El presidente del Parlamento de Canarias, Gabriel Mato, ha puesto empeño desde el día de su toma de posesión en acercar la Cámara Legislativa a la calle, al ciudadano. En una entrevista para el programa ‘Señorías Canarias’, de TVE, tuvimos oportunidad de hablar de este asunto, que le preocupa, sin duda. Y la preocupación parece lógica si tenemos en cuenta que una mayoría de la ciudadanía canaria no sabe qué es y cómo funciona el Parlamento.
En aquella entrevista con Gabriel Mato recordábamos una situación que se dio en otro programa con contenido parlamentario, en RNE en Canarias, cuando frente a la misma puerta principal de la institución se le preguntaba a los viandantes si sabrían contestar a una sencilla pregunta: “¿Dónde está el Parlamento de Canarias?”. Las respuestas no pudieron ser más variopintas. Desde el clásico “está en Las Palmas, como todo” al “no sé”, “no me interesa” o similares. Sólo una persona supo responder con solvencia: “El Parlamento está aquí”. Pero ¿dónde?
¿Cómo acercar el Parlamento a la calle? Esa es la pregunta que recorre la cabeza del presidente Mato desde hace tiempo. Y más ahora, cuando las medidas de seguridad son en muchos casos insufribles. Mato ha insistido en que los canarios deben visitar sus instituciones, y en concreto aquella que preside, para que entren en contacto con lo que la mayoría desconoce. Sin embargo, parece lógico pensar que no se puede abrir de par en par la puerta principal de la casa, algo que se hizo durante el período navideño, con motivo de la ubicación en su sede de un Belén, y que dejó no pocas advertencias y malos entendidos.
Relación Parlamento-Sociedad
Les cuento mi experiencia. Llevo casi 20 años cubriendo para RNE en Canarias la información parlamentaria y en uno de esos días de la pasada Navidad fui expulsado -sí, expulsado- del edificio del Parlamento cuando tuve el atrevimiento de entrar por la puerta principal. Ahora hay que hacerlo de otra manera, a través de un túnel de seguridad y casi desnudo, como en los aeropuertos. Me consta que el presidente ya ha dado órdenes para que las cosas se suavicen en el próximo período de sesiones con aquellas personas que son habituales de la casa, como los informadores, por poner un ejemplo. Y, a pesar de las molestias que supone, no critico, ni mucho menos, la medida. Es por nuestra propia seguridad, por la nuestra y por la de quienes trabajan o hacen política dentro de aquellas paredes. Es incómodo, pero obligado.
Vuelvo atrás para tratar de reflexionar sobre el porqué de las malas relaciones entre Parlamento y sociedad canaria. Ni que decir tiene que el ciudadano de a pie no puede entrar “como Pedro por su casa” a escuchar un debate plenario o asistir a una comisión. Entre otras cosas, porque no le dejan. Pero si no fuese así, ¿iría alguien? La respuesta hay que buscarla en algún lugar y la hemos encontrado, en parte, en una lista de preguntas de iniciativa popular que han sido tramitadas o están en tramitación actualmente en la Cámara. Por cierto, que en el balance del período 2005, que presentó Gabriel Mato a finales de año, una de las cuestiones que más llamó la atención fue que en los últimos tiempos ha bajado notablemente el interés de los canarios por este tipo de acciones parlamentarias, algo que debería ser al contrario si de acercar el Parlamento a la calle se refiere.
El 16 de septiembre de 2003 fue presentada una pregunta popular bajo el epígrafe “la seguridad y defensa de Canarias”. Entre las iniciativas populares, esta es quizás la que mayor relación directa tiene con las cuestiones que habitualmente se abordan en plenos y comisiones por los diferentes grupos parlamentarios. Les relato algunas otras cuestiones que interesan, basándome, por supuesto, en estas preguntas: “Las ITV (Inspección Técnica de Vehículos)”, “Atención en el Hospital Universitario de Canarias”, “Defensa de los Derechos Humanos”, “Violencia psicológica en el medio laboral”, “Listas de espera en consultas externas de alergología”, “El protocolo de evaluación del profesorado canario”, “La salud en el trabajo” y, no se pierdan esta, “Asfaltado de la calle Desirée Dougour”.
Un lenguaje más accesible
Tengo más, pero creo que con ocho basta. Sabemos que a los canarios eso de la Reforma del Estatuto, del REF o del Sistema Electoral ni les va ni les viene. Entiendo que esta afirmación me va a crear la enemistad de algunos colegas periodistas que creen que todo el mundo en estas islas está esperando a ver cuándo se resuelven estos asuntos, que me parecen fundamentales para el futuro del Archipiélago, sí, pero que no interesan a la clase media de las islas. Interesan a políticos y periodistas. Qué hacer, por tanto, para que los canarios de a pie se interesen por cuestiones como estas, vitales para la supervivencia del Archipiélago, sobre todo la reforma del REF.
Sin tratar de sentar cátedra, creo que hay que contar las cosas con mayor transparencia, con menos palabrería y tratando de llegar al idioma de quienes deben entender de lo que se les habla. Algunos, políticos y periodistas, hablamos muchas veces con la certeza de que se nos entiende. No es así. Por ello, para acercar el Parlamento a la calle debemos aliviar un poco nuestra verborrea. “Bajar al vulgo”, vamos, como decía un buen amigo. Entre todos podemos conseguirlo.