Sindicalismo: eficaz medio de prevención en la construcción

Es posible que se piense que la vida activa y al aire libre del sector de la construcción mantiene en forma y es saludable. Nada más lejos de la realidad. El trabajo merece su reputación de sucio, difícil y peligroso. En 2004, según datos de la Organización Internacional del Trabajo, al menos 55.000 personas padecieron lesiones mortales en las obras de construcción.

Las cifras de muertos en la construcción tienen una traducción dramática: cada diez minutos muere una persona en un accidente a pie de obra. Y muchos cientos de personas más padecen lesiones y enfermedades a causa de las malas y a menudo ilegales condiciones de trabajo, todo ello de acuerdo con cálculos efectuados a la baja. No obstante, las cifras publicadas subestiman enormemente el número de accidentes. En Canarias las estadísticas no reflejan las repercusiones a largo plazo de las enfermedades ocupacionales. La disminución del tamaño de las empresas, el uso de la subcontratación del trabajo y los pretendidos trabajadores autónomos ejercen un impacto negativo en la gestión de la salud y la seguridad en el sector de la construcción.

Las responsabilidades relativas a la planificación y coordinación de la salud y la seguridad a menudo son confusas. Y el cumplimiento de la legislación en materia de salud y seguridad por lo general es insuficiente. Las condiciones contractuales informales que existen en el sector hacen difícil que los trabajadores ejerzan sus derechos. Durante 2004 se produjeron 126 accidentes graves y 17 mortales en el sector de la construcción en Canarias. Aunque la verdadera tragedia que se esconde detrás de las estadísticas es que las muertes pueden evitarse. La mayoría de los trabajadores muere al realizar una labor perfectamente rutinaria, cuyos riesgos son bien conocidos. El sector de la construcción en Canarias ocupó a 118.000 trabajadores en 2004 y, de cada mil trabajadores de la construcción, 113 tuvieron un accidente laboral. O lo que es lo mismo: 13.469 trabajadores sufrieron accidentes laborales.

Coste y prevención

El coste de los accidentes en términos de salud o en gasto para las empresas y sus trabajadores no ha sido todavía debidamente evaluado en Canarias. Desde 2001, una de las prioridades de las organizaciones sindicales, empresariales y del Gobierno de Canarias “a través de la concertación social” ha sido el Plan de Reducción de la Siniestrabilidad Laboral, que tiene como objetivo fomentar actividades dirigidas a establecer “las condiciones de mejora de seguridad y salud en el trabajo, adoptando programas específicos dirigidos a promover la mejora del ambiente de trabajo y el perfeccionamiento de los niveles de protección, instrumentados a través de la concesión de incentivos destinados especialmente a las pequeñas y medianas empresas, en los términos establecidos en el artículo 5 de la ley 31/1.995, de 8 de noviembre de prevención de riesgos laborales”.

Con este Plan, en Canarias se ha dado un paso importante para que los interlocutores sociales tengan un papel más activo en materia de prevención de riesgos laborales. Y dentro de esa línea de colaboración, los sindicatos, entre ellos la UGT, mantienen una política de prevención de riesgos laborales donde las experiencias que se han venido desarrollando en los últimos años están dando resultados positivos. Porque si cada muerte es una tragedia, todo accidente que se evite y toda vida que logre salvarse es un motivo de satisfacción.

Disminución de accidentes

Todas las estadísticas sobre accidentes laborales apuntan en los últimos años hacia una disminución en la cifra de incidencias de carácter leve o grave. En 2004 se mantuvo la tendencia a la baja y, según datos de la Consejería de Empleo y Asuntos Sociales, el pasado año se produjeron en Canarias un total de 44.205 accidentes con baja durante la jornada de trabajo, lo que supone un descenso del 2,29 % respecto a los 45.241 que tuvieron lugar en el año 2003. Al analizar la importancia de los accidentes también se observa un descenso en todas las tipologías, puesto que de los 44.205 accidentes detectados, 43.869 fueron leves (un 2,18 % menos que en 2003), trescientos fueron graves (un 16,43 % menos que el año anterior) y 36 fueron mortales, los mismos que durante 2003. En todo caso, los sindicatos destacan que, “aunque las cifras aún son muy elevadas”, se produjo un descenso en el número de fallecidos, al pasarse de las 52 del año 2003 a las 47 (17 en el sector de la construcción y 16 en el sector servicios) que se produjeron el pasado año.

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