El año 2005 estuvo marcado en La Palma por la apertura del Puente de Los Tilos. El coloso cambió la vida de todos los habitantes del norte de la Isla, pero no sólo de ellos. En los puntos de la Isla más alejados de este viaducto, el Puente de Los Tilos ha supuesto un antes y un después de la realidad cotidiana de La Palma.
Fue el 18 de diciembre, cuando palmeros llegados desde toda la geografía insular asistieron al que sin duda fue el acontecimiento del año. La inauguración de este coloso de 357 metros de longitud, sostenido por una estructura en arco de 255 metros, ha supuesto un antes y un después en el devenir de la isla de La Palma. Este puente, que se ha convertido en el de mayor longitud de Europa sin apoyos intermedios, y el decimotercero más grande del mundo construido en hormigón, no sólo ha cambiado la vida de los habitantes del norte de la Isla, acercándolos a otras infraestructuras necesarias como el Hospital, el Aeropuerto o el Puerto, sino que también ha servido para acercar pensamientos, posturas o ideas, que muchos pensaron que nunca podían ir de la mano. A partir de ahora, en la Isla Bonita hay que hablar de épocas antes y después del famoso puente. Sí, hay quien ha cruzado también “ese puente” para cambiar de aliado y pareja política, o quien ha decidido situarse al otro lado del barranco para de ese modo mejorar unas deficiencias técnicas que han azotado a la Isla.
Con esta última precisión me refiero a las tercermundistas perdidas de fluido eléctrico que ha sufrido La Palma durante el 2004, que ha obligado a que en determinados círculos se calificara este como “el año en que nos quedamos a oscuras”. Innumerables apagones que llegaron incluso a afectar durante más de cinco horas la totalidad del territorio insular, a los que se sumó también otro fallo con consecuencias nefastas, como fue la caída de los sistemas de telecomunicaciones que dejaron incomunicados a los habitantes de la Isla a través de las redes de telefonía fija, móvil e Internet, prolongándose esta situación durante 48 horas. Esta avería sirvió para que las diferentes compañías comenzaran a mejorar sus infraestructuras en la Isla y entraran en servicio nuevos sistemas que han permitido que en esta época, post-puente, no se produzcan más fallos de este tipo.
El Plan Territorial
Desde antes del 2004, el Plan Territorial Especial (PTE) de La Palma ha tenido su cuota de protagonismo, y tras su ardua redacción por el arquitecto palmero Félix Rodríguez de la Cruz, se han ido cumpliendo los plazos, desde su aprobación inicial en julio de 2004, tras el que vino un período de información pública que concluyó en septiembre, época pre-puente. En los contenidos esenciales del PTE se establece una capacidad turística para la Isla de 25.500 plazas, entendiendo que no debería ser sobrepasada esa cifra para mantener un desarrollo económico equilibrado con el sector agrario, capacidad que se alcanzaría no antes del año 2020. Ahora, época post-puente, el Cabildo Insular está proporcionando las respuestas a cada una de las alegaciones presentadas, con el objetivo de que impere el equilibrio territorial y la visión insular en la ordenación de los recursos. Y cuando se resuelvan todos esos intereses y localismos generados por el mismo, la Institución enviará el documento del modelo palmero a la Cotmac y al Gobierno de Canarias para su aprobación definitiva, y que permita continuar con el desarrollo de las políticas en materia turística, que se han dirigido hacia un turismo de calidad y sostenible, que respete el Medio Ambiente como generador de riquezas.
Económicamente, el 2004 ha supuesto la puesta en marcha de un Plan de Dinamización Socioeconómico para la Isla, proyecto potenciado conjuntamente por la Administración Insular y la Regional, que pretende diversificar la economía insular en un periodo de tres años, y luchar contra un índice de paro que, en épocas anteriores al bienaventurado puente, no hizo sino aumentar mes a mes, y contra el cual se mantiene una ardua batalla desde las diferentes instituciones con diferentes planes de empleo. Los principales puntos de aplicación de este documento económico se centran en Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane, municipio este último que en este reciente periodo de tiempo ha visto como ha aumentado considerablemente su población gracias a la emigración, superando a la capital insular.
Movimientos políticos
Sin embargo, la política ha sido la que más juego, morbo y vida ha dado al mundo periodístico y a la cotidianeidad palmera. Tras las elecciones municipales de mayo de 2003, en cuatro de los catorce municipios palmeros fueron necesarios pactos para gobernar. Eso sí, con pactos de toda índole, incluso de esos a los que se les llama contra natura. El único que en el no se han producido sobresaltos de ningún tipo, o eso parece, es en el de Barlovento, donde Coalición Canaria e Iniciativa por La Palma están sacando adelante un acuerdo que con anterioridad a su rúbrica si pareció lejos. Otros, dígase Santa Cruz de La Palma, El Paso o Garafía, no han dejado de aportar noticias o cambios de gobierno, e incluso algún sobresalto a sus conciudadanos.
En El Paso se produjo el primero de esos sobresaltos políticos, cuando, tras las elecciones, PSOE y PP anunciaban un pacto que dejaba sin alcaldía a CC, que había resultado la formación más votada en ese municipio. Los dos partidos nacionales se repartían el pastel y el bastón de mando a tiempos iguales, ejemplo que después tomarían en la capital de la Isla CC y PSOE. Y es que en el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma se produjo otro caso de efecto puente. Antes de la inauguración de éste, durante catorce años, había sido alcalde el popular Carlos Cabrera, que en este último mandato había contado con el apoyo de CC, pero una ruptura de este pacto en el verano de 2004 -unido a un acercamiento de CC y PSOE- produjo que, tras la inauguración del Puente de Los Tilos, estos desbancaran a Cabrera, y el 11 de marzo presentaran una moción de censura para que, primero Juan Ramón Felipe (CC), y después Anselmo Pestana (PSOE), sean los encargados de dirigir los destinos de un consistorio que se enfrenta a su fiesta más representativa, la Bajada de La Virgen de Las Nieves, sumido en una pública y profunda crisis económica.
El otro municipio en el que se han vivido cambios de gobierno es Garafía. Fue primero una moción de censura impulsada por el PP y Alternativa por Garafía (AG) la que acabó con 16 años de mandato del socialista Abilio Reyes, pero los desacuerdos entre el actual alcalde, Vicente Peñate (PP) y el otro firmante de la moción, Miguel Calero (AG), propiciaron la ruptura del acuerdo de gobierno y que este último renunciará a su acta de concejal para de ese modo propiciar otra revocación del actual primer edil. Ahora, es la rumorología la que se ha apoderado del consistorio del norte de La Palma, ya que el pacto de Santa Cruz de La Palma ha hecho que de nuevo se hable de un acercamiento entre AG, cercana a CC, y PSOE, que permita alcanzar un acuerdo para la constitución de un nuevo grupo de gobierno que devolvería la alcaldía a Abilio Reyes.
Sin duda, es sorprendente el comprobar cómo una infraestructura viaria como la del Puento de Los Tilos, ya emblemática, ha cambiado la vida de los ciudadanos palmeros, marcando, directa o indirectamente un antes y un después en la vida política y la económica en el último año y medio. Y por supuesto, cómo ha mejorado las comunicaciones de la Isla, acercando al norte de La Palma a las infraestructuras más básicas.
