Las navieras movieron en 2004 a casi cinco millones y medio de pasajeros y más de cinco millones de metros lineales de carga. Las operadoras continúan modernizando sus barcos año a año con buques de alta velocidad y la competitividad entre ellas propicia una mayor rapidez y eficacia del transporte marítimo interinsular.
El tráfico marítimo entre las islas se consolidó en 2004 tanto en pasajeros como en carga. Las tres navieras que operan en el Archipiélago se han modernizado y los buques de alta velocidad predominan en los trayectos interinsulares, lo que convierte a sus rutas en verdaderas autopistas marítimas. La competencia entre las navieras ha beneficiado en última medida a los usuarios y al transporte de carga, lo que redunda positivamente en el conocimiento de las islas por los propios canarios y en un aumento del consumo interno y de la diversificación de las empresas, que trasladan sus productos de una forma más rápida y eficaz. Las navieras que operan en Canarias mueven a más de cinco millones y medio de pasajeros anualmente, según los datos conocidos en diciembre de 2004. En cuanto a la carga, las operadoras movieron en 2004 más de cinco millones de metros lineales de carga. Para hacerse una idea del movimiento de mercancías que se genera en el Archipiélago, el transporte de 1,5 millones de metros lineales equivale al de 110.000 camiones.
Por navieras, si nos centramos en las tres grandes que operan en Canarias, las cifras colocan a Fred. Olsen como líder en el movimiento de pasajeros, a bastante distancia de sus competidoras, mientras que Naviera Armas continúa liderando el movimiento de carga. La naviera de origen noruego mueve una media de casi tres millones de pasajeros anuales, mientras que Armas movió algo más de un millón de pasajeros el pasado año y Trasmediterránea cerca de los seiscientos mil. En cuanto a la carga, Naviera Armas superó los dos millones de metros lineales de carga, mientras que Fred. Olsen alcanzó los 180.000 vehículos de carga y el medio millón de vehículos de pasaje (datos de 2003) y Trasmediterránea rebasó los 1,3 millones de metros lineales de carga en 2004. En comparación con otros años, tanto Fred. Olsen como Naviera Armas aumentan sus cifras de pasaje y carga entre un 10 y un 15%, mientras que Trasmediterránea se mantiene estable en sus estadísticas.
Al echar la mirada atrás, la evolución y eclosión del transporte marítimo interinsular lo demuestra el hecho de que, en más de treinta años de existencia, Fred. Olsen ha movido a 32 millones de personas, lo que da idea de cómo ha progresado un sector que hasta bien avanzados los años noventa no tuvo su despegue definitivo. En un Archipiélago donde durante tantos años fue muy complicado que los isleños viajaran con asiduidad entre las islas con operadores y precios competitivos, la realidad actual dista mucho de aquellos tiempos y las navieras que trabajan en el mercado canario se han adaptado y responden a las demandas de los usuarios con buques más modernos y rápidos, con unas frecuencias de líneas acordes con la situación del mercado y las necesidades tanto del pasaje como de la carga y con una competitividad que ha traído consigo el poder elegir entre las diferentes ofertas existentes. En los últimos treinta años, el tráfico marítimo interinsular ha vivido una serie de hitos que han ido marcando su evolución, llegándose a la situación actual donde catamaranes, trimaranes y monocascos surcan las aguas canarias en forma de ferrys tradicionales, fast ferrys o jet foils.
