En una región eminentemente de servicios, el sector industrial canario, que engloba los subsectores de la industria transformadora y de la energía, ha tenido una reducida participación en la economía de las islas. La lejanía del continente europeo y la fragmentación de la Comunidad Autónoma, que se traducen en elevados costes de transporte, son, además de la escasez de recursos naturales y el reducido tamaño del mercado interno, algunas de las causas que han limitado el desarrollo de las actividades transformadoras en el archipiélago.
La débil presencia del sector industrial en Canarias se manifiesta en su exigua contribución al Producto Interior Bruto (PIB) canario, con el 5,9%, así como en el reducido porcentaje de empleados en las islas (7%). Sin embargo, su escaso peso económico no implica que no se trate de un sector estratégico y de interés para la economía canaria o que su desarrollo no deba potenciarse desde los poderes públicos, no sólo por su importancia económica y tecnológica, sino también por su valor social y político. Sirvan de ejemplo la producción y la distribución de la energía eléctrica o las actividades de producción de agua y su tratamiento, sin olvidar la industria de transformación de productos alimenticios y de bebidas, cuya finalidad ha sido la de asegurar el abastecimiento del mercado interior, además de favorecer la reducción de los costes de una serie de productos de primera necesidad.
Atendiendo a la participación de la industria local en el Valor Añadido Bruto (VAB) de la región, se detecta que en los últimos diez años el sector ha crecido cuantitativamente al pasar de una aportación de 1.547 millones de euros en el año 1995 a 1.922 millones en el año 2004. Sin embargo, el peso de ambos subsectores de actividad (industria y energía) en el conjunto de la economía de las islas ha descendido levemente, en torno a un punto porcentual, debido al mayor crecimiento del resto de los sectores, especialmente los servicios y la construcción. En todo caso, 2005 fue un buen ejercicio para la industria canaria, tal y como lo refleja la mayoría de los indicadores oficiales que nos permiten valorar la evolución del sector. Así, el Índice de Producción Industrial (IPI) canario registró una media anual de 107,8 puntos, incrementándose en 2,4 respecto al año 2004, que son datos que están muy por encima de los experimentados para el conjunto nacional, donde el IPI promedio no sufrió variación alguna respecto a 2004, alcanzando nuevamente los 102,3 puntos.
Los meses con mejor comportamiento fueron los de abril, con un crecimiento de 118,1 puntos, y julio y junio, con índices mensuales por encima de los 112 puntos. El único mes que afloró un IPI inferior a los 100 puntos fue el de agosto, con 99,4. Las variaciones mensuales respecto a los mismos meses del año anterior fueron positivas en todos ellos, salvo en noviembre, octubre y marzo, en los que se registraron tasas de variación negativas del 7,2, 3,2 y 1,1, respectivamente. Según el destino económico de los bienes, las tasas de variación respecto del promedio del año anterior fueron negativas para el conjunto de los bienes de consumo en el 2,36% (el -6,26% para los bienes de consumo duradero y el -1,75% para los de consumo no duradero) y positivas para los denominados bienes intermedios, con el 7,96%, y la energía, con el 3,27%.
Estructura empresarial
El volumen de empresas industriales activas en Canarias en el año 2005 ascendía a 6.364, experimentando un crecimiento del 1,3% respeto al año 2004 y alcanzando la cifra más alta de los últimos años. Sin embargo, a pesar de que el número total de industrias registró datos ascendentes el pasado año, la intensidad del crecimiento respecto de otros sectores de actividad es muy débil, tal y como se desprende del porcentaje de participación de las industrias canarias sobre el total de empresas pertenecientes al conjunto de sectores de actividad, que viene registrando una caída progresiva, pasando de representar casi el 6% en el año 1999 hasta situarse en el 5% el pasado año. Canarias ha desarrollado en los últimos tiempos una industria eminentemente de transformación de productos agroalimentarios, aunque históricamente las industrias de productos alimenticios y tabacos ocupaban la primera posición en el ránking en cuanto a número de empresas.
Sin embargo, en 2005, este lugar de privilegio lo ocuparon las empresas dedicadas a la fabricación de productos metálicos para la construcción (excepto maquinaria y equipos), como consecuencia del efecto de arrastre que está teniendo el espectacular crecimiento de ese sector en las islas. Así, en enero del año 2005, esta tipología de industrias (productos metálicos) representa el 19% del sector, con un total de 1.200 empresas; seguidas de las industrias dedicadas a la producción de alimentos y bebidas, con un total de 1.140 (17,91%); la edición, artes gráficas y reproducción de soportes grabados, con 783 empresas (12,30%), y la industria del papel, que, con 783 empresas, representa el 12,3% del total. También destacan con porcentajes de participación superiores al 10% las empresas de fabricación de muebles y otras industrias manufactureras (691 empresas), y las industrias de la madera y el corcho, excepto muebles cestería y espartería (688 empresas).
