Canarias: la magia de sobrevivir en la élite con clubes familiares

El deporte no es equitativo al repartir justicia. La ‘ley del mercado’ hace que los clubes con más tirón social, con independencia de la categoría en la que militen, asuman mayor protagonismo y ensombrezcan a equipos que sobreviven en familia gracias al esfuerzo de personas a las que sólo les mueve la idea de practicar deporte o poner los medios para que otros lo hagan.

En Canarias, al igual que en otras partes, el fútbol, el baloncesto y últimamente el voleibol acaparan la atención de la mayoría. Pero también existen más de una treintena de clubes que pasan desapercibidos para muchos y a los que ni siquiera las buenas campañas que realizan o su labor con los más pequeños se les reconoce… salvo por la gente de su entorno, casi siempre familiares. Por eso, cuando oyen hablar de las cantidades que las instituciones -llámense Gobierno, Cabildo o Ayuntamientos- destinan a equipos como CD Tenerife, UD Las Palmas, Unelco o Gran Canaria caen en la tentación de abandonar y se encienden para pregonar tanta injusticia y, a veces, hasta tanto disparate.

Eso sí, también sería conveniente analizar si en esta tierra hay capacidad económica para que existan tantos equipos en la élite. Seguro que muchos apostarían por la existencia de pocos conjuntos y buenos, pero nadie puede -o mejor, nadie debe- jugar con los sentimientos, ya que detrás de cada una de estas entidades hay una historia cargada de ilusión y sacrificio. Y como mínimo se merecen un respeto y el derecho a disfrutar de lo que se ganaron en las canchas. Y el 2004 fue un buen año para los clubes canarios que militan en la élite, sobre todo en lo que se refiere al voleibol, ya que más allá del título europeo del Tenerife Marichal, nuestra comunidad se convirtió en el epicentro nacional de esta disciplina deportiva con ocho representantes.

También tuvieron un destacado papel Rojos de Candelaria y Marlins de Puerto de La Cruz (béisbol), campeón y subcampeón de la División de Honor, al tiempo que lograban sendos títulos europeos. Y no hay que olvidarse de disciplinas como el atletismo (con el CEAT CajaCanarias y el Playas de Jandía), el fútbol sala (con las chicas del Teldeportivo), el hockey hierba (Taburiente), el hockey en línea (Tenerife Guanche y Molina Sport), el balonmano (Remudas), el waterpolo (CN Martiánez), el tenis, el frontenis o el ajedrez, que salvaron la temporada con dignidad y, sobre todo, afrontaron cada una de sus participaciones con la ilusión de dejar el nombre de Canarias lo más alto posible, pese a las penurias económicas que sufrieron casi todos ellos. Sólo por eso ya hay que felicitarles.

A final de la presente temporada habrá muchos de estos clubes que mantengan la categoría, otros no tendrán la misma suerte y sólo les quedará reconocer si se equivocaron o no por asumir tan arriesgada aventura y alguno, lamentablemente, incluso podría pasar a mejor vida por estar por encima de sus posibilidades económicas. No hay que darle más vueltas, esto funciona así y, seguramente, dentro de unos meses la cifra de equipos canarios, aunque con distinta nomenclatura, no varíe considerablemente, ya que en el deporte de aquí hay mucha gente que se supera ante las adversidades y sólo piensa en que Canarias esté lo mejor representada posible tanto a nivel nacional como internacional. Si todos pensáramos así, seguro que nos iría mucho mejor.

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