El adiós al ‘jet foil’
Después de 24 años ininterrumpidos de servicio, 2004 fue el año en que Trasmediterránea sustituyó el jet foil que unía Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria por un catamarán de alta velocidad que, a cambio de tardar veinte minutos más que el jet foil, permitía a los usuarios llevar el coche entre las dos capitales canarias. Esta naviera, ahora privatizada, continuaba de esta forma la senda que seguía la compañía cuando era de titularidad pública. También en 2004 Fred. Olsen anunció un nuevo buque para la línea entre Tenerife (Los Cristianos), Gomera y La Palma. Se cumplían treinta años de la apertura de la línea entre Los Cristianos y San Sebastián de la Gomera, trayecto que también supuso el inicio de Fred. Olsen como naviera. Este barco es una trimarán, modelo más avanzado que el catamarán, ya implantado por esta operadora en la línea entre Agaete y Santa Cruz de Tenerife. Por su parte, Naviera Armas también avanzó en su modernización en 2004 e incorporó un nuevo barco en la línea entre Las Palmas de Gran Canaria y Morro Jable. El remozado Volcán de Tamasite respondía de esta forma a la gran demanda que ha tenido esta línea marítima. Asimismo, Armas anunciaba el encargo de dos nuevos barcos para seguir modernizando su apuesta por el tráfico de pasajeros.
Por tanto, 2004 fue un año de innovadoras noticias para el transporte marítimo interinsular ya que las tres navieras que operan en Canarias incorporaron nuevos buques, anunciaron la llegada de otros una vez construidos en los astilleros o remozaron los que ya tienen operando en el mercado isleño. La competitividad entre las empresas no sólo es en mejora de sus buques, servicios y frecuencia de líneas, sino también en precios, ya que el encarecimiento del petróleo no ha supuesto una mayor carestía en el precio de los billetes, en un esfuerzo de las navieras para evitar una caída de la demanda frente al transporte aéreo. La competitividad de las navieras ha propiciado incluso que el Gobierno canario, a través de la Dirección General de Transportes, no haya tenido que intervenir en la declaración de líneas de obligación de servicio público y, por lo tanto, sujetas a ayudas públicas para su mantenimiento.
El funcionamiento de las líneas existentes y la frecuencia de las mismas entre las siete islas impide que se aplique el decreto del Gobierno en este sentido, lo cual redunda tanto en el mercado como en los usuarios, ya que ninguna naviera recibe directamente subvenciones públicas por operar en alguna de las líneas existentes. Precisamente uno de los objetivos del Gobierno de Canarias es el de actualizar la normativa del sector del transporte para adaptarla a las circunstancias del siglo recién iniciado y a las demandas del mercado canario. En este sentido, uno de los principales objetivos es la de configurar un espacio territorial único a través de un eje transinsular, de tal forma que las diferentes modalidades de transporte permita desplazarse en un solo día entre las islas tanto a los usuarios como a las mercancías. En el caso del transporte marítimo, el Ejecutivo quiere incidir en el movimiento de las mercancías como un aspecto esencial con el fin de crear un verdadero mercado único canario que posibilite que las mercancías pueden ir de una isla a otra en el menor espacio de tiempo posible por mucho que éstas estén alejadas entre sí.
Mientras las navieras continúan con su esfuerzo en mejorar buques, frecuencias y servicios, también tienen sus peticiones a las Administraciones públicas. Entre las principales reivindicaciones de las navieras se encuentran la equiparación de las subvenciones que reciben las operadoras para el descuento a los residentes en las Islas con el transporte aéreo. Otra petición es la necesidad de mejorar, ampliar y reestructurar los puertos que son de titularidad de la Comunidad Autónoma para que sean capaces de absorber el trasiego de pasajeros, vehículos y camiones cada vez más frecuentes en los puertos canarios. Las tarifas también son otro caballo de batalla de las operadoras del transporte marítimo con el fin de que sean sometidas a la bonificación del Gobierno, sobre todo en el aspecto referido a las mercancías, ya que esto supondría el que su coste no ralentice el flujo de las mismas entre las islas y no se repercutan los costes sobre los consumidores.
En definitiva, 2004 fue un año de consolidación y avance en la modernización del transporte marítimo interinsular, tanto de pasajeros como de mercancías. Más rapidez en los trayectos, más camiones y mercancías entre las islas y más pasajeros suponen también un aspecto fundamental de la articulación del Archipiélago como un mercado único de siete islas que son enlazadas por verdaderas autopistas del mar.
