La economía canaria tiene un reto de acoplamiento a la nueva economía global. Las estrategias defensivas o pasivas no tienen virtualidad, porque corremos el riesgo de ser visualizados por los agentes de esa economía global únicamente como lugar para descansar y como clientela de un punto de venta en el supermercado mundial.
Lo relevante en la actual economía global es formar parte de la cadena productiva y tener productos cotizables en los mercados mundiales. Canarias tiene en el sector turístico y en los complejos portuarios y aeroportuarios sus puntas de lanza en esa economía.
El alisio económico.- El mundo tiene 133,875 millones de kilómetros cuadrados. En 2004, los habitantes eran 6.293,5 millones; la estimación de su renta bruta alcanza los 39.834 miles de millones de dólares, y en el comercio exterior, las exportaciones fueron de 9.153 miles de millones, y las importaciones, de 9.445. El ingreso medio por habitante está situado en unos 6.329 dólares. La situación en las Islas Canarias al comenzar el año 2005 nos indicaba que en sus 7.273 kilómetros cuadrados y con una población de 1.926.608 residentes, la renta interior bruta generada a precios de mercado fue de 32.836,5 millones de dólares y que exporta en ese ejercicio de 2004 unos cuatro mil millones de dólares (4.053) e importa por valor de 15.397,3. El ingreso medio fue de 17.043 dólares; es decir, multiplica por 2,7 el indicador promedio del mundo. Calcular los porcentajes de lo que representa la economía canaria respecto a la economía mundial se asemeja a esos ejercicios de osadía, como “la de esos corchos que al flotar en el mar se creen los reyes de las mareas”. Lo fundamental es analizar las capacidades y mecanismos de digestión con los que hacen frente estos liliputs a las ondas transmisoras del gigante (shocks, efectos de contagio, condiciones de accesos y de los contratos…).
El grado de penetración que tiene la economía canaria está observando serias dificultades para aumentar sus cuotas de mercado. De 100 euros que se producen, apenas se exportan 10. En cambio, compra fuera unos 38 euros. Es verdad que en la economía canaria pesan mayoritariamente actividades no transables; esto es, las que sus productos no cruzan las fronteras. El turismo se presta en el espacio local. La construcción, el agua y la electricidad, la función pública o la práctica mayoría de los servicios son ejemplos de circuitos internos. Capítulos exportadores clásicos como el plátano y tomate declinan lentamente; los derivados petrolíferos muestran una facturación progresiva en los avituallamientos, pero no así en los envíos hacia fuera, y las partidas de elaborados de tabaco y de la pesca han caído drásticamente. Las participaciones de otros productos (desde automóviles de segunda mano a reexportaciones, productos de la industria alimentaria y bebidas, cemento…) tienen serias dificultades para escalar ventas al operar en mercados muy difíciles (el africano y el peninsular, sobre todo).
La calima comercial.- Existen tres áreas comerciales en los mercados internacionales que, por diferentes razones, permiten extraer conclusiones sobre la versatilidad de las estructuras productivas. Nos referimos al continente africano, el grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y los 10 países de la última ampliación de la UE. El interés para Canarias de estas áreas se apoya en sus diferentes casuísticas: las supuestas ventajas de la proximidad, mercados de enorme dinámica y tamaño y el factor institucional (menores costes de transacción, sobre todo) por pertenecer al bloque comercial de la UE.
Los vecinos países africanos o hinterland geoeconómico lo componen 24 naciones. Comprende desde Marruecos hasta el límite sur de los países ribereños del Golfo de Guinea, incluyendo el grupo interior del Subsahel (podría quedar fuera Chad) y Burkina-Fasso. Pues bien, el total exportado en 2004 no llegó a los 150 millones de euros (147,7), mientras que las importaciones rondaron los 655 millones. La cifra es modesta, si bien hay que ponderar la situación tan delicada en la mayoría de esos estados y el débil intercambio del que se parte.
El grupo BRIC ha sido uno de los temas estrella de la información económica internacional durante 2005. Ocupa el 28,8% de la superficie del planeta, el 42,9% de la población, el 8,5% de la renta bruta y sus cuotas de comercio fueron el 10,7% y el 8,9% en las exportaciones e importaciones. El grupo no está vertebrado mínimamente y es bastante heterogéneo. Son mercados con una dinámica de compra enorme. De ahí el interés en irse colocando en ellos. En el sector comercial canario, los envíos eran casi anecdóticos (3,98 millones), mientras que lo comprado llegó a 378,5 millones. Estas cifras representan el 0,12% y el 3% de los intercambios con el extranjero.
