Éxitos canarios, pese a la escasa inversión y unos planes erróneos

El alto número de éxitos del deporte base en Canarias enmascara una serie de carencias, hasta el punto de que muchas veces las mismas pasan totalmente desapercibidas. La voluntad de los niños y jóvenes suple el déficit de instalaciones y la mala planificación. En Canarias, escuela y deporte casi nunca van de la mano.

Un año de deporte base en Canarias ofrece un ramillete de éxitos, en forma de medallas, campeonatos de España o sobresalientes actuaciones en las diferentes selecciones nacionales o autonómicas. Y 2004 no fue una excepción. En realidad, fue un año donde el deporte base de las Islas sacó pecho una vez más. Un ejemplo: asistimos al fenómeno Sergio Rodríguez, un joven tinerfeño que asombró en el Campeonato de Europa Júnior de baloncesto. El estallido de esta futura estrella se debe sin duda a los cuidados que ha recibido en su formación, aunque, todo hay que decirlo, completada en tierras peninsulares, lejos de su Canarias natal. Algo paradigmático de la realidad de nuestro deporte base.

Más cercano nos queda otro éxito del baloncesto, en este caso femenino, con el Campeonato de España cadete del Uni Tenerife. El voleibol sigue dando alegrías y la Escuela de Arona conquistó el Campeonato de España juvenil de categoría masculina. A la lista de méritos habría que unir más nombres: Alicia Cebrián y Joaquín Blanco en vela, Alberto Rodríguez en ciclismo, el grancanario Silva en fútbol, la selección cadete de balonmano femenino, la selección júnior de boxeo… y así podríamos seguir largo rato añadiendo logros a título individual o por equipos.

Aún reconociendo el enorme esfuerzo humano y económico que se realiza tanto desde entidades privadas como desde instituciones públicas, sin olvidar las contribuciones a título personal de mucha gente, lo cierto es que en lo tocante a deporte base se siguen observado signos que hablan de poco desarrollo en las estructuras, echándose de menos una mayor planificación. Mientras escuela y deporte no sean una misma cosa, en Canarias, al igual que ocurre aún en muchas partes de España, no se estarán haciendo las cosas como en los países más desarrollados de nuestro entorno. No se irá por la senda correcta mientras los clubes sigan jugando un papel tan determinante como en la actualidad.

Es cierto que se está trabajando por cambiar las cosas. Hay ejemplos, como el proyecto que la consejería de Educación y determinadas federaciones están llevando a cabo en el Instituto Benito Pérez Armas de Santa Cruz. Digna de elogio resulta también la iniciativa de la Federación Insular de Atletismo de Tenerife y CajaCanarias al crear un trofeo escolar de categoría juvenil, donde compiten casi la mitad de los institutos de la Isla. De hecho, el año 2004 nos deja otras lecturas en este campo. El deporte base se ha encontrado con la realidad social que vive Canarias, con un peso cada vez mayor de la población inmigrante.

El ‘ejemplo’ Hockins

Esta situación nos ha llevado a aplaudir los éxitos de talentos como el colombiano de nacimiento Benjamín Hockins -de madre paraguaya y padre inglés-, que ganó cuatro medallas en los Campeonatos de España Júnior de Natación para el club Teneteide. Y otro aplauso se merece la Dirección General de Deportes, que organizó con éxito los VIII Juegos de las Islas. El Sur de Gran Canaria fue el marco de esta reunión anual cadete auspiciada por la Unión Europea, en la que tomaron parte catorce delegaciones de siete países diferentes. Unos mil doscientos deportistas tomaron parte en diez disciplinas diferentes y Canarias ocupó la segunda plaza en el en el medallero final, justo detrás de Sicilia.

El año que dejamos atrás nos confirmó también que el deporte femenino en las Islas sigue rompiendo barreras (seis de los siete medallistas individuales infantiles fueron mujeres y lod dos equipos galardonados también eran femeninos) y que las islas no capitalinas se han quitado de arriba un montón de complejos. Lo que no se ha conseguido desterrar del deporte base es la violencia, sobre todo en el fútbol. Una lacra que lejos de erradicarse, parece enraizada en el deporte rey. Este repaso por la realidad del deporte base en Canarias no puede terminar sin reclamar un mayor gasto y una mayor cabeza en la planificación en lo tocante a instalaciones, punto donde en las Islas aún no estamos en la vanguardia nacional.

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