Una década luchando por recuperar un lugar entre los grandes del baloncesto español y, tras dos años en la élite, el baloncesto tinerfeño ha vuelto al infierno de la LEB. Perder la ACB ha sido un palo muy duro para la afición cestista de la Isla. Y el curso 05-06 está demostrando que recuperar esa plaza va a resultar realmente complicado.
El Tenerife Unelco cosechó a la conclusión de la Liga 04-05 lo que sembró durante años: tempestad. La entidad presidida por José Manuel González Navarro cometió el gravísimo error de vivir en un incesante enfrentamiento interno, cuando la razón apuntaba en otra dirección. El egoísmo, las guerras fraticidas y la sinrazón convirtieron al club en una caldera que, ante tanta presión, acabó explotando. Lo que tanto esfuerzo y dinero costó se tiró por la borda de manera lamentable ante la sorpresa de la afición. El verano de 2004 estuvo marcado por la incertidumbre: para mantenerse como club ACB era preciso ordenar el tema económico. La nefasta gestión previa obligó a recurrir a la ampliación de capital, con unas cifras realmente prohibitivas. Una vez más (y van…) la salvación llegó en el último segundo con la compra, por parte del Cabildo de Tenerife, del 49,9% del accionariado. Lo curioso del caso es que mientras los consejeros Juan Gutiérrez y Pedro Pacheco sudaban la gota gorda para evitar la desaparición de la entidad… el todavía presidente fichaba a Gustavo Aranzana para garantizar que Paco García no regresara al Tenerife.
La plantilla se confeccionó tarde y mal: se prescindió de Iván Corrales, un base recuperado por el Tenerife para el basket español, al tiempo que se dejaba escapar al jugador referencia, Sitapha Savané, precisamente cuando iba a adquirir la condición de asimilado para no ocupar plaza de extracomunitario. Aranzana fichó a nombres en lugar de hombres y eso terminó convirtiendo el vestuario blanquiazul en un nido de mercenarios a los que sólo les preocupaba cobrar a fin de mes. El resultado de tanto despropósito fue un cúmulo de derrotas ante un consejo de administración atado de pies y manos al estar de forma interina en el cargo. Y ello, con un capitán, Gustavo Aranzana, incapaz de ponerle solución al comportamiento de sus hombres que hicieron del Tenerife el hazmerreír del básket español, al perder de hasta cuarenta puntos de margen en varias canchas de la ACB. Pese a todo, el equipo llegó con opciones a la penúltima jornada y el público acudió en masa al antiago Martín… para ver un nuevo ridículo ante el Bilbao que certificaba el descenso a la LEB.
Los nuevos consejeros formar un conjunto que ilusione a la parroquia, con gente que se identifique con los colores. Ángel Jareño (entrenador) y Alfredo García (director deportivo) confeccionaron un plantel para el curso 05-06 con gente de nombre y sin antecedentes preocupantes que comenzó bien la temporada. Pero a partir de la sexta jornada el equipo entró en una crisis de identidad que ha dejado al ahora llamado Tenerife Rural casi sin opciones de jugar las eliminatorias por el ascenso. Y en similar situación se encuentra el UB La Palma, el otro representante canario en la LEB. ¿Lo mejor del 2005 para estos equipos? Pues que el año ya es historia. Y si malo fue el año para el Tenerife y, en menor medida, para el UB La Palma, otro histórico del básket regional, el CB Canarias, dejó sensaciones agridulces en la LEB II.
El Canarias, la EBA, las féminas…
El Canarias de Alejandro Martínez brilló en la campaña 04-05. El objetivo era la permanencia, pero el ir partido a partido, sin presión alguna, permitió lograr muy pronto las doce victorias de la tranquilidad para comenzar entonces un recital de buenas actuaciones cuyo premio final fue clasificarse para los play-off, eliminando en el quinto partido al favorito Bruesa y jugándose la plaza de ascenso a la LEB con el Hospitalet. Fue un Canarias Organización Socas que sí aplicó perfectamente la definición de equipo, con jugadores que dieron una lección de profesionalidad y amor por los colores, al punto de llegar a jugar lesionados. Sin embargo, en el inicio de curso 05-06 la fatalidad acompaña al Canarias, que tras un buen arranque (cuatro victorias en seis jornadas), se ha hundido en la tabla. ¿Razones? Nadie las conoce, pues la plantilla, con la excepción de la baja de Sebas Arrocha, es la misma de hace un año.
En otras categorías las sensaciones son dispares. Entre las mujeres, el CajaCanarias sobrevive a la marcha de Domingo Díaz y cumple en la élite femenina con muchísimo decoro, mientras el Isla de Tenerife decepcionó el curso pasado en la Liga Femenina II, pues pasó de aspirar al ascenso… a disputar una eliminatoria de permanencia. Y esta campaña no parece que mejore la situación, aunque el juego del equipo es mejor que los resultados. ¿Y en la EBA? Pues un poco de todo: el Tacoronte cumple un año sí y otro también, el San Isidro debió prescindir de su técnico en noviembre al existir un divorcio entre David Hernández y algunos jugadores de la plantilla, el Aridane aspira a disputar de nuevo otra fase de ascenso, Vecindario y Fadesa tratan de sobrevivir esta temporada tras aprobar con nota alta el curso pasado… y el histórico Náutico de Tenerife, que logró el ascenso, ocupa un lugar que se merece por su constante trabajo de formación. Por último, es de justicia dedicar al menos unas líneas al Econy y al Ademi Tenerife, representantes canarios en baloncesto en silla de ruedas, por la extraordinaria labor que desarrollan con limitados recursos económicos.