La ampliación a 10 nuevos miembros que ha tenido lugar en la UE es siempre una buena ocasión para confirmar los efectos de creación y desviación de comercio en los intercambios según las teorías de la integración. En realidad, para Canarias ese grupo de los 10 tenía muy poco significado, y lo sigue teniendo por diversas razones. En 2004, los exportadores vendieron 17,37 millones de euros, mientras que los importadores adquirieron mercancías por importe de 71,36 millones. Ambos datos significaron el 0,53% y el 0,57% del comercio extranjero de Canarias.
En general, el comercio canario sigue caracterizado por su fuerte concentración en productos y mercados de destino. El abanico de la importación es mucho más amplio en esos dos aspectos. En 2004, de los 2.804,6 millones que exportaron las Islas Canarias, el 57,2% se envió al resto de España, el 21,6% al resto de la UE y el 21,2% al resto del extranjero. Por su lado, de los 12.488 millones importados, el 69,8% procedía del resto de España, el 12,4% del resto de la UE y el 17,8% del resto de extranjero. Una reflexión final sobre la lectura del posicionamiento canario en los mercados internacionales. Para una economía abierta, su test de competitividad óptima estaría en observar una dinámica progresiva de cuota exportadora. No es nada fácil ganar posiciones en el gran bazar del mundo, pero es una asignatura que si no se aprueba tendrá consecuencias indeseadas .
Cuestión de dietas.- Del mundo nos llega una función continua de diferentes aires. Ellos nos van señalando las balizas (reglas del juego) y los hechos que están desplegando por los mercados y hacia los agentes. Es una condición inexorable que responde a la lógica dominante del sistema. Sobre esas bases hemos de gobernar la construcción de unas estructuras y unos funcionamientos que nos generen valor económico y también valor social e institucional. Es decisivo saber mirar para seleccionar capacidades y recursos que sustenten estrategias robustas. Además de los vectores agresivos de la globalización, en el contexto general se vienen identificando “focos de tensión” sobre los que no cabe ni la pasividad ni la indiferencia. El quinteto más temible lo componen el terrorismo internacional, las guerras abiertas y las latentes, las ideologías con proyectos de exclusión a los diferentes, las secuelas de la sobreexplotación del planeta y unas desigualdades lacerantes con poderes reactivos (véase el libro de M. Martín Carcelén, Cosmocracia, 2005).
Tenemos para empezar dos asuntos que hacen de llaves al planteamiento general. Una primera: disponemos de un tiempo muy corto para rediseñar y movilizarnos persiguiendo los nuevos objetivos. Su persistencia es la que dará fuerzas en el medio y largo plazo. La segunda: hay que intensificar el manejo de información relevante acerca de lo que pasa y de dónde estamos antes de perfilar lo que queremos. La meta es primaria en su metáfora: colocarnos en “un lugar bajo el sol” (exclusión por inacción y por obsesión en lo inercial). Lo que nos traemos entre manos y cerebros traspasa las fronteras de las valoraciones dialécticas entre globalofóbicos y globalofílicos. La gran cuestión es ¿por qué acoplarnos y no enrocarnos? A modo de respuestas:
- Porque somos un eslabón débil y no tenemos poder de fijarle a los demás (la UE, por ejemplo) nuestros “deseos no compatibles”.
- Porque los serios problemas que seguimos teniendo requieren de esquemas diferentes de soluciones a las de políticas y prácticas clásicas. Los campos que más urgen son los de calidad del empleo, distribución del ingreso y remuneraciones, apertura de líneas sólidas en la diversificación, salidas a colectivos que se están descolgando del progreso material y que necesitan integrarse positivamente (bolsas de pobreza y marginalidad, inmigrantes sin papeles, grupos carenciales por exclusión violenta o ruina imprevista…). En otra esfera, todo lo que tiene que ver con la cuestión territorial y medioambiental (normativas, planeamientos, proyectos de gran impacto, gestión de los espacios públicos…). Y en un tercer frente debemos encontrar respuestas de inteligencia social a problemáticas avenidas desde los ámbitos internacionales.
- Porque el ciclo canario es tributario o está estrechamente correlacionado con los signos coyunturales y acontecimientos de la España continental y la UE, sobre todo.
- Porque, según lo dicho sobre el comercio exterior y lo que sabemos sobre las características de las iniciativas inversoras, el estado de las redes de apoyo y las preferencias en los comportamientos de los agentes, existen inquietantes señales sobre el poder de atracción que comparativamente va posicionando a Canarias frente a otros territorios. Asimismo, no estamos con fortalezas suficientes para evitar eventuales riesgos de deslocalizaciones.
- Porque para Canarias es básica su pertenencia a la UE, uno de los tres grandes referentes de la economía mundial. Es la que nos acredita con su pasaporte la condición de ciudadanos triadianos (perteneciente a uno de esos tres ejes centrales que conforman la UE, Estados Unidos y Japón). Un intangible de alto valor con paraguas de protección de derechos y libertades, como ninguna otra comunidad del planeta.
Pero ese interés lo es también por otros intangibles de no menor alcance: garantiza prácticas de disciplina en la preservación del interés público y ante supuestos daños o abusos a terceros. Además, la UE ha mostrado sensibilidad con asuntos estratégicos de Canarias y en aspectos normativos de su histórica especialidad. Precisamente uno de los puntos de la agenda del 2005 ha sido el de la prórroga y bases preparatorias para la actualización en 2006 del REF. Está en el centro de las mesas de negociación el diseño futuro de los principales incentivos que cuenta Canarias.
Este inventario de síntesis infiere cuáles son los grandes objetivos que deben preocuparnos para salir del laberinto de dilemas en que estamos atrapados. Los núcleos duros son esencialmente dos: los de choque corrector y los propositivos. El primero atiende a fallos que obstaculizan reformas estructurales e innovativas. El segundo apunta hacia compromisos estratégicos cuya maduración facilitará ese salto cualitativo en el potencial de capacidades. Los choques hay que aplicarlos a los fallos del factor humano, del institucional, a la adecuación de las economías externas y de los servicios avanzados para las empresas, al nivel de las infraestructuras y dominios de las nuevas tecnologías y al progreso científico general. En el segundo apartado, el propositivo, las dianas se orientan al gobierno del territorio, las culturas empresariales que son plausibles, los intangibles del marketing territorial y sus productos, y a los diseños normativos y de los incentivos.
Epílogo: cualificación y adaptación.- La cultura de la seguridad consolidó su mentalidad y los procedimientos correspondientes de preferir, hacer y relacionarse. Para la cultura del riesgo, esas herramientas llevan a empobrecimiento o exclusión. Cuanto antes acabemos el aprendizaje y los requisitos de su transición, más pronto estaremos en condiciones de contraponer los alisios a las calimas. Los aprendizajes de lo nuevo nos cambian las miradas: las que se hacen al mundo y las que indagan sobre nuestro interior. No hay buena mirada si no se acompaña de reflexión. Para lo externo, prospectiva estratégica. Para lo segundo, intrategias hacia dos aspectos articuladores: el factor humano y los procesos que se utilizan para crear valor pivotando en una combinación de productividad y competitividad que arrope lo que se hace.
Se trata de construir un mainstraing, ese conjunto de requisitos que fortalecen las sostenibilidades (económica, social y territorial) y los protocolos de observancia para anticipar riesgos. Desde las estrategias para aprovechar los recursos endógenos y vertebrar el mercado regional con juegos de suma positiva para todas las islas, a ensayar sin complejos alianzas con los actores de lo global y lanzarse a fondo en organizarse y culturalizarse entre redes. Las economías, empresas y mercados, cuanto más pequeños sean, más deberían apostar por esa alternativa. Las nuevas tecnologías, una profesionalización estimable y el rico mundo de los intangibles y la creatividad avalan ese paradigma cargado de porvenir que es el neoartesanismo.
Se debe descartar competir en usos intensivos de factores con transversalidad presencial; es decir, suponer que hay ventajas competitivas por usar inputs y factor capital que son accesibles por legiones de competidores. La imitación ya no es rentable, sobre todo si los BRIC y tantos otros países apuestan por eso. Los sutiles segmentos de lo diferente es el hueco que da mayores márgenes de maniobrabilidad. Algo que obviamente reclama coraje y sacrificio. Mucho y persistente esfuerzo. El único futuro que sabemos perdedor es aquel que ignora la necesidad del cambio. Dice E. Morin que en estas tesituras con el cambio delante de sus ojos se descubren a los rebeldes y a los domesticados. Les confieso mi opción por la música que entona Bob Dylan: “Quien no está ocupado naciendo, es que estará ocupado muriéndose”.