Los logros políticos, los avances en infraestructuras y servicios, la expansión económica y su influencia en la mejora de la renta de los ciudadanos, son hitos de los sucesivos gobiernos de Canarias y compromisos insoslayables para los ejecutivos que vendrán en el futuro. La continuidad y el calor de los debates sobre las infraestructuras viarias en la Isla de Tenerife en ocasiones limitan la visión de cuánto se ha hecho, cuánto se hace y cuánto tenemos que hacer para paliar viejas carencias y demandas actuales de la ciudadanía a la que nos debemos. Así, cuando Canarias accedió a su autogobierno, el catálogo de necesidades viales, agravado por el imparable aumento del índice de motorización, representaba uno de los mayores obstáculos para el desarrollo insular. A lo largo de estos años de autonomía y, de modo especial, desde 1996, cuando se fijaron las prioridades y se programaron las actuaciones, hemos logrado un avance sustantivo que, lejos de ser causa de autocomplacencia, nos recuerda la magnitud y urgencia de los proyectos pendientes que responden, naturalmente, a peticiones razonadas de ciudadanos y municipios insulares.
Por otro lado, no podemos obviar que, en casos sonados, la ejecución de infraestructuras ha tenido públicas contestaciones de colectivos ecologistas y vecinales y que, por cambios en los planeamientos municipales e insular, nuestra Consejería se ha visto obligada a guardar proyectos concluidos. Aunque se debe reconocer que, en la voluntad de causar el menor impacto ambiental, muchos proyectos se realizaron sobre las carreteras existentes, para ampliarlas, mejorarlas y adecuarlas a las demandas actuales y que estas actuaciones son más costosas e incómodas para los usuarios que las obras nuevas. Tampoco se trata de señalar los errores -de los que no estamos libres personas ni instituciones- ni de buscar responsabilidades por fallos e incidencias superados en administraciones insulares y locales y agrupaciones sectoriales, considerando las dificultades con las que se realizaron las obras y probada la buena voluntad por parte de todos. Al contrario, creo sinceramente que esta es la hora de impulsar con todas nuestras fuerzas las infraestructuras que respondan a necesidades contrastadas para completar y garantizar la eficacia, fluidez y seguridad de las comunicaciones interiores y para atender los objetivos de desarrollo de Tenerife.
La Consejería de Infraestructuras, Transportes y Vivienda del Gobierno de Canarias ha completado la planificación de carreteras hasta el año 2012. Y, en ejecución actual e inmediata, se incluyen actuaciones en la isla de Tenerife por un total de 722 millones de euros, algo más de 120.000 millones de las antiguas pesetas. Todas ellas parten de acuerdos entre las administraciones, disponen de todos los avales de planeamiento y de respeto y adecuación medioambiental y todas ellas son necesarias para la isla y para el equilibrio insular, e imprescindibles para las partes de la isla que las demandan con urgencia. Sin pretensión de balance, ni siquiera ligero, las actuaciones en la Avenida 3 de Mayo, Santa Cruz de Tenerife-Guajara, Padre Anchieta-Los Rodeos, Guamasa-La Orotava, Variante de Tejina, Tacoronte-Tejina y Fañabé-Armeñime, en el Sur, sin contabilizar otras obras de gran interés local, ya están al servicio de los ciudadanos.
Y están en ejecución, además de la ampliación a seis carriles de la Autopista del Sur, entre Santa Cruz y Güímar, los tramos entre Icod y El Guincho (Garachico) y La Orotava-Aguamansa, la Avenida de los Menceyes (Santa Cruz-Laguna), a las que tenemos que sumar la financiación de la nueva Vía del Barranco de Santos, y obras y mejoras en distintos municipios. Y entre este año y 2006, se incluyen las actuaciones entre Adeje y Santiago del Teide, Icod-Santiago del Teide (Primera fase Icod-El Tanque), y Los Realejos-Icod (Primera fase San Juan de la Rambla-Icod). También avanzamos en el estudio del Sistema Viario del Area Metropolitana, y en una futura ampliación a seis carriles de la Autopista del Sur que, en cualquier caso, deberá adecuarse a las posibilidades futuras del transporte ferroviario, temas de importancia capital en la Red estructural de Transporte de Tenerife.
En Canarias se están acometiendo, una serie de actuaciones que además abarcan al sistema hidráulico de las islas, en puertos, viviendas y en materia de transportes que en su conjunto alcanzan los 5.000 millones de euros que permitirán terminar la planificación propuesta a lo largo de los próximos cinco o seis años. No cabe duda que esta situación va a proporcionar a cada una de nuestras islas unas condiciones de infraestructura potente, de gran calidad, que van a propiciar un gran desarrollo, armónico y compatible con el medio ambiente, desarrollo que hace crear esperanzas de mayores niveles de vida y de prosperidad en el futuro. Como en tantos otros asuntos, después del diálogo y de la búsqueda de coincidencias, es la hora de decisiones avaladas por la leal y responsable colaboración de todas las administraciones y del trabajo de todas en favor del desarrollo y bienestar que demandan nuestros conciudadanos.