El pasado año 2004 trajo vientos de cambio para los lanzaroteños. El grupo de gobierno del Cabildo Insular se encontró con una fuerte deuda extra presupuestaria que hubo que afrontar mediante un estricto reajuste económico y un exhaustivo control del gasto gracias al cual se pudo reflotar la situación y crear, incluso, un remanente de tesorería. Asimismo, las circunstancias personales de algunos de sus miembros, completamente ajenas al normal desenvolvimiento de la institución, desembocaron en un clima de inestabilidad y crispación social, aprovechado por la oposición para crear una atmósfera de confusión entre la población de la Isla. En ese momento de difícil gobernabilidad -al que se unían los históricos problemas en atención sanitaria, en infraestructuras educativas, en materia de inmigración, en la deficiente oferta cultural y de ocio, entre otros- el grupo de gobierno comenzó a adoptar las soluciones reales que necesita el pueblo de Lanzarote.
Se hace camino al andar, como decía el genial Antonio Machado. Y eso hicimos, ponernos a caminar desde la estabilidad, el sosiego y la serenidad que merecen los habitantes de esta Isla. Siempre desde el diálogo con los agentes y colectivos sociales. Desde el primer momento, trabajamos para diseñar un plan de saneamiento de la Institución que pasaba por cambiar, taxativamente, el sistema de control y gestión del gasto. Superadas las dificultades iniciales, conseguimos el éxito como lo demuestra el hecho de pasar de tener una capacidad inversora del veinte al cuarenta por ciento en apenas doce meses. Asimismo, iniciamos los trámites para incorporarnos a la Ley de Grandes Ciudades y asumimos el compromiso de modernizar la Administración, haciéndola más accesible a los ciudadanos a través de programas que nos han integrado, de lleno, en la Sociedad de la Información y de la Comunicación.
Pero una sociedad, en este caso, Lanzarote, no puede caminar hacia su futuro dándole la espalda a sus tradiciones y a su realidad. En los últimos 30 años, Lanzarote se ha convertido en un paraíso para aquel que la visita. Miles de turistas llegan cada año con el deseo de pasar sus vacaciones disfrutando de los rincones y paisajes singulares que ofrece la Isla. Conscientes de que gran parte de nuestra riqueza pasa por su bienestar, decidimos abordar de lleno el calendario de contención del crecimiento y la adaptación del Plan Insular de Ordenación del Territorio a las Directrices de Ordenación Turística del Gobierno de Canarias. Por otro lado, el Plan Territorial Especial de Ordenación Turística nos lleva a un momento de reflexión, a cuestionarnos cuál es el modelo de Isla que queremos.
Además, ante la preocupación por el rumbo del sector turístico, apostamos firmemente por crear una oferta de ocio específica que contribuyera a diferenciarnos, aún más, del resto de destinos. Así, este año 2005 se reediatará el Festival de Música Visual de Lanzarote. La Bienal Foto Ars de Lanzarote y los Spanish Film Screenings de Lanzarote se han asentado, asimismo, como citas ineludibles del calendario cultural nacional e internacional. A nivel local, hemos dado inicio a las obras del teatro polivalente de Arrecife, y luz verde a proyectos como siglo XXI de apoyo a artistas locales. Del mismo modo, los focos culturales de la Isla llenaron sus foros con exposiciones, conferencias y muestras a cargo de artistas y protagonistas de renombre nacional e internacional. El año 2004 significó el comienzo de la recuperación de la cultura y el tratamiento del entorno como medios de promoción turística de la Isla.
Así, se dieron las condiciones necesarias para que el Gobierno español transfiera, en un futuro próximo, la gestión de los Parques Nacionales a las comunidades autónomas. Llegados a este punto, y en un momento trascendental para la Historia del archipiélago como es el de la Reforma del Estatuto de Autonomía, es el momento de plantearse dar un voto de confianza para que sean los propios cabildos insulares quienes asuman estas competencias. Más, aún si cabe, en el caso de Lanzarote, que gestiona desde hace décadas la actividad turística del Parque de Timanfaya.
Por otro lado, las frágiles estructuras educativas y sanitarias y los recursos naturales de la Isla se han visto seriamente desbordardos por las casi 30.000 personas que han llegado en los últimos cinco años. Lanzarote, una Reserva de la Biosfera que no llega a los 900 kilómetros cuadrados -limitados por la presencia de un Parque Natural como el de Timanfaya, una reserva de marina como es la del Archipiélago Chinijo y numerosos espacios naturales protegidos- soporta una presión demográfica cada año mayor. En este sentido, 2004 marcó el inicio del estudio de los comportamientos de la población y de la realidad social que vive la Isla. A lo largo del último año se han intensificado los debates dirigidos a hacer reflexionar a la colectividad acerca de la contención del crecimiento.
Este último año ha supuesto también un punto de inflexión para la economía lanzaroteña. El buen hacer y el esfuerzo infatigable del tejido empresarial de la Isla obtuvo un fruto largamente perseguido: la autorización del Gobierno de Canarias para iniciar los trámites destinados a establecer una Cámara de Comercio propia. La noticia, acogida con alborozo por todos los sectores insulares, sentó un precedente histórico, toda vez que la Cámara de Comercio de Lanzarote es la primera que se constituye al margen de las de las dos islas capitalinas. Al mismo tiempo, recientemente se creaba el primer Colegio de profesionales a nivel insular (Graduados Sociales y diplomados en Relaciones Laborales). Estas herramientas deben ser la antesala de una Isla más moderna y con mayores competencias y tienen que ir acompañadas, en un futuro próximo, de la concesión de una mayor autonomía para las instalaciones portuarias. En este sentido, desde el Cabildo apostamos por aprobar todas las iniciativas encaminadas a modernizar la gestión y a dotar de mayores competencias e infraestructuras tanto al Puerto de Los Mármoles de Arrecife como al aeropuerto de Guacimeta.
Asimismo, este último año ha venido marcado por la polémica suscitada en torno a varias carreteras de la Isla. Lanzarote, como territorio especialmente sensible a la acción del hombre, ha iniciado este año el análisis y la búsqueda de soluciones para el transporte que pasan, sin lugar a dudas, por adaptar las vías ya existentes a las necesidades reales de sus habitantes. Pienso que la realidad siempre debe ser susceptible de ser cambiada en beneficio de la sociedad: la reforma del Estatuto de Autonomía, proceso en el que estamos inmersos, debe ir acompañada, además, de la derogación de la Ley de Sedes. Las islas mal llamadas menores han demostrado su mayoría de edad y su responsabilidad para hacer frente a éstas y a otras cuestiones, incluso de mayor envergadura. Si realmente queremos hacer Comunidad, es necesario trabajar entre todos y profundizar en este concepto. La presencia de organismos dependientes del Gobierno de Canarias en las siete islas será la señal que indique que vamos en el buen camino.