte, los ecologistas, encabezados por Ben Magec, rechazan la postura del Ejecutivo porque creen que ocasionaría problemas medioambientales y se expondría a los residentes de la zona a un peligro constante. No obstante, la última palabra la tendrá el Ministerio de Medio Ambiente.
A Canarias le urge ejecutar el plan energético creado por el Gobierno y a esto se le une el hecho de que las islas deben invertir la actual tendencia de crecimiento de las emisiones de gases, cuya cantidad es la más alta de España, para situar el nivel de emisiones de CO2 en 2011 en una cifra que no supere en más del 23% las emisiones de 1990, algo contemplado en el Plan Energético de Canarias (Pcan). Asimismo, para 2011 es necesario que las Islas alcancen un 22% de la generación de energía mediante fuentes de energía renovables, que hoy sólo introducen menos de un cuatro por ciento a la red eléctrica. Para ese mismo año, el Gobierno canario prevé que la dependencia del fuel se cifre en el 51%.
Para conseguir de verdad estos objetivos, el consejero de Industria, Luis Soria, explica que el Plan Energético de Canarias va a ser modificado para incorporar algunos aspectos que casen con el plan energético nacional. Soria señala además que desde el Gobierno hay pensadas una serie de medidas para lograr los objetivos de Kioto. En el año 2011 debe estar implantado el gas en las Islas y la producción de energía eólica deberá aumentar. Así, los deberes de Canarias para cumplir con este plan serán el aplicar tecnología eficiente tanto desde el punto de vista de ahorro energético como en el tipo de energía.
Sin embargo, en el camino de los objetivos del Gobierno de Canarias se cruzan varios escollos. En primer lugar, el gas no va a implantarse de igual forma en todas las Islas. Los preparativos para su futura instalación están más avanzados en Gran Canaria que en Tenerife. Para la primera se prevé que entrará a formar parte de la red energética entre 2007 y 2008. En el caso de Tenerife todo se ha complicado con el retraso que sufre la construcción del puerto de Granadilla, que es por donde va a entrar el gas en la Isla. Los empresarios son muy pesimistas y no quieren poner fechas, pero se calcula que tardará entre cinco y siete años… y no hay que olvidar que ya lleva un retraso de diez.