El norte sigue atascado (y ahora, además, sin el ‘Dedo de Dios’)

2005 no fue un buen año para el norte grancanario. No se ha iniciado ninguna de las carreteras prometidas, ni se ha modernizado el suministro eléctrico y, además, el paulatino empobrecimiento de esta comarca en relación al Sur, el Sureste y la capital sigue el mismo devenir. Para colmo, uno de sus símbolos naturales, el Risco Partido o ‘Dedo de Dios’, se vino abajo con la tormenta tropical Delta, sumergiéndose para siempre en las aguas del Atlántico.

El cuarto carril entre el enlace de Arucas y la rotonda de Bañaderos, el desdoblamiento de la calzada entre Pagador y Guía, la nueva conexión entre la autovía del Norte y la circunvalación a la capital y la futura carretera entre La Aldea y Agaete sólo son proyectos. En el primer lustro del siglo XXI todavía no se ha movido una piedra de las nuevas y más modernas vías de acceso a esta comarca que el Norte necesita desde hace décadas. Algunos expedientes, como el de la futura carretera entre Agaete y La Aldea, sí dieron algún paso adelante y 2006 se inicia con buenas perspectivas. Una nueva manifestación de vecinos reclamando más asfalto colapsó las calles de la capital y el Gobierno de Canarias reiteró siempre que pudo que las vías rápidas ideadas para mejorar las comunicaciones de ese corredor costero tendrán prioridad en el nuevo convenio de carreteras con el Estado. Pero hasta que estén ejecutadas y abiertas, a los norteños aún les quedan varios años de caravanas en fila india rumbo a la capital, el Sur o a sus casas.

Para el Partido Popular tampoco 2005 fue un bueno año. Perdió la Alcaldía de Artenara y saltó del gobierno de Arucas. En ambos casos fueron los hasta entonces socios de pacto, los socialistas, quienes se desmarcaron de los acuerdos alcanzados al comenzar el mandato para alcanzar una nueva estabilidad junto a Coalición Canaria. Así, el pasado mes de noviembre se produjo el hecho curioso de que el alcalde de más edad del Archipiélago, Severiano Luján, le tuvo que ceder el bastón de mando a la alcaldesa más jóven de las islas, Guacimara Medina, al triunfar la moción de censura presentada en el municipio menos poblado de la Isla. Al mes siguiente, tres tránsfugas del PP se unieron a una parte de la oposición para desalojar del gobierno local de Firgas a Sebastián Arencibia, regidor popular que disfrutaba de mayoría absoluta.

Pero en 2005 no sólo cayeron los alcaldes del PP. Delta, la tormenta tropical que azotó a las Islas a finales del pasado mes de noviembre, tiró al fondo del mar uno de los símbolos de esta comarca y de Gran Canaria, el Dedo de Dios de Agaete, una roca que desafiaba a la gravedad y al bravo mar norteño desde hacía miles de años. El viento le hizo perder su delicado equilibrio. Lo que salitre y olas no pudieron tumbar tras siglos de desgaste se lo llevó en un santiamén la misma naturaleza que lo modeló. Esa misma tormenta tropical puso de nuevo en evidencia la fragilidad del suministro eléctrico que recibe esta zona, la más conflictiva del sistema canario junto al sur de Tenerife. Actualmente se utiliza al límite de sus posibilidades, por lo que, en cualquier momento, puede haber un apagón.

La polémica de las basuras

El que durante varios años fuera servicio común de recogida de residuos sólidos urbanos, roto en añicos en 2004 debido a la crisis de la empresa adjudicataria y a la pérdida de calidad de las prestaciones, estuvo jugando a la yenka. Arucas siempre fue por libre; y Gáldar, tres cuartos de lo mismo; Agaete, Firgas y Moya rescataron la cesión a la Mancomunidad y se encargaron ellos mismos de buscar empresas que lo presten. Sólo Santa María de Guía, La Aldea de San Nicolás, Valleseco, Teror y Artenara mantienen su apuesta inicial. En cualquier caso, hay una queja general por el deterioro del servicio. Además, la permisividad de las autoridades y la inconciencia de los ciudadanos han convertido un buen número de cauces y barrancos en vertederos clandestinos de escombros, electrodomésticos, restos de vehículos, muebles y todo tipo de trastos.

En materia de seguridad, se puso en servicio el parque de bomberos de La Aldea y se comenzó a construir el de Arucas, que atenderá a los municipios limítrofes al norte con la capital. Con estas dos bases, junto a la de Gáldar -que ya se encuentra en funcionamiento-, el Consorcio de Emergencias de Gran Canaria cubre las necesidades de toda la comarca. Pero lo cierto es que 2006 comienza para el Norte como 2005, con los consistorios más pobres, la menor renta per cápita de la isla y el mayor desempleo de Gran Canaria, entre otros indicadores negativos. Mientras, hay polígonos industriales sin desarrollar por falta de interés de las empresas, pese a que el suelo es mucho más barato que en el corredor de Las Palmas de Gran Canaria hacia el Sur y, en particular, que en Arinaga. Por algo será.

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