El año 2004 ha sido un buen año para los canarios en Madrid. España ha tenido un cambio político gracias al cual uno de los nuestros, Juan Fernando López Aguilar, forma parte del gobierno de este país. Desde entonces, parece que todos nos miran con más simpatía. Y la verdad es que ayuda…
Los canarios no hemos tenido demasiados ministros a lo largo de la historia reciente de España y el hecho de que el actual ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, tenga ese acento nuestro, me llena de orgullo. Cuando dices que eres canaria, lo primero que dicen es: ¡Vaya, como el ministro de Justicia! E inmediatamente después, surge la dichosa preguntita sobre la isla exacta de procedencia. Porque todos saben lo del pleito insular… Así que suelto la perorata curriculogenealógica de quedar bien con todos pa que no se meta conmigo ninguno: “Nacida en Venezuela, criada y ensolerada en Gran Canaria, residente en La Laguna (Tenerife), ex palmera consorte y mi hijo, nacido en Madrid”.
Pero si es que, realmente, estamos todos mezclados. ¿A quién vamos a engañar? Que una cosa es un derby futbolístico o unos carnavales en donde la peleílla es graciosa, pero que no debemos llevarnos esas diferencias fuera del ámbito humorístico/deportivo, que ya le salió bien a Octavio Augusto cuando dijo eso de: Divide y vencerás…
Me contaron el año pasado, como si de un chiste negro se tratara, la diferencia entre un cesto de cangrejos canarios y otro de cangrejos peninsulares. Consistía la prueba en ver qué ocurría cuando uno de los animalitos trataba de encontrar una salida. Viendo su reacción, en plan experimento de laboratorio, podríamos adivinar su procedencia sin temor a equivocarnos. ¿Cómo? ¡Muy sencillo!… Si el que intentaba escapar era ayudado por el resto que luego seguía la vía de escape, y por tanto coronaban con éxito el éxodo, los cangrejos sin duda eran de la península… ¿Por qué? Porque si fueran cangrejos canarios, al ver que uno intentaba salir, el resto intentaría retenerlo para que no se alejara de ellos…
Fuera nos unimos más
La verdad es que parece ser cierto cuando estamos dentro del territorio isleño, pero cuando salimos fuera, la cosa cambia… Supongo que es lo mismo que ocurre con los hermanos, que entre nosotros nos pegamos hasta en el carné de identidad, pero que a nadie se le ocurra meterse desde fuera, porque entonces nos sale la vena fraternal y no permitimos que se diga lo más mínimo e incluso somos grandes defensores de los nuestros hasta que corra la sangre, si es preciso… Esto he tenido oportunidad de comprobarlo de sobra estando en Madrid. Es una sensación tan especial reconocer nuestro cloquío, que se te pone un nudo en la garganta cuando preguntas: “¿Eres canario?”. Y si la respuesta es afirmativa, es tan grande la alegría que lo de menos es de qué isla procedemos…
Voy a explicar eso de que podemos errar en el diagnóstico auditivo, porque son tantas las ganas de tropezarnos con un paisano y tan variados los acentos latinoamericanos y del sur de nuestro país que se confunden con el nuestro, que más de un sevillano pasa por ser de nuestro terruño. Bueno, y al revés, que recuerdo una ocasión en Radio 5 en la que me preguntó un ex torero reconvertido a crítico taurino:
- Niña!… ¿Y tú de qué parte de Sevilla eres?…
Y le contesto:
- De Canarias, Juan. Y hablando de todo un poco… ¿A qué otorrino vas?
Pero con el tiempo, me di cuenta que no iba tan descarriado el hombre, porque me ha pasado cienes y cienes de veces…
Recuerdo a un joven brillante, seguro de sí mismo y con un entusiasmo contagioso. Se notaba que le había tocado la inteligencia de media docena porque era un magnífico caricaturista (faceta que sigue cultivando), tenía y tiene un oído exquisito y una paciencia que no parece propia de su carácter inquieto a la hora de ensayar las canciones de la opera rock Godspel . En esa época nos unimos en lo que se llamó Asociación Juvenil de Arte Experimental. Éramos unos pocos estudiantes de BUP que se empeñaron en hacer una compañía teatral que se especializara en opera rock. Hicimos con éxito nuestra primera entrega, pero cuando ya iba a surgir Conradino no sé qué… se separó el grupo. Entramos en COU y ya la universidad se encargó de separarnos. Cada uno tuvo que ir a una facultad diferente, en universidades diferentes que estaban en un territorio diferente. Aún así, recuerdo que fue uno de los mejores momentos de mi vida. Y cuando este año Juan Fernando López Aguilar tomaba posesión de su cargo de ministro de Justicia, me di cuenta de la suerte que he tenido yo en particular y los canarios en general. Sé que ha empezado una buena época para que los canarios triunfemos y todos salgamos por el camino abierto por él…
Canarios en la boda Real
El 22 de mayo de 2004 el Príncipe Felipe y doña Letizia se casaban en la Catedral de la Almudena. Cientos de invitados acudieron a un enlace en el que también estuvo representada Canarias y no sólo de forma institucional, puesto que varios fueron los isleños que tuvieron el privilegio de ser convocados a la boda por uno de los contrayentes. Como correspondía, en la boda del año estuvieron el presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín; el recién nombrado ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar; y el portavoz de Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados, Paulino Rivero, todos ellos con sus respectivas acompañantes. Pero los políticos no fueron los únicos que pisaron la alfombra roja situada a la entrada del Palacio Real, donde se celebró el banquete. Miguel Ángel Daswani, presentador de TVE en Canarias, así como Cristina Alcaine, periodista de TVE, fueron invitados personalmente por la novia para que la acompañaran en el día de su boda y así lo hicieron. También tuvieron ese privilegio, pero en este caso como invitados por parte de la Casa Real, los hermanos Doreste y el director del Instituto Astrofísico de Canarias, Francisco Sánchez, amigo personal de don Felipe. Ninguno de ellos quiso faltar y acompañaron a sus amigos en la boda del año.