Mapa territorial
Si quisiéramos conocer la distribución por islas, nos tendríamos que referir al número de locales existentes destinados a actividades industriales, ya que es la única variable de análisis territorial. Los datos reflejan una elevada concentración de la actividad en las dos islas capitalinas, con 2.935 locales industriales en Gran Canaria y 2.923 locales en la isla de Tenerife. Atendiendo a las islas menores, es Lanzarote, con un total de 481 locales, la que, a 1 de enero de 2005, ocupaba el primer lugar; seguida de la isla de La Palma, con 429 locales; Fuerteventura, con 311, y La Gomera y El Hierro, con 60 y 34 locales, respectivamente. Y del total de 7.173 locales industriales, los dedicados eminentemente a industrias manufactureras son 5.448, mientras que las industrias de alimentación y bebidas llegan a 1.291. Si se excluye la producción y distribución de energía y agua, con 291 locales, el resto de las actividades (industrias extractivas, del tabaco y del reciclado) supone un total de 143 locales en el conjunto de las islas.
Al analizar la evolución del número de locales en los últimos seis años se observa cómo se está produciendo una moderada adaptación a las nuevas demandas de la población y de los subsectores de actividad emergentes en la economía canaria. En términos porcentuales, son las actividades de reciclado las que más han crecido, experimentando una tasa de variación del 300% en el número de locales; seguidas de las de extracción de crudos de petróleo y gas natural, con un 100%; la producción y distribución de energía eléctrica, gas y vapor, con una variación del 66%; y la fabricación de máquinas de oficina y equipos informáticos, con un crecimiento del número de locales para el citado periodo del 40%. En sentido contrario, se posicionan las actividades de extracción de minerales metálicos, con una desaparición de la actividad, y la preparación curtido y acabado del cuero, fabricación de artículos de marroquinería y viaje, con una caída del 33,33%, así como los locales dedicados a la captación, depuración y distribución de agua, que han registrado descensos del 31,32%.
Otro de los elementos que define la estructura industrial canaria es el tamaño de las empresas, pues predominan las pequeñas y medianas empresas. Los datos referidos al censo de locales permiten hacerse una idea del predominio de las microempresas, puesto que el 80% tiene menos de cinco trabajadores y, de este porcentaje, la mitad se trata de empresarios individuales, que no tienen contratados asalariados para el desarrollo de su actividad. Así, entrando a valorar el mercado laboral y atendiendo tanto al número de afiliados a la Seguridad Social como a los datos recogidos en la Encuesta de Población Activa (EPA), se reafirma el escaso peso del sector industrial sobre el conjunto. No obstante, el año 2005 se puede definir como un buen año para el mercado de trabajo industrial. En el último trimestre de 2005, el número de personas activas en industria ascendió a 60.000 personas, de las que 57.800 estaban ocupadas y 2.200 se encontraban desempleadas. Estas cifras suponen, con un incremento del 23% respecto al mismo periodo de 2004, el mayor ascenso en el número de ocupados si atendemos al conjunto de sectores de actividad.
Mercado laboral
Además, se trata del sector económico con las mayores tasas de empleo fijo, que llegan al 80% del total, y con las retribuciones más altas del conjunto de sectores de la economía isleña, que se sitúan a niveles similares a los de Península. Los buenos resultados en el número de personas contratadas y el descenso en el número de personas paradas en 1.100 personas han posibilitado que la tasa de paro del sector descienda en el último año 2,9 puntos y se sitúe en el 3,7%. Sin embargo, no son los datos cuantitativos los que nos hacen defender incondicionalmente el sector industrial canario. Su indudable importancia cualitativa y estratégica debe ser el argumento de peso a la hora de apostar por su sostenimiento y diversificación. La industria es un sector con un incuestionable valor económico, porque proporciona y gestiona recursos vitales como son la energía y el agua, porque es capaz de impulsar actividades de investigación y de desarrollo y, en definitiva, porque genera unos efectos de arrastre hacia delante y hacia atrás en el conjunto de sectores y subsectores de actividad canarios.
La apuesta por el sector industrial canario contribuirá a disminuir el riesgo de una economía excesivamente especializada en los servicios turísticos, ya que es un sector que, además de mantener un comportamiento estable, incluso en los momentos bajos del ciclo económico, también genera unos efectos bondadosos sobre la estabilidad del empleo, convirtiéndose en una pieza clave para el desarrollo del Archipiélago dentro del entorno de la globalización económica en que se desenvuelve la economía canaria.
