Año tormentoso entre insultos, asaltos y la ‘polémica-tranvía’

Entre el tranvía, los bomberos y los ataques personales entre el consejero socialista Domingo Medina y el conservador Ángel Llanos, al Cabildo de Tenerife le costará mucho esfuerzo olvidar este año que acaba de terminar. Seguramente, los deseos para 2006 de esta institución incluyan un año tranquilo en el que reine la paz y en el que no existan roturas de tuberías, petardos y bombas de humo, dinero estatal que parece no llegar nunca, o insultos sobre los negocios que tienen o no algunos consejeros.

El pasado 21 de diciembre, mientras se celebraba el Pleno sobre los Presupuestos, el Cabildo vivió una escena de película. El ruido de sirenas, los petardos y el humo hicieron que el rostro de algunos de los consejeros que se encontraban en el pleno pasara de pálido a muy, muy pálido. Los bomberos habían comenzado una huelga pidiendo más personal y decidieron ese día asaltar la corporación insular en una acción que tropezó con niños y con gente mayor que en ese momento se encontraba en el Cabildo visitando su portal de belén. Los bomberos aseguran que no querían asustar a nadie, pero les salió mal, muy mal, porque lo hicieron.

El Cabildo les ha puesto una denuncia y el Consorcio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento de la isla de Tenerife les abrirá expedientes disciplinarios. Pero por si fuera poco, a este conflicto se sumó el Ayuntamiento de Santa Cruz: el concejal Hilario Rodríguez criticaba al Consorcio, entidad de la que es vicepresidente, por querer reducir los efectivos en el parque capitalino, pasando de 18 a 14 efectivos en cada turno, ya que dos bomberos fueron trasladados a La Laguna y otros dos al Sur. El Ayuntamiento se puso del lado de los bomberos durante la huelga y, tras duras negociaciones, corporación local y Consorcio acuerdan que en la capital se queden 16 efectivos, a cambio de que Santa Cruz mantenga su aportación al Consorcio en un 25 %.

Los bomberos y el tranvía

Eso sí, los bomberos que faltan serán parte del personal que iba a ser destinado a segunda actividad; es decir, personal que no es tan joven o que tiene alguna dificultad. Tras numerosas e interminables horas de reuniones, el Consorcio presenta una última propuesta con la que se aumentará la plantilla en un 21,4 % entre 2006 y 2007, y en 2009 la Isla contará con 50 bomberos de guardia. La asamblea de trabajadores acepta la propuesta, y parece que la huelga y las movilizaciones han terminado. Pero la historia continúa en los tribunales. El tranvía ha sido otros de los motivos de disgusto para el Cabildo durante 2005. Así, aparte de numerosas roturas de tuberías que las obras de este transporte han provocado, han sido los ya famosos diez millones de euros del Estado para el tranvía los que más problemas han generado. Esta partida ha provocado diferencias entre miembros de un mismo partido, entre Cabildo y Parlamento de Canarias y ha encendido un poco más el desgraciadamente nada apagado pleito insular. Todo comenzó cuando el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, se empeñó en que el proyecto del tranvía contara con participación del Gobierno central, “aunque esta iniciativa ya tuviese la financiación garantizada”.

La excusa que planteaba Melchior es que “el Estado debía colaborar en la construcción de este transporte, al igual que lo ha hecho en otras comunidades, porque si no se estaría produciendo una injusticia”. Después de varias negociaciones, el presidente anunció que había conseguido el compromiso del Estado… aunque fue desmentido por la ministra de Fomento el 19 de mayo al responder en el Senado a una pregunta formulada por el propio Melchior. Y aquí comenzó el desfile de errores y confusiones. Así, el presidente del Cabildo decidió presentar una moción en la Cámara Alta solicitando que el Gobierno central participara en el proyecto, financiando el 50 por ciento de las inversiones públicas. Y el PSOE votó en contra porque se negaba a que la financiación del Estado llegase directamente al Cabildo.

El senador socialista por Tenerife y consejero del Cabildo, José Vicente González Bethencourt, insistía en que dicha participación debía realizarse a través del convenio de transportes. Finalmente, tras una agria polémica, el Estado se comprometió a aportar diez millones de euros para el tranvía durante 2006… a través del convenio de transportes, tal y como pretendía el senador socialista. Esta cantidad se sumaría de forma adicional a los 90 millones que ya estaban aprobados para la guagua y que se repartirían entre todas las Islas. Eso sí, estos diez millones serían adicionales y no afectarían a la financiación ya prevista para las guaguas.

Conseguido el dinero, no se acabó la polémica. Primero, entre socialistas y nacionalistas por apropiarse de los méritos de lograr estos diez millones de euros. Y luego, cuando el follón se traslada al Parlamento de Canarias, que aprueba una enmienda para que esos diez millones de euros se repartan entre todas las Islas porque están incluidos en el convenio de transportes “y en ningún sitio se dice que sean para el tranvía”. Fue Madrid quien tuvo que aclarar toda esta situación y dejar claro que ese dinero era una partida extra para el tranvía y, para no crear más errores, se decidió que llegase directamente al Cabildo, como en un principio planteaba Melchior, o bien a través de un añadido al convenio. Y aún después de esta aclaración, colectivos en Gran Canaria siguen pidiendo que ese dinero se reparta.

Los insultos de Llanos

Si la polémica del tranvía o el asalto de los bomberos no fueran suficiente, 2005 también ha sido el año en el que el Cabildo de Tenerife debió soportar, por primera vez en su historia, ataques personales entre dos de sus consejeros. Ángel Llanos, portavoz del Partido Popular y consejero de Relaciones Institucionales, no ha parado de discutir durante todo el año con el consejero socialista Domingo Medina al analizar las cifras sobre delincuencia o efectivos policiales. Y la tensión estalló en un pleno de la corporación insular en el que se trataba la seguridad ciudadana en la Isla. Cuando Medina llamó mentiroso a Llanos por unos datos que éste ofrecía sobre inseguridad, el consejero de Relaciones Institucionales le respondió exactamente: “Yo dimitiría si siendo responsable de Seguridad Ciudadana, mandara por lo tanto sobre los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y por lo tanto tuviera algo que decir sobre los controles de alcoholemia, y a mí me generaría un problema moral vender alcohol en la terraza de verano a quien después tengo que hacerle los controles de alcoholemia”.

Las afirmaciones de Llanos sorprendieron a todos los consejeros, incluso a los de su propio partido. Mientras, Medina anunciaba que llevaría a Llanos a los tribunales y Melchior decía que esto nunca había pasado en el Cabildo al tiempo que pedía moderación. Unos día más tarde, Llanos pedía perdón… pero aseguraba que él no había nombrado a nadie. Un año para no olvidar.

Facebook
Twitter
LinkedIn
COrreo-e
Imprimir

Patrocinadores

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad