Se zanja una segregación… pero revive el ‘fantasma’ de la fusión

Superado el ecuador del mandato que integra el inconsistente Gobierno de CC y PP, La Laguna ha vivido un 2005 marcado por los debates sobre su modelo de gestión territorial, las constantes polémicas en materia de seguridad ciudadana, numerosos cambios en el plano político, el comienzo de importantes obras de cara al futuro y la consecución del ansiado consenso y posterior acuerdo en el Plan Especial de Protección, un documento que otorga esperanza de vida al casco histórico de la ciudad.

El año 2005 sesgó definitivamente, a finales de octubre, la histórica reclamación del pueblo de Tejina de segregarse de La Laguna y constituirse como municipio. Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) desestimaba la propuesta de separación al considerar que no quedaba probado el interés público de esta proposición, a pesar de los argumentos económicos, jurídicos e históricos a favor con los que contaban los integrantes de la asociación Pro-Segregación, quienes tras decidir no acudir al Tribunal Supremo, han iniciado el camino de otra propuesta de segregación, que englobaría toda la Comarca Nordeste. La decisión del TSJC sacó a relucir la necesidad que tiene un municipio tan disperso como La Laguna de los Concejos de Zona, una herramienta que verá la luz tras las elecciones de 2007. Pero la mayor controversia sobre el futuro territorial llegó tras el verano, al resucitarse de nuevo el fantasma de la fusión con Santa Cruz.

Las afirmaciones de la alcaldesa, Ana Oramas, en el sentido de que el futuro de La Laguna pasaba por su unión con la capital tinerfeña, secundadas por Miguel Zerolo, alcalde de la capital, desataron multitud de críticas y semanas de disputas dialécticas. Al final, todo desembocó en la celebración de un pleno extraordinario donde los tres partidos votaron a favor de la independencia de Aguere. Esta polémica también tuvo otras consecuencias, como es el fracaso que ha supuesto la mancomunidad metropolitana como fórmula de gestión administrativa y de servicios. Por otro lado, la aprobación definitiva del Plan Especial de Protección del casco deja 2005 como una fecha histórica para esta ciudad Patrimonio de la Humanidad. La conformidad otorgada por los tres partidos al texto elaborado por el equipo de María Luisa Cerrillos, no sin antes superar una agria negociación, cuyo máximo exponente lo representó el edificio de los juzgados, ha zanjado así un documento de vital importancia para el centro histórico de Aguere.
Las remodelaciones de las plazas del casco o las reurbanizaciones de las calles Viana, Carrera o Herradores son buena prueba de la necesidad del documento.

Inestabilidad política

Sin embargo, el pasado ejercicio no pasará a la memoria de La Laguna por su estabilidad política ni por su masivo movimiento vecinal. El primer aspecto deja tras de sí varias reestructuraciones en los tres principales partidos del municipio, junto a la reorganización del Gobierno local a mitad de año y los constantes avatares que ha tenido que superar el pacto suscrito entre CC y PP, cuyo acuerdo ha quedado muy mellado en varias ocasiones por los constantes desaires de los populares a su socio nacionalista; como ejemplos, la negociación del presupuesto y las ordenanzas, además de varias decisiones plenarias (reprobación a Adán Martín y el conflicto sanitario, entre otras), donde los cuatro ediles del PP respaldaban las tesis del PSOE, dejando solos a los integrantes de CC. Estos hechos provocaron que en más de una ocasión se hablara de la posibilidad de que el pacto se gobierno saltara por los aires y se planteara la posibilidad de presentar una moción de censura contra la alcaldesa.

Estas conjeturas adquirieron más peso cuando el presidente del Ejecutivo regional decidió prescindir del PP en el Parlamento canario, lo que puso en jaque los pactos locales entre populares y nacionalistas. La decisión de Adán Martín sí provocó la salida de Urbano Medina, concejal de Patrimonio Histórico, hacia la política regional. Esto suscitó la modificación de varias áreas del Ayuntamiento, así como la llegada al ámbito municipal de una nueva edil, Julia Dorta, que asumió el área abandonada por Medina. Por su parte, el PSOE también vivió su particular crisis. La reunificación de los tres comités locales en una única ejecutiva desató una guerra interna en el socialismo lagunero escenificada en dos bandos, uno encabezado por Santiago Pérez y el otro por Javier Abreu. La contienda desembocó en la elección de este último como nuevo secretario general. Varios días después, Abreu se hacía también con los mandos de la portavocía del Grupo Municipal en el consistorio, relegando a Pérez a un segundo plano y dejando una herida abierta en el PSOE que todavía no se ha cerrado.

En lo que se refiere al movimiento vecinal, pocos pueblos y barrios han alzado su voz contra la política desarrollada por el Ayuntamiento. Salvo el citado caso de Tejina, El Centenero y San Bartolomé de Geneto fueron los únicos barrios en enfrentarse abiertamente a las decisiones del Ayuntamiento de La laguna, pese a que la suerte fue dispar para ambos. En el primero, las expropiaciones ordenadas en esta zona para dar cumplida ejecución de las modificaciones del Plan General de Ordenación propiciaron la indignación del barrio, que quería mantener su modelo de vida tal y como sus habitantes lo conocían hasta ese momento. En el segundo caso, la instalación de una gasolinera fue el punto de desencuentro entre Ayuntamiento y vecinos. La concesión de un expediente favorable a la empresa Repsol por silencio administrativo, junto a varias irregularidades administrativas cometidas por la Gerencia de Urbanismo sumaron argumentos para la lucha vecinal, que mostró en multitud de ocasiones su negativa a que se instalara la estación de servicio en su barrio. Tras varias negociaciones, la compañía petrolífera y el Gobierno municipal acordaron en mayo trasladar esta infraestructura a otra zona del municipio.

La polémica de la seguridad

La seguridad ciudadana también ha sido carne de polémica en 2005. La politización por parte de PSOE, PP y CC del Pacto por la Seguridad suscrito en el municipio, y los constantes choques entre el área que dirige Fernando Clavijo y la Subdelegación del Gobierno, con motivo de la presunta falta de efectivos de la Policía Nacional, provocó hechos tan lamentables como los ocurridos a finales de enero en San Benito y el Polígono de Padre Anchieta, zona que vivió graves situaciones de inseguridad, a las que hay que sumar la vigilancia durante los fines de semana en la zona de ocio nocturno del Cuadrilátero. Asimismo, la negociación con los sindicatos sobre el cambio de horarios de la Policía Local ha desgastado el acuerdo firmado entre los tres partidos hasta dejarlo, actualmente, en un punto que parece no tener retorno.

El año que acaba de finalizar también ha sido la fecha de inicio de varias obras y equipamientos que serán fundamentales para la ciudad, como la implantación del tranvía, los quinientos aparcamientos subterráneos en la avenida de La Trinidad, los nuevos carriles de Los Menceyes, las piscinas de San Benito o la nueva ciudad que se proyecta para la zona de Geneto-Los Baldíos, donde se prevé la creación de 20.000 viviendas. Finalmente, La Laguna fue también una de las ciudades afectadas por la tormenta tropical Delta, que dejó al municipio cerca de cuatro días sin luz, con problemas en el suministro del agua y con daños calculados en más de dos millones de euros.

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