Un mal año en economía, un buen año para la banca. La segunda parte de esta oración puede utilizarse siempre. Con un año bueno para la economía, regular o hasta con un año como todos. La banca española, que es la que impera en Canarias, tiene más que saneadas sus cuentas en lo que posiblemente es uno de los mejores y más equilibrados sistemas financieros de Europa.
Canarias sigue siendo un territorio de dinero barato, pero, ahí está la cuestión, no por mucho tiempo. A base de cuartillas (0,25% de incrementos), los tipos de interés han estado subiendo durante todo 2005 hasta ese medio punto. Y al rebufo de lo que hace la Reserva Federal estadounidense, se esperan unos tipos más altos aún en 2006. No es fácil la cuestión para el Banco Central Europeo. Las economías de la zona euro están estancadas con sus dos locomotoras, Alemania y Francia, seriamente en dañadas, cuando no en estancamiento, con recesión o crecimientos negativos en cuanto a Producto Interior Bruto. En todo caso, con la competitividad seriamente lastrada y con severos problemas de empleo. La actuación del banco emisor no puede ser la de elevar los tipos de interés en esta coyuntura. Otra cosa es que la escalada de los precios del petróleo no tenga un final a simple vista. Se ha triplicado el precio del barril de petróleo en los últimos tres años y eso lleva la inflación directamente a Europa. Y con un euro más fuerte que el dólar -a la baja por el gigantesco déficit comercial americano- no hay nada que hacer más que seguir a la Reserva Federal y elevar los tipos de interés.
Y aquí que en Canarias nos encontramos con toda la receta a la fuerza. Una sociedad sobre-endeudada, unos precios que aceleran un 2,9% en 2005, unos salarios que pierden poder adquisitivo y un año en el que el Archipiélago perdió la estela de Baleares a la cabeza del aumento del PIB, por perder cuota turística. No es que la Canarias turística esté en crisis. Son los países emisores los que sí lo están. Gran Bretaña y Alemania aportan menos turistas a Canarias, pero es que además se quedan menos días en sus vacaciones, ya bajo los diez días de media. Por si ello fuera poco, los touroperadores, también en crisis, intentan amarrar todo el gasto posible en destino, con excursiones y menús; en definitiva, lo que sea con tal de aprovechar hasta el límite el último euro. La crisis queda ahora en manos de las cadenas hoteleras que la solventan, las que pueden con el todo incluido, que vacía las calles de turistas y deja al hotel con sus servicios intactos y los turistas con la pulsera de plástico en la muñeca. Nada que objetar al asunto si no es porque el ingreso que han perdido los canarios -empresas canarias vinculadas al turismo, como comercio, rent a car y demás- supera los mil millones de euros en conjunto.
Ante un panorama que no es grave, pero que va camino de serlo, el sistema financiero hace lo que hace siempre. La banca advierte a sus oficinas que extremen los cuidados: “Ojo a los créditos y a refinanciar a largo plazo lo que se pueda”. Esa es la realidad de los canarios, que viven de su deuda a largo plazo, esto es de las hipotecas. Un territorio escaso como el isleño tiene una joya: el suelo. Y este suelo se ha revalorizado de forma exponencial en los últimos años, con crecimientos sostenidos de dos dígitos desde 1994. A los canarios les cuesta más comprar una vivienda, porque sube de precio, pero a la vez, los que la tienen cuentan con un extraordinario recurso para sobrevivir: su hipoteca o la ampliación de esta, como vía para financiar un creciente gasto, motivado por el petróleo y todo lo asociado a este elemento, como el transporte, que encarece todos los bienes y servicios que llegan a las Islas. En todo caso, este endeudamiento sólo es una vía de escape de corto alcance. También el crédito se gasta y ya la banca se prepara para un fallo en cadena del sistema: primero, las familias y economías domésticas; después, las empresas.
Mientras, los tipos de interés van subiendo y el sistema financiero asegurando los créditos, inventando nuevos productos como la hipoteca negativa o una suerte de créditos hipotecarios con el que los mayores reciben una paga a condición de que sus herederos paguen la hipoteca que generan… y, a la vez, la banca bate nuevos registros de beneficios. De Canarias la gran banca saca cada año más de 1.000 millones de euros como beneficios. En 2005, concretamente, 1.150 millones de euros en números redondos. Con el sistema financiero actual y vigente, al ciudadano le puede ir regular, mal o peor, pero las 900 oficinas bancarias aportarán su parte del pastel a los máximos beneficios. Sólo hay que mirar en la bolsa. Cuando hasta caen los valores inmobiliarios, lo puede usted tener claro: apueste por la banca.